Delpozo deslumbra con su faceta más artesanal en la NYFW

Dos bandos, dos visiones, dos realidades comerciales: de la revaloración de la artesanía española gracias a Delpozo al marketing efectista y cinematográfico de Rodarte

Peter Stigter

La luz puede cambiar por completo la percepción de un diseño. Josep Font, director creativo de Delpozo, eligió una nave luminosa en el muelle 59, con vistas al río Hudson, para presentar su última propuesta. «Quería un espacio todavía más pequeño. Para mí, lujo es sentarse en un desfile y ver la ropa con luz natural, poder casi tocar los tejidos, apreciar de cerca el patronaje, las texturas…», explica Font.

Como en las piezas de Balenciaga o Madame Grès que atesora el Metropolitan de Nueva York, los compradores solo necesitan ver las costuras del interior para reconocer...

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La luz puede cambiar por completo la percepción de un diseño. Josep Font, director creativo de Delpozo, eligió una nave luminosa en el muelle 59, con vistas al río Hudson, para presentar su última propuesta. «Quería un espacio todavía más pequeño. Para mí, lujo es sentarse en un desfile y ver la ropa con luz natural, poder casi tocar los tejidos, apreciar de cerca el patronaje, las texturas…», explica Font.

Como en las piezas de Balenciaga o Madame Grès que atesora el Metropolitan de Nueva York, los compradores solo necesitan ver las costuras del interior para reconocer la firma y aceptar su precio. Font deja su huella en cada una de las estructuras. Construir una silueta es un ejercicio de ingeniería. «Meses de modelado sobre un maniquí», apunta. Una de las faldas, por ejemplo, consta de 375 piezas. Un total de 39 salidas, en las que la estética de la cinta Metrópolis –«que es un tema arquitectónico, industrial, frío y robótico»– encuentra su pareja perfecta en Daria Petrilli, «una ilustradora digital, que tiene un punto romántico y un colorido maravilloso».

«El problema siempre es el tiempo. Me limita mucho», reconoce. Pero son las tiendas las que imponen el ritmo. En enero la marca presentó su primera línea prefall. «Las ventas han ido mejor de los que esperábamos», cuenta Font, que ya está trabajando en las colecciones crucero y primavera-verano 2017. En mayo Delpozo abrirá boutique en Londres. «No puedes ir en contra del mercado», dice. Sin embargo, el suyo es un ejercicio preciosista cercano a la costura. «Casi todo es manual. Hacemos los bordados en el estudio. Jamás en China. Toda la producción es en España: en talleres de Sevilla, Zaragoza… Queremos revalorizar el bordado, que sea moderno, nuevo y español. En un mundo tan global, tienes que diferenciarte», resume.

Uno de los vestidos vistos en el desfile de Rodarte.Imaxtree

El día antes Rodarte celebró su décimo aniversario en el interior de un almacén sin ventanas. En lugar de luz natural, una instalación de Bureau Betak con tubos de neón fluorescentes, rosas y una nube de niebla que recorría el suelo de cemento. En primera fila, Kirsten Dunst; y en el muro de inspiración, el Caffè Trieste de San Francisco, donde Coppola escribió El Padrino. Una puesta en escena cinematográfica que refleja el estado anímico (y profesional) de las diseñadoras de esta firma de Los Ángeles: Kate y Laura Mulleavy llevan un año trabajando en su primera película. Las prendas que llegarán a las tiendas conforman una fantasía romántica de piel, encaje, volantes, detalles art nouveau… Diseños muy aplaudidos que tendrán que demostrar que también son rentables. Muchos críticos apuntan que las únicas piezas que funcionan a nivel comercial son las camisetas y sudaderas de las líneas comerciales (como Rosarte).

Para Stuart Vevers, diseñador de Coach desde 2013, «el lujo contemporáneo no tiene reglas. No tiene que ser formal ni tener un determinado precio. Tampoco tiene que ser excepcional. Puede ser algo tan sencillo como una camiseta bien diseñada», reflexiona. Su incorporación a esta enseña histórica del made in USA fue un revulsivo. Desde entonces, cada temporada repite (y amplía) su visión de los arquetipos americanos. «La repetición es una estrategia», aclara. «Cuando haces un cambio tan radical, es importante ser constante». Beisboleras con parches –«algunos decorados con bordados»–, minifaldas evasé, abrigos de lana de oveja… «Hay algo de El renacido [de Iñárritu]. Son piezas que han vivido otra vida. Sin pieles. Todas las texturas son de lana», describe. Según Vevers, el savoir faire yanqui, a diferencia de la artesanía europea, gana cuando parece imperfecto.

En un negocio que mueve millones la palabra final la tienen las ventas. «Sabemos que llegamos a un público amplio, de todas las edades; y queremos seguir creciendo. De Alexa Chung a Catherine Deneuve», así describe Michael Kors el perfil de su mujer. Un enfoque que se traduce en brocados pero también en jeans; eso sí, bordados con plumas de avestruz de azul índigo.

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