Palabra de Morrissey

Activista vegetariano, defensor del celibato y polemista incontenible. El exlíder de The Smiths vuelve a España y recordamos las razones que lo hacen único.

Yui Mok (PA Wire/Press Association Images)


Steven Patrick Morrissey, Morrissey a secas (o Moz, para los más entendidos) no se ha caracterizado nunca por su discreción. No pasan temporadas demasiado largas sin que el británico haga alguna declaración o movimiento que desate la polémica y acapare titulares. Aprovechando su visita a nuestro país (9 de octubre en Madrid y 10 en Barcelona), repasamos algunas de las razones por las que se ha convertido en un personaje único.

1- Vegetariano radical: no sólo es que el no comer carne sea su opción personal, sino que Morrissey es todo un activista radic...

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Steven Patrick Morrissey, Morrissey a secas (o Moz, para los más entendidos) no se ha caracterizado nunca por su discreción. No pasan temporadas demasiado largas sin que el británico haga alguna declaración o movimiento que desate la polémica y acapare titulares. Aprovechando su visita a nuestro país (9 de octubre en Madrid y 10 en Barcelona), repasamos algunas de las razones por las que se ha convertido en un personaje único.

1- Vegetariano radical: no sólo es que el no comer carne sea su opción personal, sino que Morrissey es todo un activista radical a favor del vegetarianismo. Uno de los ejemplos más notables es el título de su segundo disco con The Smiths Meat is Murder (La carne es asesinato, en su traducción al castellano), cuya canción homónima contiene frases como: Y la carne que fries tan caprichosamente/ no es suculenta, sabrosa o agradable/ es la muerte sin razón/y la muerte sin razón es asesinato.

Su evidente postura ante el tema también le llevó a prohibir a sus compañeros de grupo a comer carne en público, a abandonar el festival de Coachella en 2006 porque olía a barbacoa o a quitarle importancia al tiroteo de Utoya en Noruega (en el que murieron 67 personas) diciendo que no era nada en comparación con lo que sucedía cada día en sitios como McDonald’s. Por poner sólo algunos ejemplos.

2- Bocazas: declaraciones como las mencionadas en el punto anterior dejan claro que Morrissey no tiene reparos a la hora de abrir la boca para soltar la primera barrabasada que se le ocurra. Hace unos años insultó a la comunidad china diciendo que: “¿Habéis visto su tratamiento hacia los animales y su bienestar? Absolutamente terrorífico. No cabe duda de que los chinos son una subespecie”. Dichas palabras hicieron que los medios bucearan en sus hemerotecas y encontrasen otros enunciados que podrían calificarse de racistas, como cuando en 2007 sostuvo que aunque no tenía nada en contra de la inmigración: “Cuanto mayor sea su influencia en Inglaterra, más desaparecerá la identidad británica”. Quizá bocazas sea un término que se le queda pequeño.

3- Impertinencia: Si no duda en opinar sobre cualquier tema, tampoco lo hace a la hora de meterse con el resto del mundo. El año pasado acusó a Beyoncé, nada más y nada menos, de estar acabando con la población de los rinocerontes en el mundo debido a su gusto por los bolsos de piel. Tampoco se cortó a la hora de ponerle un apodo a Madonna (McDonna) o de decir que David y Victoria Beckham (los Peckhams, como los llama él) deberían de: “Ser arrastrados hasta las afueras de una aldea para ser azotados, porque son insoportables para cualquier persona con un poco de inteligencia”. Y a principios de los 80 dijo que Robert Smith (líder de The Cure) era "un llorica". Haciendo amigos.

Su pelazo. Y su tupé. Y sus camisas.

Getty

4- Odio por la industria musical: en su polémica (y detallada) autobiografía publicada por Penguin Classics, el músico no titubea al dar detalles acerca de sus filias y sus fobias, incluyendo en ellas a las compañías discográficas. Una de las que más golpes se lleva es, precisamente, Rough Trade Records, el sello que llevó a la fama a The Smiths en sus inicios. Morrissey acabó acusando a la compañía de ir solamente detrás del dinero.

5-Egomaníaco: como la mayoría de los polemistas profesionales como él, a Morrissey lo que le gusta es llamar la atención. La banda escocesa PAWS no dudó al acusarle de exceso de ego, cuando el cantante pidió que se cancelase su concierto junto a We Are Scientists ya que “el alto sonido de su música podía influir en su interpretación” al tocar en salas conjuntas. PAWS publicó un post en su página de Facebook (que ya ha sido borrado) en el que comparaban el comportamiento de Moz con el de un niño “tirando juguetes desde su cochecito”. Un divo con todas las letras.

6-Defensor del celibato: una de las declaraciones más recordadas del músico (pronunciada hace tres décadas) es la que hace referencia a su inactividad sexual: “Estoy a unos pasos del monasterio”, sostuvo. Sin embargo, la conversación acerca de sus relaciones y su vida privada que se ha desarrollado a través de entrevistas y letras de canciones durante todos estos años, deja claro que la idea del celibato fue simplemente eso: una idea.

Fans de Morrissey en un concierto en Hollywood en 2013.

Getty

7-Antimonárquico: que Morrissey no tiene ningún afecto por la familia real británica es un hecho conocido por todo el mundo. En 2012, en un concierto en las Islas Malvinas, su banda salió al escenario con camisetas que ponían “Odiamos a William y Kate” junto a una foto de la pareja. El cantante también declaró que las islas pertenecen claramente a Argentina, por mucho que diga el Reino Unido. Aunque no pertenecía a la familia real, Morrissey también tenía un odio declarado a Margaret Thatcher, a la que dedicó la canción Margaret On The Guillotine.

8-Sus estilismos: su amor por las camisas (más coloridas en los primeros años de la década de 1980). Su carismático peinado con el tupé más reconocible desde el de Elvis Presley. Sus trajes con corbata de los últimos años. Su mirada y su porte. Incluso con los kilos que se han ido añadiendo a su figura con el paso del tiempo o con las canas que clarean su cabellera, Morrissey ha sido y es todo un dechado de elegancia.

9- Capacidad para llenar estadios: hay mucha gente que no le soporta pero su número de fans incondicionales es considerable. Y estos son fieles a sus conciertos aunque las entradas valgan más de 50 euros y sus años de gloria vayan siendo cada vez más lejanos. Un concierto de Morrissey no es un espectáculo cualquiera y hasta sus detractores posiblemente tengan, al menos, curiosidad por verlo en directo.

10- Su carrera musical: la última y más contundente de todas las razones. La obra de Morrissey, tanto con The Smiths como en solitario, ya forma parte de la historia de la música contemporánea y esto no hubiera sido posible sin la figura del propio Morrissey al frente. Pese a todas las polémicas, dislates y excesos que vayan ligados a su persona. Genio y figura.

Live Nation

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