Adiós a Hervé Léger, el creador del vestido más ceñido (y polémico) de los 90
Fallece a los 60 años diseñador francés que convirtió sus vestidos ‘bandage’ en el uniforme favorito de las supermodelos de los noventa.
Además del grunge de Marc Jacobs o del minimalismo de Jil Sander, los 90 también estuvieron marcados por el ejército de supermodelos que vestían su bodycon o vestido bandana. Según informa la Fédération de la haute Couture et de la Mode, la moda despide hoy a Hervé Léger Leroux (Bapaume, 1957). El diseñador francés se va consiguiendo lo que muy pocos han coronado: colocar en el hall de la fama de vestidos icónicos, junto al vestido bata de Diane Von Furstenberg, el Delfos de Fortuny o el petite robe noir de Chanel, a su modelo de tiras elásticas que revoluci...
Además del grunge de Marc Jacobs o del minimalismo de Jil Sander, los 90 también estuvieron marcados por el ejército de supermodelos que vestían su bodycon o vestido bandana. Según informa la Fédération de la haute Couture et de la Mode, la moda despide hoy a Hervé Léger Leroux (Bapaume, 1957). El diseñador francés se va consiguiendo lo que muy pocos han coronado: colocar en el hall de la fama de vestidos icónicos, junto al vestido bata de Diane Von Furstenberg, el Delfos de Fortuny o el petite robe noir de Chanel, a su modelo de tiras elásticas que revolucionó todo una década, murió de éxito y volvió a la palestra recuperado por estrellas que presumen de voluptuosidad a lo Kim Kardashian.
Léger aterrizó a la moda bastante alejado del diseño, fue peluquero en los desfiles de Chloe. Fascinado por lo que veía entre bambalinas, se lanzó a diseñar sombreros y cuando conoció en 1980 a Lagerfeld, éste lo contrató a los tres días como asistente, primero para Fendi y después para Chanel. Haciendo caso de los consejos del Káiser, y tras ser consultor de firmas como Lanvin a Diane Von Furstenberg, fundó a los 28 años su propia marca, Hervé Léger. En 1993 ya conseguía reseñas en el New York Times donde destacaban su especialidad para diseñar «tiras elásticas que cosidas juntas se convierten en vestidos-faja ajustados». Nacía el bodycon dress (la abreviatura de body-conscious), el vestido ultraceñido que marcaría las curvas de los 90 y se erigiría en uno de los favoritos de las supermodelos de la época. Todas querían llevarlo dentro y fuera de la pasarela: Karen Mulder, Cindy Crawford o Eva Herzigova fueron algunas de sus máximas exponentes.
En septiembre de 1998, la firma fue adquirida por el grupo BCBG Max Azria, momento en el que el creador decidió borrar el Léger de su apellido para convertirse en Hervé L. Leroux y lanzar una nueva firma en el año 2000. Aunque la leyenda dice que Léger nació como Hervé Peugnet y que Karl Lagerfeld fue el que le aconsejó que se deshiciese de su apellido y que lo cambiase por Léger para que los americanos lo pudiesen pronunciar fácilmente, en realidad el propié Hervé confirmaría que el Kaiser sí que le aconsejó que se cambiara de apellido, pero para adoptar el Leroux en su nueva marca por «su pelo rojo cuando era más joven». En su nueva etapa vistió a celebrities como Cate Blanchett , Pénelope Cruz o Jessica Chastain. Entre 2004 y 2006 fue director creativo de Guy Laroche, etapa en la que Hilary Swank lució uno de sus modelos para recoger su Oscar y que se repite, año tras año, en todas esas listas de los mejores vestidos de la historia de los Oscar.
El vestido bandage, su creación más recordada, pasaría por una dura polémica en 2015. Fue cuando al director general en Inglaterra de BCBG Max Azria, Patrick Courderc, le valieron el despido unas polémicas declaraciones al Daily Mail. El directivo fue fulminado de su puesto tras afirmar que las mujeres «voluptuosas» y a aquellas con «caderas muy prominentes y un pecho muy plano» deberían evitar los vestidos de la firma. También destacó en su entrevista que «si eres una lesbiana comprometida y has llevado pantalones toda tu vida, desde luego no querrás comprar un vestido de Léger». La firma estaba en un momento complicado, en 2010 estrellas como Kim Kardashian o Victoria Beckham lucieron los vestidos de Hervé Léger hasta la saciedad, pero en el momento que el modelo invadió las cadenas de fast fashion a precios reducidos, parecía que ya nadie quería fotografiarse con el modelo bandage en la alfombra roja.
Leroux, mientras tanto, mantuvo un perfil mucho menos llamativo que el de la firma que él mismo creó y en su nueva etapa no se cansó de reivindicar a los couturiers franceses. Cansado de ver a diseñadores que no sabían coger ni coger una aguja («la gente debería aprender a coser antes de ponerse a diseñar cualquier cosa», dijo al Herald Tribune en 2005), el creador se unió a los desfiles de la Alta Costura de París, invitado por la Chambre Syndicale, en enero de 2013 . Cinco de los artículos de esa colección fueron exhibidos en los escaparates de Colette. Según declaró al Women’s Wear Daily, por aquel entonces vendía unos 200 vestidos de costura al año.