4 sitios de España en los que pasar una noche de miedo
El pueblo fantasma donde desaparece gente, apariciones espectrales en barrancos, casas ‘enmeigadas’… Lugares en los que el terror reside todo el año.
El pueblo de 'The leftovers' existe y la gente que va desaperece (Tarragona)
¿Pensabas que Mapleton era el único sitio donde podíamos ver a los seres humanos evaporarse en un instante? Va a ser que no. Cuenta la leyenda que en la entrada La Mussara, un municipio abandonado de Tarragona cerca de Tivissa y repleto ahora de ruinas, había una roca gigante junto a la masía al borde del camino de entrada. ...
El pueblo de 'The leftovers' existe y la gente que va desaperece (Tarragona)
¿Pensabas que Mapleton era el único sitio donde podíamos ver a los seres humanos evaporarse en un instante? Va a ser que no. Cuenta la leyenda que en la entrada La Mussara, un municipio abandonado de Tarragona cerca de Tivissa y repleto ahora de ruinas, había una roca gigante junto a la masía al borde del camino de entrada. Aquel que saltase el pedrusco se perdería para siempre. Aparecería en otra población, Vila del Sis, que existía en otro plano y de la que ya no se regresaría jamás. Tal y como explica Lorenzo Fernández Bueno en 99 lugares donde pasar miedo y 99 lugares encantados donde pasar una noche en vela (Libros Cúpula, 17,95 euros) "llama poderosamente la atención que el número de despariciones que allí se han producido en los últimos años supera con creces la media del país".
Fernández Bueno destaca el caso de la desparición de Enrique Martinez Ortiz, un joven de 37 años, en octubre de 1991. Iba a buscar rovellons con un grupo de amigos y se esfumó. La única prueba que quedó fue el cubo que llevaba para guardarlos. Su esposa Ana Gabarró aseguró al autor tiempo después que, "según los comentarios de los amigos, desapareció en el lugar donde están las antenas de televisión. Ellos marcaron el tramo que recorrieron y por allí no había un precipio ni nada parecido, porque además era un tramo muy pequeño. Iban en dos grupos y hablando. Antonio le preguntaba a Enrique y éste le contestaba, y llegó un momento en que no le contestó, se volvió, y allí ya no estaba. Desapareció de repente. Se hizo una batida impresionante. Al tercer o cuarto día el gobernador civil de Tarragona, Ramón Sánchez, dio la orden a unos doscientos soldados de Los Castillejos y se barrió completamente la zona. Luego vinieron videntes, cada uno con su versión: que si fue absorbido, que si extraterrestres, qué se yo… Lo que si sé es que él no se fue queriendo. ¡Es que desapareció con lo puesto! Ni dinero, ni identificación ni nada".
La Mussara no solo tiene desapariciones misteriosas, también hay puertas misteriosas a otras dimensiones: en 1995 un ingeniero alemán que trabajaba en La Vall d'Uxó iba en su coche por la zona, desapareció por espacio de tres horas y reapareció en un lugar desconocido, sin saber qué había pasado.
Los que visiten La Mussara deberán saber que es habitual encontrar a miembros de colectivos practicando meditaciones, celebrando ritos u oteando el cielo a la búsqueda de OVNIS (que dicen también vuelan por la zona).
Instagram/ @missrobinfanzine
Los misteriosos seres de blanco del barranco de los aparecidos (Tenerife)
Cerca de Güimar, al sur de Tenerife está el barranco de Badajoz (se llega en coche por la única carretera que accede al volcán). A este paraje de piedras volcánicas le rodea una leyenda sobre misteriosos seres vestidos de blanco que se aparecen a sus visitantes. No hablan, no se mueven, solo observan. Los vecinos más ancianos de la zona repiten la historia de una niña que no pasaba de los 15 años y que una mañana andaba buscando peras y se encontró con los siniestros personajes. Permaneció unas horas con ellos, sin que éstos le dijesen nada y regresó a su casa, pensando que sus padres le regañarían por llegar tarde. Cuando la vieron llegar, comenzaron a llorar desconsolados. No habían pasado unas horas como ella creía, habían sido años de espera.
