El barroco punk de Alvarno sueña con la alta costura

La residencia del embajador francés se convierte en un salón haute couture con aforo ilimitado.

¿Qué tienen los desfiles de Alvarno que necesitan colgar el cartel de no hay entradas minutos antes de que las modelos salgan a escena? Al menos una localización de lujo, o eso es lo que han pretendido al celebrar esta tarde su desfile en la residencia del embajador francés (un exclusivo palacete en la calle Serrano de Madrid) y hacernos creer que nos encontrábamos en un salón de alta costura. Y lo habrían conseguido de no ser por la cantidad de prensa acreditada e invitados que no querían perderse su colección otoño-invierno 2012/13 y que rompían la magia del momento. Ha si...

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¿Qué tienen los desfiles de Alvarno que necesitan colgar el cartel de no hay entradas minutos antes de que las modelos salgan a escena? Al menos una localización de lujo, o eso es lo que han pretendido al celebrar esta tarde su desfile en la residencia del embajador francés (un exclusivo palacete en la calle Serrano de Madrid) y hacernos creer que nos encontrábamos en un salón de alta costura. Y lo habrían conseguido de no ser por la cantidad de prensa acreditada e invitados que no querían perderse su colección otoño-invierno 2012/13 y que rompían la magia del momento. Ha sido tal la expectación que los organizadores del evento han comenzado a colocar sillas plegables para que nadie se quedara sin sitio. 

Gtres

Medio resuelto el problema de capacidad y con Laura Ponte como estrella invitada ha comenzado el espectáculo. Bajo el nombre de Baroque & Roll, Alvarno ha presentado una colección compuesta por piezas urbanas en las que el estampado de pantera se presenta como denominador común. Faldas lápiz, pantalones cargo, abrigos e incluso zapatos abotinados se componen en base al print felino cargado de estética punk. En contraposición, el barroquismo de sus accesorios dorados: cuellos rígidos labrados, brazaletes, cadenas y galones bordados. Todo ello aderezado con pieles de zorro y visón. 

Para Alvarno la noche se viste de gasa en colores berenjena, verde y mostaza (éste último color, tratado en una pieza plisada con cuello halter joya, ha resultado ser el más aplaudido). 

Y tras el desfile un cóctel en el que no cabía un alfiler, con felicitaciones a la pareja de diseñadores y un único tema de conversación: la Mercedes-Benz Fashion Week que abre sus puertas mañana.

Diego Verges

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