Fin de una era en Céline: 6 cosas que le debemos a Phoebe Philo
La diseñadora ha dejado la dirección creativa de la firma tras diez años al frente. Repasamos los grandes éxitos de una de las creadoras más influyentes de nuestro tiempo.
Los periodistas de moda tenemos dos formas de detectar que algo es –o será– tendencia. La primera, seguir a pies juntillas el famoso mantra «three makes a trend», que no es otra cosa que encontrar al menos tres ejemplos de una determinada moda para catalogarla como tal (diseñadores, cadenas low cost, Instagram…). La otra opción es que lo diga Phoebe Philo. No ha habido objeto o tendencia que la diseñadora subiera a la pasarela durante sus diez años al frente de Céline que no acabase convirtiéndose en dictado global o inspiración para otras marcas algunas temp...
Los periodistas de moda tenemos dos formas de detectar que algo es –o será– tendencia. La primera, seguir a pies juntillas el famoso mantra «three makes a trend», que no es otra cosa que encontrar al menos tres ejemplos de una determinada moda para catalogarla como tal (diseñadores, cadenas low cost, Instagram…). La otra opción es que lo diga Phoebe Philo. No ha habido objeto o tendencia que la diseñadora subiera a la pasarela durante sus diez años al frente de Céline que no acabase convirtiéndose en dictado global o inspiración para otras marcas algunas temporadas después. Pero el gran oráculo de las tendencias en nuestro tiempo ha llegado a su fin.
Philo deja la dirección creativa de la firma francesa y puede que también se aleje de la moda quién sabe si para siempre. La periodista Cathy Horyn especula con el retiro definitivo de la diseñadora en un artículo para The Cut alegando que «probablemente haya ganado suficiente dinero para jubilarse». Aunque muchos siguen soñando con su posible incorporación a Burberry tras la salida de Christopher Bailey, lo cierto es que la diseñadora de 44 años tiene una filosofía tan distanciada de los ritmos actuales de la moda que podría alejarse de la industria. Su alergia al comercio online y a las redes sociales –tanto a nivel personal como de marca– parece ser uno de los motivos de peso en su adiós a Céline. Toca hacer balance y repasar todo lo que la moda contemporánea le debe. Y es mucho.
1. Construyó el armario de la mujer del siglo XXI. «No tengo ningún problema en ver a una mujer luciendo cualquier cosa siempre que la haya elegido por sí misma. Pero creo que hay demasiadas imágenes de mujeres sexualizadas y muchas que se visten para otras personas perdiendo su propio poder en el proceso”, declaró Philo en una de las pocas entrevistas que ha concedido durante esta década al frente de Céline. Por eso sus diseños se han encargado de crear mujeres independientes, modernas, seguras de sí mismas y muy alejadas del concepto de objetos sexuales que les ha perseguido durante siglos. El pantalón de pata ancha, los abrigos masculinos, las faldas midi o los jerséis de cuello vuelto han confingurando el ADN de la marca y el armario de la mujer actual.
2. Creó el zapatero más feo y más deseado del mundo. La sandalia feísta cubierta de pelo de su colección primavera/verano 2013 revolucionó el mundo del calzado y sentó las bases del furor por las Birkenstock de los siguientes veranos. Lo mismo podríamos decir de los zapatos de abuela que ideó para la primavera/verano de 2015. Esa especie de bailarinas de piel blandita y tacón cuadrado que pudieron horrorizar a muchos en un principio, fueron pioneras en la invasión de zapatos de tacón medio que nos asola. Ídem con sus mules con tacón geométrico, fuente de inspiración para los que ha presentado recientemente Jacquemus. Sus accesorios han marcado tendencias globales y lo seguirán haciendo incluso tras su marcha.
3. Puso de moda las zapatillas blancas. Siguiendo con su olfato para crear o elegir el calzado del momento, no podemos olvidar que ella fue la impulsora de la fiebre por las Stan Smith de Adidas. Cuando salió a saludar en uno de sus desfiles de 2013 calzando una reedición del famoso modelo, inició discretamente el regreso de las zapatillas y la incorporación de los deportivos blancos en el día a día. A pesar de sus escasas apariciones públicas, su estilo propio más allá de sus creaciones de pasarela ha inspirado una y otra vez a los amantes del minimalismo. Su melenita atrapada en el borde del cuello alto de un jersey, su forma de ponerse el abrigo encima de los hombros o de defender combinaciones básicas de colores como si fueran nuevas la han convertido en un icono.
4. Demostró que se puede crear la marca más cool del mundo sin Instagram. En un momento en el que ninguna gran firma escapa a las redes sociales, Phoebe Philo se empeñó en construir un lujo silencioso alejado del bullicio de Internet. Y lo consiguió a pesar de acabar cediendo y abriendo el Instagram oficial de Céline el pasado mes de febrero. Poco antes la firma acababa de estrenar tienda online tras años de resistencia. “El verdadero chic es no aparecer en Google», solía decir. La tardía digitalización de Céline ha sido ajena a las influencers, las celebrities y cualquier cliché presente en las redes sociales de otras firmas. Pero si hubiese sido por ella, probablemente hubiera sido nula. Ese podría ser uno de los motivos de su marcha: LVMH, grupo al que pertenece la marca, desearía más presencia digital mientras que ella se resiste a sucumbir a la vorágine de inmediatez, en el mundo real y en el virtual, que requiere la moda hoy en día.
5. Eligió a Joan Didion como protagonista de su campaña más famosa. Y esto es muy importante por tres motivos: reforzó el aire intelectual de la marca (las clientas de Céline buscan algo más que el factor comercial de la moda), creó el gran viral de la firma sin pretenderlo (y sin tener Instagram para computar el éxito en forma de likes) y colocó a las mujeres maduras en el centro de la atención de la industria (numerosas firmas apostaron por protagonistas mayores en sus siguientes campañas tras el éxito de la de Céline).
6. Probó que nadie la gana a crear it bags. El Luggage Tote (2009), el Box Bag (2011) o el Trio Bag son ya parte de la historia de la moda y figuran en la lista de bolsos más deseados del mundo. Julianne Moore, las Olsen, Angelina Jolie o las editoras de moda más reputadas han caído rendidas ante sus diseños. Y además inventó nuevas formas de llevarlos: asidos bajo el brazo con independencia de su tamaño o de si tenían o no correa para colgarlos. ¿Cuánto vamos a echarla de menos?