Noemí Galera, la ‘madre estricta’ de OT a la que todo el mundo quiere
Hablamos con la directora de la academia, lideresa televisiva de éxito y responsable del casting que ha enganchado a media España. «Presentíamos que era muy bueno y el tiempo nos ha dado la razón», asegura.
«¿Qué hay que hacer para ser Noemí Galera?», pregunta una seguidora de Operación Triunfo en Twitter. «Si lo averiguas, avísame, porque ojalá poder ser tan icónica», le responde otra. Este es solo un ejemplo de los elogios que despierta la directora de la academia en las redes sociales. La que fuera miembro del jurado en pasadas ediciones, es también la responsabl...
«¿Qué hay que hacer para ser Noemí Galera?», pregunta una seguidora de Operación Triunfo en Twitter. «Si lo averiguas, avísame, porque ojalá poder ser tan icónica», le responde otra. Este es solo un ejemplo de los elogios que despierta la directora de la academia en las redes sociales. La que fuera miembro del jurado en pasadas ediciones, es también la responsable del exitoso casting del talent show que tiene enganchada a media España y está al mando del equipo docente del concurso. Su carácter afable y la mezcla entre calidez y exigencia con la que trata a los concursantes la han convertido en una de las figuras más queridas de la televisión. «No soy muy consciente de lo que se dice de mí en redes. Pero hay que ir con cuidado porque igual que te piropean también te hunden totalmente si tienes un desliz», asegura Galera a S Moda por teléfono. «No sé por qué gusto a la gente, supongo que porque soy natural. Soy de la misma manera dentro y fuera de la academia. Agradezco mucho el apoyo que recibo pero prefiero pedirlo para los chicos cuando salgan. Que la gente que ahora los ensalza, después compre sus discos y vaya a sus conciertos», demanda.
Cuando se anunció que Galera estaría al frente de la Academia, ella misma declaró que sería «un poco mami pero también muy estricta». Dos meses de concurso después la clave de su éxito podría resumirse precisamente tal cual. Los propios alumnos la llaman así, pero no debe entenderse en el sentido más tradicional o desfasado de la expresión. La catalana es, en todo caso, una madre moderna que les echa la bronca cuando debe pero también sabe escucharles, comprenderles y defenderles a capa y espada. «Vergonzoso es tu tuit, tu ortografía y que tengas el logo del programa como foto de perfil. Miriam se puede vestir con lo que le salga de la peineta», escribía hace unos días en respuesta a uno de los comentarios negativos sobre el atuendo de una de las concursantes. Una ‘mami’ que también sabe reconocer sus errores y que rompe a llorar después de confesarle a Alfred que le ha llamado «niñato» fuera de cámara por culpa de un malentendido.
«Claro que me siento como si fuera su madre», reconoce. «Los conozco desde el primer casting. Son muy jóvenes, pasan muchos nervios y trabajan mucho. Me inspiran ternura y les mimo todo lo que puedo. Pero mi labor también es ponerles los pies en la tierra. Cuando hay que darles en la cresta, se les da», afirma. Por eso no le tiembla el pulso si les tiene que bajar los humos o ponerles límites. El «se nos está yendo muchísimo la pinza» después de que a un alumno se le escapase una indiscreta flatulencia en pleno pase de micros o la lección de humildad que le dio a Raoul tras su enfado al resultar nominado, forman ya parte de la historia de esta edición. Sobre todo, porque Galera parece tener un don innato para poner los puntos sobre las íes sin despeinarse.
La clave de su éxito entre los concursantes y el público se debe precisamente a ese equilibrio entre disciplina y diversión. Mientras que Mónica Naranjo, miembro del jurado, se ha convertido en la villana del concurso para muchos seguidores, Galera es la heroína. El lado oscuro contra la luz. La Rey de Operación Triunfo. Y también un inesperado soplo de aire fresco presentando El Chat, que en la madrugada del lunes al martes congrega a cientos de miles de espectadores que se resisten a irse a la cama aunque al día siguiente el madrugón pase factura. Allí demuestra que ser directora de casting de Gestmusic y representar la máxima autoridad para los chicos de OT no está reñido con disfrazarse de El Rey León. «Qué va, qué va», contesta entre carcajadas cuando le preguntamos si alguna vez se hubiera imaginado de esa guisa en televisión. «La edad hace que pierdas la vergüenza. Además me he juntado con los Javis que son gloria bendita y yo, que soy un poco gamberra, me dejo llevar y me lo paso bomba. Pero no me considero una presentadora. Aunque hagamos acting, soy simplemente yo. Pero vamos, si me dijeran que voy a presentar un programa me hago pis encima», asegura riendo.
Lo que probablemente sí aceptaría es repetir como directora. «Si me dan a elegir entre volver a ser jurado como en las primeras ediciones o dirigir la academia, me quedo con lo segundo sin duda. Es mucho más sacrificado porque casi no tienes vida social ni familiar, pero también es mucho más gratificante. Ser parte del jurado es muy complicado y más cuando hay tanto nivel. Aunque tengan opiniones distintas a las del profesorado hay que entender su papel. Sus críticas son constructivas y desde el cariño», asegura. Galera se ha revelado como la perfecta lideresa televisiva. Una mujer fuerte, divertida, coherente y elegante que no duda en reclamar el papel de sus iguales en los puestos de liderazgo. «Por supuesto que creo que debería haber más mujeres al mando. Cuando una mujer se pone al frente de un transatlántico como es OT o cualquier otro gran proyecto, creo que nos implicamos muchísimo y trabajamos al 100%. En Gestmusic tenemos a muchas mujeres en puestos importantes y no nos va nada mal», ríe.
Desde luego que no. El programa ha colocado a TVE como líder del prime time de los lunes y ha logrado hacer historia. Además de dejarnos momentazos musicales como el Shake it out de Amaia o la versión de City of stars de La la land, el talent show ha visibilizado el primer beso transexual en la televisión pública, sirve de altavoz al feminismo o a los refugiados ante una audiencia heterogénea y demuestra que los millenialls no son la generación perdida. «Creo que el éxito se debe a una mezcla de ingredientes», asegura Galera. «El formato había descansado unos años, los chicos son fantásticos, existe una falta de programas musicales en televisión y además lo está petando en redes sociales, algo que en las primeras ediciones ni existía», explica. Suyo es el mérito de haber congregado a 18 concursantes tan talentosos como carismáticos. «La gala 0 fue desastrosa, no pudieron desafinar más ni podía escucharse peor», reconoce. «Pero sabíamos que el casting era bueno y presentíamos el éxito. Y el tiempo nos ha dado la razón».