El chico del Canet Rock y otros animadores espontáneos que alegran un festival

No hay nada como olvidarse de lo que pasa en el escenario y seguir sus indicaciones. Ellos saben animar el cotarro.

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Fue en el festival Canet Rock el pasado sábado. Muchas de las 25.000 personas que estaban viendo la actuación de Love of Lesbian pensarían que la acción estaba en el escenario con Santi Balmes y compañía en directo. Se equivocaban. Al final del todo, ese lugar reservado a los rezagados y aquellos que prefieren sentarse o huir de la primera fila, estaba la auténtica fiesta. Un joven lideró durante todo el concierto a una masa que se entregó a sus directrices sin contemplaciones. Que si ahora un poco de conga, que si unos pasos de La Macarena, que si todos a una hacia adelante… Un auténtico lí...

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Fue en el festival Canet Rock el pasado sábado. Muchas de las 25.000 personas que estaban viendo la actuación de Love of Lesbian pensarían que la acción estaba en el escenario con Santi Balmes y compañía en directo. Se equivocaban. Al final del todo, ese lugar reservado a los rezagados y aquellos que prefieren sentarse o huir de la primera fila, estaba la auténtica fiesta. Un joven lideró durante todo el concierto a una masa que se entregó a sus directrices sin contemplaciones. Que si ahora un poco de conga, que si unos pasos de La Macarena, que si todos a una hacia adelante… Un auténtico líder de la noche que consiguió alegrar la jornada a todos los que le acompañaron. Su hazaña se puede admirar en este vídeo, que en solo unas horas acumula más de 4.000 visionados y subiendo:

Hemos podido localizar al héroe de Canet Rock. Alexander Padilla (@alexkalextrik) tiene 27 años y no, no es animador profesional. Es Social Media Manager en la productora Zoopa y profesor asociado de la UAB de Creatividad y Marketing. Le enviamos unas preguntas y esto es lo que nos ha contado sobre su inesperado momento de gloria:

– ¿Cómo empezó todo el lío que montaste en el Canet Rock?

– Fuimos un grupo de amigos al festival y con Manel nos pusimos a hacer coreografías divertidas y con la tontería la gente comenzó a sumarse a bailar con nosotros. Acabamos el concierto de Manel con cientos de personas que me pedían que volvieramos a repetir lo mismo en Love of Lesbian, grupo que actuaba nada más acabar Manel. Y así fue: Nada más comenzar el concierto, la gente se comenzó a reunir en nuestra zona y comenzamos de nuevo a bailar cada canción. Fue tal la cantidad de gente que se sumó que nos animamos a hacer una conga multitudinaria (se ve en el vídeo). Se fue creando un gran círculo de gente que estaba más pendiente de nuestras coreografías que del propio concierto. Hubo gente que se me acercó al acabar para decirme que desde lejos parecía que era otro concierto. Muchos asistentes grabaron vídeos, y sacaron fotos del momento que se han ido publicando a posteriori en las redes sociales. ¡Toda una locura inesperada!. Creo que lo vivido esa noche, no lo podré olvidar en mucho tiempo.

– ¿Cómo describirías la experiencia?

– Recuerdo las caras de mis amigos asombrados por la cantidad de gente que comenzaba a sumarse a bailar mis pasos. Me daba miedo mirar hacia atrás porque no sabía lo que estaba pasando realmente. Realmente fue un subidón pues no fue intencionado. Apenas tenía 4 pasos para bailar pero creo que supe sacar las ganas de fiesta y buen rollito que tiene la gente en este tipo de festivales. Nunca pensé que pondría a gatear a más de 500 personas, y pasó. Acabaron aupándome y gritando "Alex President". ¡Irrepetible!

– ¿Te había pasado alguna vez?

– Hace 3 de años me pasó algo parecido en el FIB, y aunque hubo mucha gente que se sumó al baile, lo vivido este fin de semana en Canet Rock lo supera con creces. Estas cosas ocurren de imprevisto, de forma natural, porque la gente se contagia de la energía y la alegría de los conciertos y en cuanto ve a 4 amigos haciendo 'el bobo' con pasos cutres y sencillos, se une.

– ¿Estás planteándote ser animador oficial de festivales?

– No me he planteado (por ahora) ser animador oficial, a menos que algún grupo me quiera llevar de gira por todo el mundo 😉 En ese caso prometo poner patas arriba cada festival. Aunque después de esto, me haría mucha ilusión poder asistir a un concierto de Love of Lesbian y hacer una macro coreografía junto al grupo. Mis amigos ya me animan a ampliar mi carrera profesional como animador de bodas, bautizos y comuniones. ¿Algún interesado?

– ¿Qué le recomendarías a la gente que va a los festivales 'con pose' de no demostrar su alegría?

– A un festival se va a disfrutar y a pasártelo bomba: saltar como si no hubiese mañana, hacerte amig@s de festival y a dejarte la garganta cantando todos los temazos de tus grupos favoritos. Acudir a un festival es una experiencia que va más allá de un concierto de música en concreto.

El efecto Alexander en el Canet Rock nos ha recordado a otros héroes anónimos que consiguen levantar el ánimo del personal gracias a su alegría, desparpajo y ganas de pasarlo bien. Nada de pose, ellos son los auténticos jefes de los festivales. He aquí algunos de nuestros ídolos:

1) El mito: el chico de Sasquaatch en 2009. Concierto de Santigold. Un joven en bañador y con alegría para parar un tren baila a su manera en una ladera del festival. Se suma uno, se suma otro y finalmente, hordas de festivaleros corren a sumarse a la fiesta espontánea. Uno de los vídeos más compartidos de la historia de este género de animadores espontáneos.

2. El jefe: la fiesta no tiene edad

Aunque al principio muchos le miren desde la lejanía cómo baila de forma excéntrica, al final nadie puede resistirse a seguir su ritmo y a sus pasos hipnóticos. Fue en Nueva York, hace un par de años, en el festival EDC.

3. El nadador de césped de Bonaroo

Año 2010, concierto del trío de jazz Medeski Martin and Wood. Los extraños movimientos de natación en pleno césped llaman la atención del artífice del vídeo, que no duda en seguir a un extraño sin camiseta que comienza a darlo todo. Se suma una persona, otra, luego otra y la cosa al final acaba en una fiesta espontánea donde desinhibirse. 

4- Darlo todo en medio de la facultad. Año 2009. En la universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, un joven con una camiseta rosa salta al foso del patio y empieza a bailar sin complejos. La cosa se va de madre y hasta hay alguno que acaba subido en los árboles.

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