Por qué ya echamos de menos a Marc Jacobs en Louis Vuitton
Su dirección artística ha convertido una casa de marroquinería tradicional en la firma de lujo más deseada del momento. Así lo ha conseguido.
1. Por ser el primero en grafitear y garabatear con flores y cerezas el Monogram.
Lo primero que le advitieron a Marc Jacobs nada más aterrizar en Louis Vuitton es que hiciera lo que quisiera pero que bajo ningún concepto tocara su monograma. El canvas más icónico que 15 años después ha sufrido todo tipo de alteraciones sin dejar de ser reconocible ni faltarle al legado de la casa. Marc Jacobs lo actualizó por primera vez desde que se creara en 1896 a través de la mil y una veces reeditada colaboración con su amigo Stephen Sprouse estrenada a finales del 2...
1. Por ser el primero en grafitear y garabatear con flores y cerezas el Monogram.
Lo primero que le advitieron a Marc Jacobs nada más aterrizar en Louis Vuitton es que hiciera lo que quisiera pero que bajo ningún concepto tocara su monograma. El canvas más icónico que 15 años después ha sufrido todo tipo de alteraciones sin dejar de ser reconocible ni faltarle al legado de la casa. Marc Jacobs lo actualizó por primera vez desde que se creara en 1896 a través de la mil y una veces reeditada colaboración con su amigo Stephen Sprouse estrenada a finales del 2000. Sus posteriores intercambios artísticos con Takashi Murakami, Richard Prince, Rei Kawakuwo, Yayoi Kusama o Julie Verhoeven han legitimado que grabe, perfore, le de relieve o acolche el logo más prestigioso del mundo en todo tipo de pieles exóticas, pelo, terciopelo, denim, o plástico. Que lo metalice o decore con plumas de marabú y lentejuelas, tachuelas, borlas, candados, flecos y un larguísimo etcétera. Todo ello en su forma más original y clásica -del Speedy al Alma pasando por las Pochettes o el Lockit- a mochilas, bandoleras, riñoneras, todo tipo de complementos, ropa e incluso zapatos.
2. Por su estrecha relación con el arte.
Marc Jacobs es un gran consumidor de arte. No tiene coche y hace poco (en 2009) que se compró su primer apartamento (siempre ha vivido de alquiler) pero posee una valiosísima colección de cuadros y esculturas. Es íntimo de Jef Koons o Edward Ruscha y artistas de todas las disciplinas; de fotógrafos (Diane Arbus, por ejemplo) a ilustradores, video-artistas (los personajes animados de la ópera electrónica de Keiichiro Shibuya vestían de Vuitton), escritores, arquitectos o escultores, han participado de sus puestas en escena (Daniel Buren en el desfile Primavera/Verano 2012), han ideado sus tiendas o han elevado a la categoría de piezas de museo clásicos de la maison bajo su supervisión (es el caso de Zaha Hadid, Sylvie Fleury, James Turrell o Robert Wilson para la exposición Icons). Esta inquietud artística de Jacobs se ha ido ha ido filtrando poco a poco en la filosofía de LV y culminará en 2014 con la inauguración de la sede de la fundación Louis Vuitton para la creación en París. Un espectacular edificio concebido por Frank Gehry en el Bois de Boulogne.
3. Por poner a diseñar a Sofia Coppola.
Otra de las artes con las que tiene un ligamen especial Marc Jacobs es el cine. Además de diseñar una edición limitada de maletas para el filme Viaje a Darjeeling, películas como La chica de la la perla o Portero de Noche le han servido como argumento para desarrollar algunas de sus colecciones sobre la pasarela. Su amistad con Sofia Coppola es sin embargo su más firme ligamen con el celuloide. En 2009 Sofia lanzó una colección de bolsos para la Louis Vuitton que han sido reeditados de forma excepcional para Le Bon Marché esta temporada, una presentación se hacía efectiva el día antes del anuncio de la marcha de Marc Jacobs. ¿La perderemos una vez cedido el mando al frente de Louis Vuitton?
