La guía definitiva para hacerse con un vibrador

Todo un ejército de amantes electrónicos especializados está dispuesto a llevarte al éxtasis. Tan solo hay que elegir el más adecuado a tus necesidades.

Fotograma de 'Átame'.

Créanme, si queda todavía alguna parcela de la realidad en la que el futuro no se perfile peor que el pasado o el presente, sino mucho más brillante y prometedor, esa es la de los juguetes eróticos. Mentes brillantes, quien sabe si robadas a la NASA o a la ciencia, diseñan nuevos artefactos cada vez más sofisticados. Robots programados para proporcionar placer, Nexus que, en un hipotético remake de Blade Runner, desarrollarían sentimientos, se enamorarían de sus dueños y se atormentarían pensando que los humanos solo los queremos para el sexo.

La industria de la juguetería erót...

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Créanme, si queda todavía alguna parcela de la realidad en la que el futuro no se perfile peor que el pasado o el presente, sino mucho más brillante y prometedor, esa es la de los juguetes eróticos. Mentes brillantes, quien sabe si robadas a la NASA o a la ciencia, diseñan nuevos artefactos cada vez más sofisticados. Robots programados para proporcionar placer, Nexus que, en un hipotético remake de Blade Runner, desarrollarían sentimientos, se enamorarían de sus dueños y se atormentarían pensando que los humanos solo los queremos para el sexo.

La industria de la juguetería erótica avanza al ritmo de la armamentística y cada día hay un nuevo vibrador en el mercado, hasta el punto de que elegir el más adecuado empieza ya a requerir varios días de documentación, visitas a tiendas especializadas y preguntas indiscretas a amigas íntimas. No se preocupen, yo he hecho el trabajo sucio para ustedes. Empecé a hacerlo hace algunos años, cuando todavía los sex shops eran lugares lúgubres, mal iluminados y regentados por un individuo con pinta de delincuente habitual. En uno de esos tugurios me compraron mi primer vibrador que todavía conservo: negro, de plástico duro y “apto para usar en la intimidad”, como ponía en la caja, si no fuera porque el ruido que hacía simulaba al de una sierra eléctrica.

En menos de diez años, hemos pasado a disponer de siliconas biocompatibles, aparatos con muchos grados de vibración y maquinitas con triple estimulación: clitoriana, vaginal y anal, como sucede con el vibrador Lady Godiva. Una amiga mía, ya entrada en años, lo compró y prometió darme noticias al respecto pero no he vuelto a saber de ella. Me pregunto si habrá sobrevivido a la prueba.

Según Max Rekarte, director de marketing de Lelo para España, Portugal y Reino Unido, el futuro ya está aquí: “En la última feria del juguete erótico a la que ha asistido, la marca alemana Fan Factory ha presentado la tecnología de la pulsación. El propio juguete te penetra solo, no hay que sujetarlo. La electroestimulación se incorporará a los vibradores y los habrá que combinen la vibración con la estimulación eléctrica y algunos llevarán una cámara incorporada, que permitirá ver la vagina por dentro”. Primero fue el selfie, luego el braggie… No hace falta ser un cazador de tendencias para imaginar lo que sigue en la secuencia si el vibrador-cámara llega algún día a popularizarse.

De clítoris

Mis favoritos son los modelos Iroha, de la marca Tenga, con un diseño inspirado en motivos japoneses, y dentro de estos el pequeño Sakura, con la punta en forma de V para pellizcar o acariciar. Estas pequeñas máquinas, aparentemente inocentes y frágiles, están ideadas para despertar el deseo y mostrarnos la maravillosa sensibilidad de los labios mayores, menores y zona externa de la vulva, además de, por supuesto, la del clítoris. Con una estrategia muy oriental, nos van calentando poco a poco hasta desear que el inocente muñeco de nieve o pétalo de rosa se convierta en dragón. Una vez trabajada a fondo la zona externa, Tenga promete sacar próximamente objetos para la penetración, que muchas esperamos con impaciencia. Por lo pronto, existe ya una edición de bolsillo, Iroha Mini, muy adecuada para sacarla de paseo, al cine, la playa –son sumergibles- o la montaña.

