Así es el ‘Really, Really, Really, Ridiculously Good Looking Art Show’

La obsesión por Zoolander traspasa las fronteras del cine y llega al mundo del arte. Una exposición en Los Ángeles recoge las obras inspiradas en la película.

Cortesía de 1988 Gallery

Resulta realmente sorprendente el impacto que Zoolander tuvo (y tiene) en el mundo de la moda y el arte, y que todavía se extiende (como Derek extiende su palo-selfie en un coche tal y como hemos visto en la segunda entrega). Si ya el anuncio del lanzamiento de la película vino de la mejor de las maneras, con los dos actores protagonistas disfrazados de sus personajes desfilando en la pasarela real del Valentino Fashion Show 2016, los que tan fervientemente esperaban su estreno la semana pasada no se han quedado atrás. La legión de fans obsesionados con el encantador personaje Derek ha sabido ...

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Resulta realmente sorprendente el impacto que Zoolander tuvo (y tiene) en el mundo de la moda y el arte, y que todavía se extiende (como Derek extiende su palo-selfie en un coche tal y como hemos visto en la segunda entrega). Si ya el anuncio del lanzamiento de la película vino de la mejor de las maneras, con los dos actores protagonistas disfrazados de sus personajes desfilando en la pasarela real del Valentino Fashion Show 2016, los que tan fervientemente esperaban su estreno la semana pasada no se han quedado atrás. La legión de fans obsesionados con el encantador personaje Derek ha sabido rendirle el debido homenaje de una manera que podría definirse hasta como meta-artística.

Estamos hablando de la iniciativa más crazy que un film de culto así podía provocar: el Really, Really, Really, Ridiculously Good Looking Art Show, una exposición promovida por la 1988 Gallery de Los Ángeles, que no es la primera vez que trabaja con artistas que se basan en la vertiente más mainstream del arte para crear obras basadas en películas alejadas del clamor de la crítica. Zoolander en su día fue concebida –imaginamos– como un subproducto del más absoluto frikismo, para el cual Ben Stiller se puso tras la cámara, contó con su familia (hasta el último de los seguidores sabe que su mujer, sus padres y hasta el padrino de su boda tienen su momento estelar) y llamó a sus amigos para marcarse cameos de lo más hilarantes (el recientemente desaparecido David Bowie entre ellos). Sin embargo, a día de hoy, y con la llegada de la segunda parte a nuestras salas, la bola de nieve ha tenido largo recorrido hasta llegar a copar paredes con obras de arte inspiradas por personajes, tramas, el vestuario y hasta frases.

Bobby O’Herlihy «Old School Rules Walk Off!» PrintCortesía de 1988 Gallery

Zoolander está de moda también en el mundo del arte y hasta el propio Ben Stiller ha apoyado la causa, como no podía ser de otra manera. La galería ha recibido el beneplácito del culpable de todo este movimiento mientras cuelga el cartel de ‘Vendido’ en casi todas las obras de la exposición.

Viendo la originalidad de las obras expuestas en Los Ángeles (que se encuentran a la venta en la página web de la galería) y que nos recuerdan el ridículo que nos hizo amar Zoolander la primera vez, solo podemos esperar que el público, con todo su beneplácito, conviva con su retorno con la misma ligereza con la que la recibió hará quince años: con Relax y un frapuccino de moka y naranja en las manos.

«Obey The Dog» Print, de Chet PhillipsCortesía de 1988 Gallery
«Cool Story, Hansel» Print, de Chris McGuireCortesía de 1988 Gallery
«Mocha Day» Print, Graham CarterCortesía de 1988 Gallery

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