El reinado del Peplum se alarga con Etro
A pesar de las filigranas y la riqueza de su tejidos, las propuestas de Etro saben a asfalto.
Aunque según ha afirmado en varios ocasiones la heredera del imperio Etro, la importancia de sus prendas reside en sus detalles, sobre todo aquellos que no se ven, aunque su fuerte siguen siendo sus opulentos estampados y sus ricos y tradicionalos tejidos (en origen, el negocio familiar fue una empresa textil hasta los años ochenta) que mezclan trazos tomados de archivos de otros siglos: en este caso el hilo conductor es el Art Nouveau y en particular la obra de Gustav Klimt.
El negro es el color base pero sus estampados, elaborados exclusivamente en un art...
Aunque según ha afirmado en varios ocasiones la heredera del imperio Etro, la importancia de sus prendas reside en sus detalles, sobre todo aquellos que no se ven, aunque su fuerte siguen siendo sus opulentos estampados y sus ricos y tradicionalos tejidos (en origen, el negocio familiar fue una empresa textil hasta los años ochenta) que mezclan trazos tomados de archivos de otros siglos: en este caso el hilo conductor es el Art Nouveau y en particular la obra de Gustav Klimt.
El negro es el color base pero sus estampados, elaborados exclusivamente en un artesanal taller de Lyon y posteriormente duplicados en su sede de Milán, enseguida toman las riendas de un desfile dominado por las cinturas marcadas con Peplum, esas sobrefaldas que lo mismo se colocan sobre un pantalón que sobre un vestido llevando cualquier estilismo al límite de la sofisticación.