4. Por su alto perfil comercial.
Únicamente un diseñador acostumbrado a tirar adelante su negocio haciendo marca es capaz convertir un artículo inánime y de uso común en un objeto de culto, en el accesorio más deseado, simplemente estampando unas siglas. Así, solamente perfiles como el de Marc Jacobs (o Karl Lagerfeld) son capaces de vender casi cualquier cosa bajo el nombre de las firmas a las que representan. De baúles, maletas y bolsos, Louis Vuitton ha pasado en menos de 20 años a vender, además de joyas y relojes de alta gama, zapatos, pañuelos, gafas, sombreros, diademas, guantes, llaveros, petacas, abanicos y hasta esposas. Todas producto del imaginario de Jacobs. Aunque no es nada que no hiciera ya en su época Mr. Vuitton, él mismo que a principios del siglo XX se atrevió con bolsos especiales para transportar la colada, como el Steamer, o bolsas para meter el champán, como el Noé, dos de sus modelos clásicos. De confirmarse que Nicolas Ghesquière es el sucesor de Marc Jacobs, éste será su principal reto.
5. Por el desafío y la provocación.
Las mismas que han servido como hilo conductor en sus colecciones, la actitud que le ha llevado a crear, tal y como el los llama "universos paralelos" inigualables. ¿Vestir a sus modelos de enfermeras? ¿Hacer de una bolsa de la compra el bolso it? ¿Poner de moda las orejas de conejo? ¿Montar carruseles, hoteles, instalaciones a modo de damero, jardines o todo junto, para sus desfiles? ¿Que vistamos camisones por la calle? Una de las frases más repetidas por Jacobs en la reuniones con el equipo de diseño de Louis Vuitton ha sido casi siempre "es tan horrible que me encanta" y esa ha solido ser la premisa que ha seguido habitualmente a la hora de concebir sus historias sobre la pasarela.
6. Por desnudarse.
Lo hizo ante Terry Richardson con su cuerpo pintado y el bolso monografiado a golpe de espray por Stephen Sprouse para conmemorar su primera colaboración (le cogió el gusto y más tarde posó desnudo para promocionar el primer perfume masculino de Marc Jacobs).
7. Por regalarnos impagables estampas vacacionales patrocinadas.
Irrepetibles son a día de hoy las escenas que protagonizara hace un año con su ya expareja Lorenzo Martone en las playas de Saint Barth, lugar al que acude temporada tras temporada por Fin de Año, ataviados ambos, y a conjunto, con pareos, toallas y bragas náuticas de Louis Vuitton. Todo ello entre caricias, ejercicios gimnásticos y animadas charlas con la estilista Rachel Zoe.
8. Por ser un niño grande.
Mickey y Minnie Mouse han sido siempre dos de sus referentes y aunque solamente se ha inspirado en ellos para su firma homónima elevó a Bob Esponja (al que lleva tatuado en el brazo junto a un M&M) a la categoría de icono en su colección de Primavera/Verano 2008. Un personaje que solamente puede competir en el imaginario infantil de Jacobs con Charlie el Unicornio. Otro de los sueños de infancia cumplidos por Jacobs ha sido vestir de Louis Vuitton a la cerdita Peggy en varias ocasiones.
9. Por sus musas.
"Has visto Catherine, eras tú en aquella foto que te hizo David Bailey con minifalda y calcetines. La Deneuve y Juana de Arco… ¡mis heroínas!", le gritaba a Catherine Deneuve al final de uno de sus desfiles hace unos años. Emmanuelle Alt, Jane Birkin, Carolyn Cerf de Dudzeele, Coco Chanel, Cher, Grace Coddington, Victoire de Castellane, Lady Gaga, Judy Garland, Juliette Gréco, Françoise Hardy, Zizi Jeanmaire, Madonna, Liza Minnelli, Kate Moss, Edith Piaf, Lee Radziwill, Millicent Rogers, Sonia Rykiel, Carla Sozzani, Barbra Streisand, Diana Vreelan o Anna Wintour completan la lista detallada ayer en la nota de prensa del último desfile de Marc Jacobs en la casa, dedicado, obviamente, a todas las mujeres que han dado de mamar a su espíritu a los largo de los años. Faltarían, eso sí, varias actrices. Como Christina Ricci, a la que puso a desfilar en la colección Primavera/Verano 2005 de Louis Vuitton. O Scarlett Johansson, en cuyo personaje en La joven de la Perla se basó para su colección de otoño-invierno 2007/08.
10. Porque ha conseguido posicionar a LV como la firma de lujo más valorada del mundo.
Así lo certificaba la semana pasada el informe sobre marcas más valoradas del mundo elaborado anualmente por la consultora Interbrand. ¿Será capaz su sucesor de hacer que Louis Vuitton se mantenga en el primer puesto del ránking de ahora en adelante?