Candela Capitán, promesa de la ‘performance’ en España: «Me han censurado en todas las redes en las que he presentado mi trabajo»
Desde que la joven presentó su primer trabajo hace cinco años, sus obras se han visto en lugares como la Documenta 15 de Kassel, el CCCB de Barcelona o en los Teatros de Canal, donde en septiembre estrena su última y transgresora creación.
A Candela Capitán (Sevilla, 27 años), la joven promesa de la performance en España, aún le quedan unos créditos para finalizar los estudios superiores de danza de coreografía e interpretación en el Institut del Teatre (Barcelona), pero su proyecto de fin de carrera, Solas, se estrena en los madrileños Teatros del Canal el próximo 2 de septiembre. En su breve currículum ya presume de haber creado una obra escénica en Kassel para la inauguración de Documenta 15 (que acabó este año en un vídeo de B...
A Candela Capitán (Sevilla, 27 años), la joven promesa de la performance en España, aún le quedan unos créditos para finalizar los estudios superiores de danza de coreografía e interpretación en el Institut del Teatre (Barcelona), pero su proyecto de fin de carrera, Solas, se estrena en los madrileños Teatros del Canal el próximo 2 de septiembre. En su breve currículum ya presume de haber creado una obra escénica en Kassel para la inauguración de Documenta 15 (que acabó este año en un vídeo de Billie Eilish), que firmas como Gucci cuenten con ella como coreógrafa y que su vídeo Censurada, hecho por encargo para la banda The 1975, después de que la discográfica lo quitara de YouTube a los pocos minutos de publicarlo por sus imágenes polémicas, lo reeditara, presentara a la plataforma digital Nowness y ahora se exhiba en el CCCB de Barcelona, en la exposición Sade. La libertad o el mal.
La sexualización de la mujer es la crítica que atraviesa su obra. Y la ejecuta con posturas imposibles que juegan con los límites de la danza y en acciones en vivo, instalaciones, plataformas virtuales o vídeos. En Dispositivo de saturación sexual, obra que creó durante el Covid, es más evidente. En ella, los espectadores (independientemente de dónde la presente) tienen que conectarse a Chaturbate, una de las plataformas de contenido sexual explícito más famosas del mundo, para poder seguir su pieza a través del móvil. “Exploro la cosificación del cuerpo de la mujer desde su constante exposición en las redes sociales. El espacio escénico queda reducido a la pantalla y la poca movilidad de mi cuerpo se complementa con la interacción con el público a través del chat”, cuenta. “Me censuraron en Chaturbate por usar un chupete, elemento prohibido en esta plataforma. Pero me han censurado en todas las redes en las que he presentado mi trabajo”. Y de esta grieta que abren la censura, el tabú y la provocación —que asegura no perseguir, sino que es su manera de expresarse— se alimenta su inspiración.
Su hermana mayor, Coco Capitán, también es artista, pero nadie antes en su familia se dedicaba al arte. “Mi madre es profesora de cocina y mi padre físico, aunque siempre le ha encantado la música y le hubiera gustado ser bailaor, pero mi abuelo era gitano y no le dejó”, cuenta. Capitán se apuntó al conservatorio de danza de niña y a los 15 años se mudó sola de Cádiz a Sevilla para continuar los estudios. “Es duro estar metida en un conservatorio de cuatro a nueve, de lunes a viernes, desde tan pequeña”, dice.
Cuando terminó segundo de bachillerato, probó suerte en distintas escuelas de Europa, pero no consiguió plaza en ninguna. “Estaba obsesionada con la Universidad de Amberes, en Bélgica. Fui tres años para hacer las audiciones y no me cogieron”, admite. “La semana pasada me llamó el director de su teatro para programar una de mis piezas y le respondí superenfadada que mi ilusión era estudiar en su universidad y que no me habían cogido”, cuenta riendo. Finalmente, terminó en Barcelona, lugar donde todavía reside. “He subsistido gracias a la moda. Mi círculo siempre se ha dedicado a ella. Desde pequeña, Kito Muñoz [fotógrafo de moda] y yo pasábamos los veranos en Cádiz pegados al móvil conociendo a un montón de personas que ahora son nuestros amigos. Gente a la que admirábamos y que cuando íbamos a sus ciudades quedábamos”, recuerda. “En un principio yo bailaba para marcas: hacía improvisaciones para anuncios y presentaciones. No me gustaba, pero me daba dinero. Después empezaron a llamarme para hacerles coreografías”, aclara. Lo último ha sido una performance que mostró en la exposición 70 Years of an Icon: The Horsebit Leafer, organizada por Gucci el pasado junio en Milán.
Hasta el momento, su obra escénica más ambiciosa ha sido 19762. Solos y conectados, presentada en Kassel, en la inauguración de Documenta 15. “En ella, seis cuerpos intentan conectarse, pero están encajados en una máquina. Terminan lográndolo cuando descubren que solo pueden hacerlo a través de la máquina”, explica. De las críticas negativas que recibió recuerda una. “Decía que era un concepto muy elaborado, pero una pieza muy vacía. Y eso tiene su parte bonita, porque todo el rato hablo del vacío y de la superficialidad del mundo digital”. Después de presentarla, colgó el vídeo en su Instagram y le llovieron las ofertas de todo tipo. “En ese momento pensé si me compensaba prostituir mi obra”. Pero Daniel Sannwald, el creador de la portada del Motomami de Rosalía, se puso en contacto con ella y no lo dudó. “La quería para el videoclip de la canción Never Felt So Alone de Labrinth con Billie Eilish. Al escuchar el tema supe que Daniel iba a respetar mi trabajo”.
Para su última creación, Solas, cuenta que buscaba una vía de escape. “Del mismo que Virginia Woolf con Una habitación propia y después Remedios Zafra, con Un cuarto propio conectado, yo pensaba en la digitalidad como la última esperanza donde el espacio podía ser algo transfeminista. Pero al final me ha salido una crítica”, dice riendo. “Muestro a cinco chicas que, de usar de manera obsesiva nuevas interfaces como las redes sociales, se han convertido en máquinas sexualizadas idénticas entre sí”. Algo de lo que huye ella, la artista que no encaja en ninguna disciplina y con la que todos quieren trabajar.
*Estilismo: Paula Delgado. Maquillaje y peluquería: Io Van Helsing (Kasteel Artist Management). Asistente de fotografia: Alex Zuazola.