Qué pasa en tu barrio cuando abre un hostel ‘cool’ para ‘millennials’
Generator, la cadena de hostales de diseño ‘low cost’, acaba de abrir un nuevo local en Madrid. En Barcelona lleva presente desde 2013 y así ha transformado el barrio en el que se asienta.
Hace cinco años, la palabra ‘hostel’ evocaba a habitaciones con literas, baños compartidos y pocos elementos decorativos más allá de mapas de la ciudad y panfletos de excursiones guiadas. Lo importante de estos establecimientos era que fuesen baratos, porque por allí solo se iba a dormir y a guardar la mochila. La actividad y la aventura esperaban en las calles.
Pero en 2012, Facebook anunció la compra de Instagram, la constatación de que los filtros habían invadido la realidad. Con ellos nació un nuevo ‘preciosismo’ reinventado para la modernidad: las fotos a los platos de comida son a...
Hace cinco años, la palabra ‘hostel’ evocaba a habitaciones con literas, baños compartidos y pocos elementos decorativos más allá de mapas de la ciudad y panfletos de excursiones guiadas. Lo importante de estos establecimientos era que fuesen baratos, porque por allí solo se iba a dormir y a guardar la mochila. La actividad y la aventura esperaban en las calles.
Pero en 2012, Facebook anunció la compra de Instagram, la constatación de que los filtros habían invadido la realidad. Con ellos nació un nuevo ‘preciosismo’ reinventado para la modernidad: las fotos a los platos de comida son ahora casi obligatorias y los selfies han sustituido a los retratos de toda la vida. Los viajes ya no sólo se viven sino que también se narran visualmente y los escenarios tienen que ser bonitos por necesidad. En la era de Ikea, las literas también pueden ser ‘cuquis’.
Ese es el concepto que la cadena de hostels Generator, creada por los hermanos británicos Louise y Kingsley Duffy, está explotando con éxito en cada vez más países. Por el momento ya están presentes en 13 ciudades europeas y pronto abrirán su primer establecimiento en Estados Unidos, concretamente en Miami. En España llevan cinco años en Barcelona y acaban de inaugurar el de Madrid.
Elwin Meijvis, Generator Area Manager en España, desgrana las ofertas de la empresa aprovechando su reciente aterrizaje en la capital. “La apuesta por el diseño, para crear espacios únicos que sirvan como facilitador de las experiencias sociales. La creación de una agenda cultural local, cuidadosamente seleccionada para nuestros huéspedes y para los madrileños que toca temas de arte, música y cultura y una gran oferta de restauración y coctelería. Además, ofrecemos camas para todo tipo de huésped: habitaciones compartidas, familiares o privadas. Nos adaptamos a todos los viajeros”. Dependiendo del número de camas de las habitaciones y las comodidades, los precios oscilan entre los 10 y los 150 euros aproximadamente.
Experiencia es la palabra clave: sus clientes potenciales son los millennials, que suelen tener como objetivo “vivir la experiencia del lugar”. Es decir: no sentirse un guiri, sino disfrutar su destino como un lugareño (dentro de lo que eso puede ser realizable). Ya no se consideran turistas, sino viajeros. Pero con comodidad. De ahí que los ‘Generators’ siempre estén en el centro y en edificios “inusuales”, como unas antiguas oficinas del siglo XIX o una vieja gasolinera con aparcamiento. La experiencia del diseño, la experiencia de la cultura, la experiencia del contacto humano. La experiencia como experiencia.
“No solemos localizarnos en barrios donde no hay vida, por así decirlo. Nos integramos dentro de la ciudad de una manera orgánica, para ofrecer una gran variedad de oferta no solo de alojamiento, sino cultural. Además, siempre hemos tenido feedback positivo de parte de nuestros viajeros, pero también de los locales. Al final nuestros ‘Generators’ ayudan y contribuyen a crear la oferta cultural de la ciudad y a seguir creando puestos de trabajo y negocio en la zona donde nos situamos”, apunta Meijvis.
El ejemplo de Barcelona
Los dos locales que la empresa tiene en el país están situados en barrios céntricos pero aún no exprimidos del todo por el turismo. Es decir, que Generator se ha instalado en ellos antes de que pasen a formar parte del gran parque de atracciones para el visitante en el que se están convirtiendo muchas grandes ciudades, pero sin que se note demasiado. El de Barcelona (carrer de Còrsega, 373) está en la linde del popular y hipsterizado barrio de Gràcia. En Madrid se ha situado en la zona de San Bernardo, a dos pasos de Malasaña y Conde Duque, otro ejemplo de la gentrificación nacional.
En la capital catalana, su éxito ha provocado que la zona se abra al comercio destinado al tipo de clientes que se hospedan en él. De hecho, en sus alrededores han abierto dos hostels más y con un concepto similar -diseño instagrammer a precios asequibles-, el BCNSportHostel y el Yeah!. Además, dos hoteles planean su apertura inminente.
El dueño de un restaurante cercano al hostel de Barcelona –pide anonimato en el texto–, resume la transformación de la fisonomía comercial de la zona tras la llegada de Generator: “Hay un outlet de ropa que no es barata pero que encaja en su universo y, un poquito más a la derecha, un sitio de muebles de diseño en plan divertido, no caro”. Su irrupción también ha supuesto un cambio en los negocios de restauración: “han abierto muchos restaurantes, pero sobre todo de comida rápida. Para ellos es un buen negocio, porque la gente viene, consume cualquier cosa y luego se va. Como nosotros lo hacemos bien me interesa que pase gente, no voy decir que sea competencia desleal”.
Además, Generator es propietario de una taquería ‘cool’ llamada Pikio Taco, que está delante del hostel: “Normalmente está petada. Supongo que tendrán ofertas, como que cuando haces el check-in te darán una cerveza gratis, o algo así”, explica el hostelero. Los supermercados de la zona también han hecho caja: “Delante hay un Suma de los que abre 24 horas y se forra. También hay un supermercado Condis que van y se compran una barra de pan y un poquito de jamón o de embutido para hacerse unos bocadillos. No es gente que gaste mucho, pero en el aspecto económico ha mejorado”, resume. La foto de Instagram se hace en la terraza del hostel. Lo del bocadillo de salchichón queda en la intimidad.
Por el momento su presencia en el barrio no ha incomodado a los vecinos, al menos no tanto como pasa en barrios como el Gótico o el Raval. De hecho, los clientes se van de jarana allí y luego vuelven a dormir. El hostel no permite subir ni comida ni bebida a las habitaciones, con lo que consiguen que si los huéspedes quieren tomarse unas copas lo hagan en su bar y que no haya borracheras ni en el interior ni en los aledaños del establecimiento. Desligarse de la imagen del turismo fiestero (incómodo para los locales) es otra de sus estrategias.
Pronto su localización será incluso mejor que la que tiene ahora. “La alcaldesa Ada Colau dijo que quería peatonalizar la calle Girona [pegada al hostel] en 2018. Por eso los alquileres de esa calle se pusieron por las nubes. Si lo acaba haciendo, teniendo en cuenta todos los hostels y hoteles, la zona puede crecer mucho. Gràcia ya no puede más porque está petado y lo que están haciendo es abrir cosas alrededor del barrio”, comenta el dueño del restaurante. Mientras tanto, Generator sólo tiene que esperar.