6 tendencias sexuales que triunfarán en 2015

Estas son las terapias, corrientes, actitudes o reivindicaciones entorno al sexo que veremos en el año que empieza.

Flirtmoji

1. Focalización sensorial

La filosofía es simple, si queremos volver a sentir como un adolescente, lo que deberemos hacer es comportarnos como tal. Esta terapia propone encuentros que eludan la penetración y que se centren en las caricias y la exploración de los cuerpos. Como no hay que llegar al orgasmo, no hay presiones ni retos, todo es un juego en el que poco a poco se irá avanzando por sus distintas fases hasta volver a las relaciones convencionales y al coito.

Tarde o temprano, llega un momento en nuestras estresadas vidas que debemos poner el freno y...

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1. Focalización sensorial

La filosofía es simple, si queremos volver a sentir como un adolescente, lo que deberemos hacer es comportarnos como tal. Esta terapia propone encuentros que eludan la penetración y que se centren en las caricias y la exploración de los cuerpos. Como no hay que llegar al orgasmo, no hay presiones ni retos, todo es un juego en el que poco a poco se irá avanzando por sus distintas fases hasta volver a las relaciones convencionales y al coito.

Tarde o temprano, llega un momento en nuestras estresadas vidas que debemos poner el freno y reaprender las cosas más simples, que probablemente pensábamos que venían ya de fábrica, grabadas en el disco duro, en la carpeta de “Instinto”. Me refiero a respirar, comer, descansar y, por supuesto, practicar el sexo. La experiencia o la desinhibición, siempre bienvenidas en materia sexual, pueden también traer consigo un cierto mecanicismo, una simplicidad, un querer tomar el atajo para llegar antes al punto de destino, lo que nos hace focalizarnos en la meta y no en el trayecto; cuando todos sabemos que lo mejor de los viajes es prepararlos, vivirlos y saborearlos a cada momento y no solo cuando llegamos a la cima del Everest o a Picadilly Circus.

Teniendo en cuenta que la falta de deseo es uno de los problemas sexuales más comunes en mujeres –los hombres también empiezan a engrosar este selecto club- y los trastornos de la eyaculación los que más atormentan al género masculino, la focalización sensorial se perfila como la terapia más eficaz para devolvernos la ilusión por el sexo. No hay nada como un buen régimen para que se nos abra de nuevo el apetito. Tras un tiempo de dieta sexual, si uno no se ha convertido ya en un zombi, seremos candidatos a que Lars Von Trier nos contrate para protagonizar la tercera entrega de Nymphomaniac.

2. 'Heart hunting' sentimental

Salidas nocturnas, webs de contactos, Tinder, citas a ciegas, speed dating, cook dating… Resulta curioso como cuantas más formas se inventan para buscar pareja, menos resultados de obtienen, a parte de una gran pérdida de tiempo y dinero. Ahora resulta que lo más nuevo para encontrar al príncipe azul es lo más antiguo, recurrir a las labores de una celestina, solo que una puesta al día y que utilice las técnicas de los head hunters para descubrir talentos en el área profesional. Alcanda Matchmaking es la primera empresa en España de head hunting sentimental y la que ha introducido el término matchmaking, según esta web “un servicio personalizado, profesional, exclusivo, privado y confidencial para personas exigentes que desean encontrar pareja estable”. Algo que se ha popularizado en EEUU gracias al desengaño producido por las webs de contactos. Dar con la media naranja requiere, en esta empresa, un desembolso de 3.500 euros con garantía para seis meses, prorrogables otros seis; a lo largo de los cuales se presentan candidatos, además de brindar un asesoramiento de coach al cliente durante el proceso. ¿Dónde queda la magia?, se preguntarán muchos. En parte en la capacidad intuitiva, que también deberá tener el matchmaker, profesional experto en la creación de parejas, y desde luego en el cuerpo a cuerpo y en el campo de batalla. Nadie puede librar esta lucha por nosotros.

3. Porno activistas

La reciente enmienda a la ley que regula la pornografía en el Reino Unido y que prohíbe ciertas prácticas, generalmente aquellas en las que la mujer tiene un rol dominante, ha provocado ya más de una manifestación en contra por parte de activistas, performances y realizadores de porno. Éstos entienden que las nuevas reglas que se aplican a la pornografía de vídeo de pago bajo demanda en Internet –lo que se vende como BBFC R18, es decir para mayores de 18 años– son una forma de censura a sexualidades más disidentes. ¿Por qué la eyaculación masculina sobre una persona es aceptable y la femenina no?, ¿por qué esta última solo es posible si es breve –menos de un minuto-, si no se realiza sobre nadie y con la única presencia de una pareja?, ¿dónde está escrito que ingerir semen es aceptable y, sin embargo, fluidos femeninos no? La filosofía sexista de estas nuevas reglas ha propiciado la aparición de figuras femeninas en contra de estas restricciones como Diana J. Torres, que ha escrito Pornoterrorismo (Txalaparta) o Itziar Bilbao Urrutia, una dominatrix de Bilbao que reside en Londres y que ya ganó una querella por sus vídeos porno en los tribunales, el verano pasado. Existe ya una organización de defensa de la libertad de expresión sexual, llamada Backlash y un letrado, Myles Jackman, conocido como “el abogado de la obscenidad”, especialista en libertad sexual y pornografía extrema, que opera en la capital inglesa. Muchos ven en estas restricciones una nueva forma de coartar las libertades más fundamentales. “El porno es el canario en la mina de carbón”, declaraba Itziar en un artículo de El País. ¿Se imaginan que la mecha de la revolución prendiera por causa del cine X?