La leyenda, tal y como confirma Fernández Bueno en 99 lugares donde pasar miedo, ganó fuerza en 1910, cuando unos trabajadores que buscaban agua potable en el subsuelo de la isla se toparon con un derrumbe al aterdecer. Al desescombrar la gruta que habían abierto, uno de los operarios vio que de las profundidades surgía una escalera y en la parte más alejada vieron a dos seres vestidos de blanco que les observaban sin mover un músculo. Salieron espantados a avisar a la Guardia Civil pero cuando regresaron, no quedaba nada, solo escombros.
En los 90 el fotógrafo tinerfeño Teyo Bermejo fue al barranco de noche. Cuando escuchó un aleteo se dispuso lanzar todas las fotos con flash que pudo. Cuando reveló el carrete vio "lo que parecía ser un enorme pájaro de fuego, una presencia vestida de una potente energía que esa noche pasó a poco metros de su cabeza".
‘Jóvenes y brujas’ (1996)
Everett
Un enigma de amor y muerte en la casa de las siete chimeneas (Madrid)
Cuenta Clara Tahoces en Guía del Madrid Mágico (Libros Cúpula) que uno de los fantasmas más populares de Madrid es el de la casa de las siete chimeneas, el edificio que hoy alberga el Ministerio de Cultura en la calle Infantas de Madrid.
La casa se construyó por orden de un montero de Carlos I para su hija Elena, aunque los madrileños de le época creían que era una treta del príncipe Felipe para ponerle un piso a la joven, con la que había tenido un rollo. La leyenda cuenta que el capitán Zapata se enamoró de ella al verla, se casaron y él tuvo que irse pitando a la batalla de San Quintín. El capitán falleció en combate a las pocas semanas y Elena murió de pena poco después en su habitación. Unos dijeron que no, que Elena murió asesinada y con severas heridas de arma blanca. Nada se pudo saber porque el cadáver desapareció y hubo tantas especulaciones que ni Ángela Fletcher hubiese podido trabajar en condiciones. El príncipe Felipe abrió una investigación, se dijo que el padre Elena era el asesino… y éste acabó suicidándose colgándose de una de las vigas de la casa. Un drama.
Empezaron las historias: que si las manos de Elena tocaban las ventanas por la noche, que si una aparición femenina se paseaba alumbrándose con una antorcha por el tejado de las siete chimeneas, que si el fantasma era de una gran belleza y se arrodillaba y se daba golpes en el pecho mirando al Alcázar… Los mentideros de Madrid decían que el fantasma era en realidad la hija ilegítima del rey, que se volvió loca al enterarse de su procedencia y por eso el fantasma miraba al Alcázar.
En el s. XIX se descubrió parte del misterio. El inmueble se convirtió en la sede del Banco de Castilla y en las obras de reforma encontraron en el sótano un esqueleto humano, que resultó ser de una mujer, junto a varias monedas de oro del siglo XVI. ¿Serían los restos de Elena?
Yvette Mimieux en ‘Witches’ Sabbath’ (1970)
Everett
La casa 'enmeigada' (Borraxeiros, Pontevedra)
Fueron cinco años de terror absoluto a principios del siglo pasado, pero las teorías peregrinas todavía rodean a esta casa de Pontevedra. El periodista Jesús J. Blanco lo contó en las páginas de Enigmas y después lo recogió Fernández Bueno en uno de sus libros. Todo comenzó una tarde de mayo de 1916, cuando Manuel Varela y su familia vieron como una lluvia de piedras asolaba su casa en el municipio de Borraxeiro (apodada desde entonces Casa Varela). Acudieron a la Guardia Civil a pedir auxilio pero nunca pudieron resolver el extraño suceso. Ni ese ni los que estaban por llegar: objetos que se movían, muebles que se desplazaban, se elevaban por el aire a gran velocidad y chocaban con violencia contra las paredes y noches en vela de auténtica paranoia. Los supuestos espíritus de la casa les quitaban la ropa mientras dormían y les propinaban bofetadas y golpes mientras trataban de descansar. ¿Expediente Warren? No, Varela, Casa Varela en Borraxeiros. Tras cinco años de auténtico delirio sobrenatural, el señor Varela acabó loco, hablando solo y visitando el cementerio, donde los vecinos decían que iba a rezar, porque se lo ordenaban las voces del interior de su cabeza.
Dicen que quien visita ahora las ruinas de la casa ve luces, sombras que se mueven y gatos con ojos enrojecidos. Hasta las vacas salen espantadas cuando se acercan a la casa. Será cosa de meigas.
‘Mais ne nous délivrez pas du mal’ (1971)
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‘The blood on Satan’s Claw’ (1971)
Everett