Cibeles pasa a un segundo plano
Muchas marcas españolas anteponen la internacionalización a desfilar en la pasarela madrileña.
“No será el único diseñador que ha elegido no desfilar en la próxima edición”, Así de tajantes se muestran desde la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME), institución que representa a los principales diseñadores españoles, al ser preguntados por la decisión del modisto Adolfo Domínguez de bajarse de la pasarela Cibeles en la próxima edición de febrero de 2012. La firma gallega ha asegurado que prefieren destinar los gastos que se generarían en Cibeles a su plan de expansión internacional. No es el único, tal y como afirman desde ACME, en tomar esta decisión en los...
“No será el único diseñador que ha elegido no desfilar en la próxima edición”, Así de tajantes se muestran desde la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME), institución que representa a los principales diseñadores españoles, al ser preguntados por la decisión del modisto Adolfo Domínguez de bajarse de la pasarela Cibeles en la próxima edición de febrero de 2012. La firma gallega ha asegurado que prefieren destinar los gastos que se generarían en Cibeles a su plan de expansión internacional. No es el único, tal y como afirman desde ACME, en tomar esta decisión en los tiempos que corren (ya dejaron de hacerlo Lydia Delgado y Miriam Ocariz a principios de año). ¿Ha dejado de ser Cibeles un imprescindible para las marcas de moda españolas?
Lejos de lo que arguyen algunos, la decisión del modisto gallego no es solo económica, sino estratégica. Como otras empresas del sector, Dominguez ha decidido centrar sus esfuerzos humanos como financieros a expandirse más internacionalmente teniendo en cuenta el bajón de consumo que se está viviendo de fronteras para dentro. Eso supone, para ellos, no gastar dinero en el desfile que se realiza en Cibeles.“Cuando nos metemos en un mercado nuevo nos gusta hacerlo bien y eso a veces implica desfiles en otros países, aperturas de tiendas, etc.”, comentan.
La búsqueda de nuevos mercados o el mejorar la comercialización del producto son las razones que dan desde ACME para aquéllos que salen últimamente de la pasarela madrileña. Tanto Delgado como Ocariz, por ejemplo, tienen presencia internacional y no desfilan en la Cibeles Madrid Fashion Week “pero van a Paris a Tranoï a vender sus colecciones a los compradores internacionales: principalmente japoneses y árabes”, explican. Lydia Delgado también justificó en enero de este año que su desaparición “puntual” de la pasarela se debía a que se iba a volcar en la firma que preparaba junto a su hija Miranda Makaroff. Mirian Ocáriz, por su lado, ha admitido que no le da tiempo a todo y que en esta ocasión antepone su expansión comercial en Japón, aunque tampoco desfila allí.
El último informe del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) constata esta realidad. En la última década las exportaciones moda española han alcanzando cifras récord debido a cambios de estrategia por parte de las empresas. “Las firmas españolas han apostado claramente por la internacionalización como pilar básico en sus políticas de crecimiento”. Los datos de 2010 arrojan un valor de exportaciones de 5.620 millones de euros, un 6% más respecto al año anterior.
Teresa Helbig tras su último desfile en Cibeles celebrado el pasado mes de septiembre.
Gtresonline
La importancia relativa del desfile
Aunque todos coinciden en que la pasarela es la herramienta de comunicación más importante con la que se cuenta no todo es el desfile. Así lo piensa la Chema Paré, gerente comercial de la firma Teresa Helbig y cerebro financiero de la casa dirigida por Teresa. A pesar de que llevan cinco temporadas y dos años desfilando en Cibeles y han notado un gran tirón en las ventas y un fuerte impacto en la imagen, consideran que “el desfile en sí no es suficiente por si mismo, tiene que ser un medio y no un fin”. Además “debe haber una marca detrás y una infraestructura que pueda responder a lo que viene después del desfile”. Ellos prefieren desfilar lentamente y con seguridad y, si bien el salto que dieron desde la pasarela 080 a Cibeles lo consideran muy positivo para tener repercusión internacional, argumentan que el desfilar por desfilar no tiene sentido.
Aunque el sueño de Teresa Helbig es desfilar en París, desde la marca son muy conscientes de los pasos que tienen que dar y cómo los tienen que dar. Van despacito y con buena letra. Paso a paso para no caerse y siendo fiel a la vocación artesanal que les caracteriza. Si bien con esfuerzos podrían permitirse los cerca de 150.000 euros que suele rondar desfilar en la semana de la moda parisina (en España la cuota es de 5000 euros aunque después la inversión aumenta bastante), desde el atelier barcelonés creen que sería un error ir para no volver ya que aún no cuentan con una infraestructura suficiente para lanzarse allí. “Ir por ir” no es una opción para ellos, a pesar de que otras marcas lo han hecho con anterioridad.
Laia y Nuria, diseñadoras de la firma barcelonesa A Couple.
Cortesía de A Couple
La alternativa joven es global
Si bien las marcas más asentadas están poniendo en un segundo plano el desfilar y lo consideran un aspecto más de marca que de otra cosa, los diseñadores que están empezando creen que es fundamental poder desfilar en una pasarela para darse a conocer. Por ese motivo están proliferando cada vez más las pasarelas de jóvenes diseñadores como la del Festival Internacional de Benicassim, la Brandery de Barcelona o la Ego, la plataforma de creadores emergentes que desde hace unos años está integrada en la propia semana de la moda de Madrid. A esta última aspiran acudir por tercera vez consecutiva la joven firma barcelonesa a-couple, formada por Laia y Núria, de 24 años.
A-couple, aunque por el momento aún no han tenido la oportunidad de desfilar en ninguna gran pasarela, ya caminó antes por el Brandery. “Tuvimos un stand gracias a que Laia ganó el premio para jóvenes talentos de diseño de moda Joaquim Mercader en 2010”, explica Núria. Y de aquí al entorno Ego, donde ya han participado y también tendrán su pequeño espacio en la próxima edición. Para estas firmas emergentes el mero hecho de tener un showroom gratis en un espacio como ese ya es más que suficiente para intentar estar ahí. Al desfile se llega a través de un concurso al que cada año se presentan casi 200 dossieres y al que solo acceden 30.
Las chicas de a-couple ven en Ego una posible llegada a Cibeles. Un ejemplo de que se puede son los casos de Maria Escote y Krizia Robustella que empezaron allí y ya se contonean sobre Cibeles. Sin embargo las marcas de ahora no ven el desfile como un fin en sí mismo sino que tienen más visión de empresa, comentan desde la Asociación de Creadores. Núria y Laia creen que un desfile es importante “pero también hay otras vías de expansión que ayudan mucho”. Ellas, que ofrecen una línea de aires nórdicos, están muy centradas en conseguir mercado online, un segmento que crece día a día, y a través del cual pueden llegar a otros países a los que creen que les puede interesar su estilo. Y mientras ellas también sueñan con París, siguen a lo suyo: trabajar en las colecciones, en la identidad de su marca y en la imagen que dan al resto mundo. Más allá de las fronteras de Cibeles.