Tal día como hoy, por Eva Hache
«No quiero que viváis sin saber que el 26 de octubre de 4004 a. C. se fecha la creación del universo. A mediodía»
En estos días en que ya os habréis acostumbrado a la rutina de madrugar de noche y aprovechando que estaréis aburridos tras abandonar a medias la colección de Dedales del Mundo, no me queda más remedio que entreteneros. Como si ya no tuvieseis nada que hacer y esa lavadora se fuera a tender sola. Os recuerdo que es San Evaristo, el rey de la baraja. Que tal día como hoy, en 1905, Suecia reconoce la independencia de Noruega y, a cambio, la condena a la maldición de que todos sus súbditos tengan los tobillos gordos. Que en 1965 los Beatles reciben la Orden del Imperio Británico, que no es otra q...
En estos días en que ya os habréis acostumbrado a la rutina de madrugar de noche y aprovechando que estaréis aburridos tras abandonar a medias la colección de Dedales del Mundo, no me queda más remedio que entreteneros. Como si ya no tuvieseis nada que hacer y esa lavadora se fuera a tender sola. Os recuerdo que es San Evaristo, el rey de la baraja. Que tal día como hoy, en 1905, Suecia reconoce la independencia de Noruega y, a cambio, la condena a la maldición de que todos sus súbditos tengan los tobillos gordos. Que en 1965 los Beatles reciben la Orden del Imperio Británico, que no es otra que la de seguir tocando frenéticos sin que nadie los escuche por culpa de los desaforados gritos de fans histéricas. Que en 2007 Apple lanza el sistema operativo MAC OS X Leopard y, con ello, se extiende por el mundo la falta de escrúpulos a la hora de llevar estampado animal y salir sin miedo a la calle vestida de leoparda, de tigresa o de lagarta.
No quiero que viváis sin saber que el 26 de octubre de 4004 antes de Cristo se fecha la creación del universo. A mediodía. ¿A mediodía es a las 12:00 o a la hora de comer? No lo sé. Teniendo en cuenta que esto es el cálculo de un obispo, me queda menos claro cuándo se creó el mundo y a qué hora. Y si un obispo calcula bien o mal o si puede calibrar cristianamente la existencia de algo cuando ni siquiera su dios estaba en la Tierra. Lo que sí me queda claro es que el obispo tenía mucho tiempo libre y quien le tendiera las lavadoras.
Seguramente hoy también se conmemora el Día Mundial de Algo. El Día Mundial de la Zanahoria Rallada con Vinagre o el Día Mundial del Surfero Caído en Ola de Mar Gruesa. Esto al gusto. Lo que es cierto es que, al hablar de surfismo, os he hecho venir a la cabeza esos pies en primer plano en vuestras fotos playeras. Recuerdos que se nos derraman encima como la arenilla atrapada en un libro que abrimos dos meses después. Bueno, si leéis en libro electrónico, no. Si se os atrapa la arenilla en el ebook, ya sabéis qué pedir para Reyes.
Pero ¿qué os quiero yo decir con toda esta efeméride y tanta recapitulación de sinsentidos? Pues nada. Que este es un día normal. De otoño. Quizá aburrido. Anodino de insignificante, insustancial. No como el yogur grasiento ese de colores que engollipa. Anodino y sin quehacer. O con qué hacer y entonces quejándonos. Pero un día normal.
Es verdad que sí, que hoy también hay acontecimientos. Hay otra vez un clásico de fútbol. ¡Atentos todos! Ya veo yo venir las frases hechas de «El fútbol es así», «Son once contra once», «No hay rival pequeño» o «No hay quinto malo». Ah, no, espera, que esta no es de fútbol, es de botellines.
Y, espera, que hay que cambiar la hora. ¡Qué alegrón! Y ya van llegando, mira, las frases muy hechas: «A las tres son las dos», «Una hora más para dormir», «Si ganamos, hora extra para celebrar», «Si perdemos… Si perdemos, una hora más para dormir».
Pero vamos, que un día corriente, déjalo que corra. Aprovecha para aprender a maquillarte según los muy útiles trucos que esta maravillosa revista te ofrece. No tengas miedo de pintarte como la puerta de una cantina mexicana aunque vayas nada más que a tender la ropa, que ya está cogiendo olor. También hay tiempo hoy para pensar en esos seres humanoides que se maquillan tanto que se dibujan los rasgos y no quiero yo que eso te pase a ti. Relaja con los pinceles que ya hay gente que se tiene que levantar dos horas antes que sus niños porque, sin maquillar, no la reconoce ni la camada ni el portero de la finca. En fin, allá tú. Y mira, una mosca que pasa. ¿Qué hará una mosca todavía aquí?