4. Retiros sexuales

El pasado año abrió, en el Reino Unido, Shh un spa o campamento sexual de lujo, exclusivo para mujeres, en el que pasar retiros de cuatro a siete días para “desbloquear la sensualidad y conectar de nuevo con la feminidad”. Aquellas que han perdido el interés por el sexo, las que tras años en dique seco quieren retomar la actividad erótica o a las que el estrés les mantiene bloqueados sus instintos más primarios, podrían ser algunas de las potenciales clientas de esta empresa. Eso sí, todas deberán tener, si no la sexualidad, sus cuentas corrientesal día, ya que una semana cuesta alrededor de 7.000 euros. Sesiones mañaneras de qi gong, técnicas de respiración, masajes o acupuntura son algunas de las actividades que se realizan. Todo con el fin, según dice la web, de “devolver la sensualidad, feminidad, sexualidad, confianza y autoestima, para vivir plenamente el potencial sensual”.

Los lugares donde se realiza esta puesta al día son enclaves de lujo pero su localización es secreta –al modo de las orgías–. Tan solo se sabe que Shh cuenta con una casa estilo georgiano en Dorset, Inglaterra, otra en Ibiza, un lugar en Londres y que para el 2015 planea su desembarco en EEUU.

Si tenemos en cuenta que existen ya vacaciones para procrear –la agencia de viajes Spies Travel lanzó en 2014, en Dinamarca, un paquete turístico bautizado como Ovulación, para parejas con intenciones de reproducirse-, podemos deducir que el sexo está empezando a dejar de ser algo cotidiano para convertirse en una actividad extraordinaria, lo que puede tener dos lecturas: follamos menos que Los Roper, o lo hacemos tan bien que buscamos un momento y marco adecuados al evento, que como decía Enrique Iglesias, es casi una experiencia religiosa.

5. Eco orgasmos

Las preguntas para muchos a la hora de ligar no son si estudias o trabajas, sino si eres vegetariano, reciclas bien tu basura, si utilizas coche o el trasporte público y si Monsanto –la multinacional de transgénicos que se anuncia como una ONG para acabar con el hambre en el mundo– es para ti el enemigo público número uno. La tendencia eco, tras filtrarse en todos los ámbitos de la vida, llega también a la cama porque existe un sexo respetuoso con el medio ambiente y como Greenpeace nos dijo en una ocasión, a propósito de la sexualidad verde, “se puede ser una bomba sexual sin contribuir a que el planeta estalle”. Entre las máximas de esta asociación para cultivar el eco sex están ducharse en pareja para ahorrar agua y de paso, que sea lo que dios quiera; apagar las luces o utilizar velas, consumir lubricantes con base de agua y sin derivados del petróleo y hasta, si uno es aficionado al spanking, comprar paletas de madera certificada, provenientes de bosques sostenibles. Es decir, no hay que tener piedad ni consideración con el azotado/a, pero si, por supuesto, con los bosques.

Esta tendencia ha llegado también a los juguetes eróticos, que deben ser sin PVCs. Hay que elegir bien las marcas –Lelo, Fun Factory, Je Joue y Tenga son las más fiables– e incluso, los más radicales optan por dildos de piedra –a los que sin duda recurría Vilma Picapiedra–, cristal y, por qué no, volver a la todavía más rupestre costumbre de echar mano de las hortalizas y verduras. Other Nature, en Berlín, es uno de los primeros sex shops ecológicos, que ofrecen aceites de masaje totalmente orgánicos, preservativos de látex 100% natural o látigos de cuero vegano, fabricados con imitación de piel de animal, a partir de cámaras de bicicleta.

6. El sexting se reinventa

La llegada de los emoticonos eróticos o los Flirtmoji –así se llama a esta colección– tendrá seguramente consecuencias mucho más trascendentes de lo que mucha gente piensa. Para empezar, se creará un nuevo lenguaje sexual que deberemos aprender a utilizar y descifrar. Acabábamos, como quien dice, de familiarizarnos con los nuevos términos para designar a las prácticas sexuales de toda la vida, para que así parecieran más cool y nosotros unos modernos; cuando surgen de la nada estos creativos iconos, que se presentan sin diccionario ni libro de instrucciones. Algunos pueden ser fácilmente descifrables: una bandera gay, dos esposas, un preservativo, una película porno, un látigo o un pantalón de deporte empalmado. El problema es que luego se pasa a otros, más ambiguos: unos conejos copulando (¿querrá decir que le gustan los documentales de naturaleza de La 2, que tiene ganas de sexo o que quiere hacerlo tan rápido como un conejo?); un perrito caliente (¿1. Estoy cachondo, 2. Me apetece una salchicha, 3. Me gustaría practicar el sexo oral?); una muñeca hinchable (¿1.Te mueves menos que una ídem, 2. Esta noche no te veo, me lo monto en casa con mi chica de plástico, 3. Hoy quiero que adoptes un papel pasivo y ser el que lleve la voz cantante?). Pero si esto resulta complicado, esperen al grupo de “libre interpretación” en el que encontramos la cabeza de un lobo aullando, dos sandías, una bola de espejos de discoteca, una mano con el símbolo de la victoria y dos dedos ensangrentados o un pecho rodeado por el anillo de Saturno, entre otros mensajes. La imaginación al poder puede acarrear, en este caso, malentendidos con graves consecuencias. A la espera de que salga el diccionario Emoticonos eróticos/castellano, català, galego y euskera, lo más recomendable es prudencia y una buena vista o, en su defecto, unas gafas graduadas. Yo misma confundí, en un principio, la mierda de WhatsApp con un muffin de chocolate. No les digo más.

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