Penetradores

Con los vibradores ocurre como con las parejas, algunos resisten el paso del tiempo, pero a otros se les podría cantar aquello de hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo. Está bien, por tanto, cambiar de vez en cuando, e ir probando las novedades del mercado. El Pleasure Rabbit marcó un antes y un después porque, además de garantizar los orgasmos a Charlotte, de la serie Sexo en Nueva York, lo hizo también a miles de mujeres, en parte porque era de los primeros que tenían en cuenta al clítoris. Sigue siendo el preferido de muchas, aunque ahora hay variaciones más perfeccionadas como el Conejito vibrador Kaya, de PicaBong, con doce patrones de vibración o INA 2, de Lelo, con descargas más potentes, ocho modos de estimulación y un tallo más ancho y anatómico para dar con el dichoso y escurridizo punto G. La casa alemana Fun Factory es otra de mis preferidas ya que llevan la calidad y el buen hacer germano hasta la misma entrepierna. Paul & Paulina G4 es también una buena elección. El nombrecito no está puesto al azar, ya que este vibrador tiene dos brazos. Paul, el más ancho, se encarga de trabajar la vagina; mientras Paulina se emplea a fondo con el clítoris, presionando y vibrando incansablemente. De todos es sabido que las mujeres pueden hacer dos cosas a la vez -respecto a los hombres no hay tanta certeza- y por lo tanto, Paulina puede también estimular el ano, aunque en este caso no al mismo tiempo que el clítoris. Habrá que elegir y optar por uno u otro. Su mando, en forma de anilla, hará más fácil cogerlo por detrás.

De Fun Factory es también el modelo Stronic Drei que goza de mis simpatías, ya que da pequeños empujones, lo que más finamente se conoce como “estimulación pulsatil Stronic”. No tiene el empuje de un obrero de Newcastle, pero ganas no le faltan. Para las amantes del diseño hasta en los pequeños detalles, Soraya, de Lelo, presume de ser el vibrador de doble acción más bello del mundo.

The Ultimate G, de Ann Summers, creado por ginecólogos, promete orgasmos de tercer nivel. No he tenido ocasión de probarlo y, en parte, prefiero esperar por aquello de que siempre hay que dejar algún sueño por cumplir. Algún plan B o C antes de decidirse a meter la cabeza en el horno. Pero según indicaba el doctor Brian Xie, uno de sus creadores, en un artículo del Daily Mail, el orgasmo de tercer nivel es una sensación de liberación total y de abandono sexual, “el uso prolongado permitió -a una usuaria- experimentar sensaciones profundas dentro del cuerpo, llevándole a un nivel de orgasmo mayor”, explicó Xie al diario.

Soraya, de Lelo, presume de ser el vibrador de doble acción más bello del mundo.

Lelo

Para el punto G

La mayoría coincide en que si no has descubierto tu punto G tras probar el vibrador G-Ki, de Je Joue, es mejor que pases al H y sigas por orden alfabético. Lo bueno de este diseño es que su forma se mueve y ajusta a la anatomía de cada mujer para activar el botoncito exacto y llamar a las puertas del cielo. Otras de las virtudes de G-Ki es que es consolador y dildo al mismo tiempo, ya que también está diseñado para estimular el clítoris y el punto G a la vez, si se pone en forma de L. Ergonómicamente diseñado para despertar ese objeto de placer no identificado desde distintos ángulos, y con todo tipo de masajes, vibraciones y pulsaciones, este vibrador puede ser disfrutado también por hombres, para estimular la próstata.

Si se es un poco más hardcore, Njoy, de acero puro, está también pensado para el punto G, en uno de sus extremos, y la estimulación anal en el otro. A veces cuando la tecnología llega a ser tan perfecta y sofisticada, lo mejor es volver a los orígenes y a las cosas simples. No se crean, la dureza y frialdad del acero pueden proporcionan sensaciones muy intensas. Especialmente indicado en mujeres experimentadas y que alcancen un considerable grado de excitación.

Ora es un simulador de sexo ora. La tecnología ha sido capaz de crear pequeñas e incansables lenguas con 10 modos de estimulación.

Ora

Simulador de sexo oral y otros artefactos

Durante mi vida sexual he llegado a la conclusión de que no es fácil dar con expertos en el cunnilingus, por lo que el invento de Lelo, Ora, un simulador de sexo oral, supone todo un acierto. La tecnología ha sido capaz de crear pequeñas e incansables lenguas con 10 modos de estimulación y función de intensidad con memoria. Algo de lo que carecen muchos amantes a los que hay que recordarles una y mil veces lo que realmente nos gusta.

Los vibradores para usar en pareja son tendencia, y aunque yo no soy muy partidaria de mezclar humanidad y tecnología –es un poco como hacer el amor con prótesis–, manías que tiene una, éstos cuentan con una legión de seguidores. We Vibe-4, como su nombre indica, va ya por la cuarta edición. Mejorada, más pequeña, suave y ergonómica. Lo que se pretende es que la mujer lo lleve puesto durante el coito para estimular su clítoris y punto G, al mismo tiempo que comparte la vibración externa con su pareja. Y por último, dos productos que no deberían faltan en cualquier hogar: el primero es el Wake-Up-vibe, un vibrador despertador que se programa a la hora deseada y se pone en las bragas, ya que es externo, durante toda la noche para que te levante de la mejor manera posible. El segundo es el bigote vibrador desechable (de un solo uso) que añade algo más de picante, o cuanto menos de humor, a los cunnilingus.

El we vibe es un vibrador para usar en pareja. Lo que se pretende es que la mujer lo lleve puesto durante el coito para estimular su clítoris y punto G.

We Vibe

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