“Nosotras somos Missoni“

La firma italiana de moda cumple 60 años marcados por la batuta femenina de sus tres generaciones. Todo un ejemplo de cómo un negocio familiar puede sobrevivir entre gigantes del diseño.

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Rosita Missoni celebrará en el inminente 2013 el 60 aniversario del imperio textil que fundó y dio nombre junto a su marido Ottavio. Su hija Angela, al frente de la firma como directora creativa, recuerda que es el mismo tiempo que sus padres llevan casados y que también será el año en que la nieta y heredera, Margherita, llegue a la treintena. La estrecha relación entre las tres mujeres explica en parte por qué un negocio familiar sobrevive desde hace tanto entre gigantes de la moda.

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Rosita Missoni celebrará en el inminente 2013 el 60 aniversario del imperio textil que fundó y dio nombre junto a su marido Ottavio. Su hija Angela, al frente de la firma como directora creativa, recuerda que es el mismo tiempo que sus padres llevan casados y que también será el año en que la nieta y heredera, Margherita, llegue a la treintena. La estrecha relación entre las tres mujeres explica en parte por qué un negocio familiar sobrevive desde hace tanto entre gigantes de la moda.

“Nosotras no trabajamos para Missoni, nosotras somos Missoni“. Margherita demuestra con rotundidad haber asumido la filosofía de la marca, o más bien de la saga. Diseña joyas y complementos, además de ser imagen ocasional en algunas campañas publicitarias. Para su abuela Rosita es la embajadora oficial de la firma y ella se considera preparada para tomar el testigo en cualquier momento. “La empresa es un miembro más de la familia“, explica. Aunque fiel a lo aprendido por su madre y su abuela, Margherita ya tiene claro qué necesita la empresa para asegurar su futuro. “El modo en que se compra ha cambiado. El mercado está saturado, su estructura no encaja con el negocio actual y ahí es donde hay que poner atención ahora mismo“, vaticina. Los cambios no asustan a la más joven del clan. “Nos define el riesgo. Nuestro diseño era icónico pero nada complaciente, parecía una locura lanzarlo a la venta, pero acertamos“.

En estos próximos meses llenos de efemérides se prepara una nueva apertura en la imprescindible Milán -para abril de 2013-, una ambiciosa reorinetación de sus tiendas online y la creación de un libro que recoja su legado por primera vez, anuncia Angela durante su asistencia al Monoqi Liberatum Design Summit, que reunió en Berlín a las tres generaciones del imperio italiano.

En algún momento su hija empezará a tomar las decisiones importantes. Por ahora, Margherita se muestra conocedora de la condición atemporal y universal de Missoni. “Si mi familia empezara a crear la marca ahora mismo lo haría del mismo modo, solo que en otra época distinta“, asegura.
Será una nueva transición, como la que forzó la matriarca a mediados de los noventa en favor de Angela. “Me sentía cansada, mi vida ya no pertenecía a la moda, así que le pedí a mi hija que se incorporara a la empresa“, recuerda Rosita, quien ahora se encarga de aspectos más relajados del negocio, como la línea de hogar y los hoteles Missoni.

Angela asegura que nunca sintió miedo por tomar las riendas de Missoni. “Nadie me forzó a ello. Mi visión es diferente a la de mis hermanos y deseaba compartirla -dice-. He estado en la fábrica y las oficinas desde que tenía cinco años. Por eso no necesito hacer ningún tipo de búsqueda para investigar en el pasado de nuestras colecciones, simplemente refresco mi memoria“.

Los recuerdos de Rosita descubren que en realidad los orígenes de Missoni se remontan a algunas décadas antes de ese 1953. La crisis de 1929 mermó las posibilidades de la empresa familiar, dedicada a las exportaciones, por lo que sus padres buscaron una alternativa en la confección de pijamas, kimonos y otras prendas de vestir. Compraron una fábrica a unos quince kilómetros de Milán y a lo largo de los años construyeron sus viviendas en torno a ella. “Necesitaban contratar a un profesional que cortara los patrones de las chaquetas. Cuando encontraron al candidato idóneo él les puso una condición. Quería recibir todas las revistas de moda del planeta. Esas publicaciones fueron mis libros de texto“, relata.

La firma se enfrenta a una ambiciosa reorinetación de sus tiendas online y la creación de un libro que recoja su legado por primera vez.

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La primera vez que Rosita vio a su futuro marido fue durante los Juegos Olímpicos de Londres de 1948. Ottavio, de origen croata, luchó durante la Segunda Guerra Mundial del lado italiano. Capturado por los británicos, fue prisionero de guerra durante cuatro años en Egipto. A su regreso, se reincorporó como pudo al equipo olímpico italiano de atletismo. “Tenía unos asientos baratos, cerca de los vestuarios. Lo vi el primer día de competición. Yo tenía 16 años y él 27. ¡Era muy viejo! Pero desde ese momento supe que me iba a casar con él“, admite Rosita.

Decidieron entonces combinar el trabajo de él y la experiencia de ella y comenzaron por diseñar los trajes deportivos del equipo olímpico nacional. Contaban con una sola máquina, capaz únicamente de crear el legendario zigzag por el que se les conoce y que ellos hicieron multicolor. “Si por él hubiera sido todo hubiera quedado ahí“, protesta su hija. “Mi padre es más tranquilo y mi madre más inquieta. A sus 81 anos lee tres periódicos al día en su iPad. Él intentaba frenar cada intento de expansión que se le ocurriera a ella. Creía que más posesiones y responsabilidades coartarían nuestra libertad“.

Esa fuerza de Rosita es la que ha transmitido al resto de las mujeres Missoni. Las tres están de acuerdo en admitir que coinciden en un mismo gusto pero que cuentan con estilos distintos. Compartir oficina no ha afectado a su relación personal. “Estamos muy unidas -dice Angela-. De hecho luchamos juntas contra los hombres de la familia“.
 

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Rosita Missoni y su marido comenzaron diseñando los trajes deportivos del equipo olímpico nacional. Seis décadas después, ha construido un imperio de moda.

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Angela Missoni es la directora creativa de la firma. En la foto, tras el desfile masculino de la firma el pasado mes de junio en Milan.

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Margherita diseña joyas y complementos para la marca, además de ser imagen ocasional en algunas campañas publicitarias. En la foto, con la reputada crítica de moda Suzy Menkes.

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