Que no te mareen más con las mezclas: apúntate al look monocromático
Es hora de apostar por un mismo tono para vestir de pies a cabeza.
Hace escasamente una semana, Carine Roitfeld organizaba en Cannes un desfile benéfico con un denominador común: todas las prendas escogidas, prestadas gentilmente para la ocasión por un selecto grupo de diseñadores amigos, eran negras.
De esa misma escuela es la actual directora de Vogue Paris, Emmanuelle Alt, y las chicas de su equipo (Geraldine Sag...
Hace escasamente una semana, Carine Roitfeld organizaba en Cannes un desfile benéfico con un denominador común: todas las prendas escogidas, prestadas gentilmente para la ocasión por un selecto grupo de diseñadores amigos, eran negras.
De esa misma escuela es la actual directora de Vogue Paris, Emmanuelle Alt, y las chicas de su equipo (Geraldine Saglio o Melanie Huynh). Ellas son los únicos extremos que se atraen monocromáticamente en ese foco de tendencias alternativo que brota desde hace un tiempo en la puerta de las pasarelas y que ha violado muchas de las reglas de la moda. Así, tras una larga temporada empeñadas en mezclar estampados imposibles y conjuntando tonos que se dan de tortas, hay que empezar a reorganizar los looks por colores. En el arte del reunificar -naciones o tonalidades- es justamente experta la Reina de Inglaterra y ha cumplido sesenta años en el trono.
Los colores de la reina a lo largo de sus 60 años de reinado recopilados por la edición británica de Vogue.
Vogue
Ahora, no es lo mismo combinarr bien un conjunto a base de vestido y complementos que encajar un estilismo pieza sobre pieza en una gama exacta. Y es que cuanto más parecidos son los tonos más complicado es que cuadren.
El negro es uno de los colores más agradecidos y favorecedores a la hora de funcionar de pies a cabeza. El blanco, cuando llega el verano, uno de los tonos en los que envolverse íntegramente resulta más fácil y obvio. Y así podríamos seguir con básicos y neutros como el gris, el nude, o los tierra. Eso sí, cuanto más pálidos son más tentadas estamos de romper la paleta cromática. No así según dictan los desfiles visto que el reto pasa por evitar incorporar detalles que contrasten -lo mismo una camisa o camiseta neutras entre un traje o un simple cinturón- por mucho que el color de base sea de lo más lívido.
Una cosa está clara, por mucho que apuestes por rocambolescas superposiciones o diferentes texturas y volúmenes, si todo es del mismo color el resultado final es siempre mucho más sofisticado que cuando alternas colores. Así podría parecer que lo contempla nuestro léxico cuando quien desentona es "aquella persona o cosa que contrasta con su entorno por no estar acorde con él".
Que se lo digan a Riccardo Tisci. Sus propuestas primavera-verano 2012 se basan en looks totalmente monocromáticos que consiguen que las ondulaciones en forma de aleta que adornan sus chaquetas ganen credibilidad por mucho que incorporen mares de lentejuelas. Esa misma línea siguió Raf Simons en su despedida de Jil Sander con una colección otoño-invierno 2012/13 cuya armonía cromática, con el color maquillaje como más significativo en solitario, refleja mucho más que una opción: un estado de ánimo. Es curioso porque Bill Gaytten sentó justamente esas mismas bases en su adiós del cargo que ya ocupa Simons en Dior. Como si quisiera reivindicar que, de lo malo, nunca le podrán reprochar que no intentó ser coherente.