‘Twerking’: de la MTV al diccionario Oxford
Los responsables de la edición digital del diccionario Oxford anunciaron ayer la incorporación del verbo to twerk a sus páginas, el neologismo que nos trae de cabeza desde el domingo (esto sí que es tener al paciente mimado y no lo que hacen cada jueves en la RAE). Según fuentes citadas por el diario ...
Los responsables de la edición digital del diccionario Oxford anunciaron ayer la incorporación del verbo to twerk a sus páginas, el neologismo que nos trae de cabeza desde el domingo (esto sí que es tener al paciente mimado y no lo que hacen cada jueves en la RAE). Según fuentes citadas por el diario The Washington Post, la palabra que define el perreo yanqui ofrecido por Miley Cyrus en los premios VMA ya es oficial. La casualidad, que uno no sabe si es obra de dios o del diablo, quiso que una de las máximas autoridades en lengua inglesa asimilara algo tan profundamente afroamericano justo el día en que Estados Unidos recordaba el 50º aniversario del emotivo discurso de Martin Luther King. Pues vaya homenaje, se dirán algunos.
Hablamos de un baile que nace de las posaderas más espasmódicas. Si el resultado es más vulgar que sexy, pues mejor que mejor. Cuanto peor, mejor. Rihanna, que asistió a la gala de MTV con un permanente gesto que oscilaba entre el asco y la pena, ya sabe de qué va eso del twerking: lo practicó en el último carnaval de Barbados. Dicen que el asunto es más viejo que el hilo negro, pero hasta este domingo muchos desconocían cómo se llamaba y en qué consistía. Popularizado por los popes del hip hop neorlandés de los años 90, otros compatriotas como Lil Wayne, Diplo o Juicy J han empleado el término twerk en algunas de sus canciones. Pero la gracia está en bailarlo: Jennifer Lopez, las chicas de Robin Thicke, Nicki Minaj…
En los últimos meses no han dejado de sucederse constantes guiños de algunas estrellas pop a la cultura afroamericana (a la cultura black menos edificante, dicho sea de paso). Además del twerking, ya hay quienes también se han obsesionado con la palabra ratchet, que traducida significa ser la más chunga de Móstoles al estilo Jenny from the block. Los mentideros digitales apuntan que Ratchet también podría ser el título de la canción que han grabado juntas Lady Gaga y Azealia Banks. Beyoncé, que ha posado en Instagram con el latiguillo de marras, es otra de las defensoras del ratchetness.
Beyoncé, con actitud ‘ratchet’ (y pendientes a juego).
Instagram (@beyonce)
Como siempre hay opiniones para todos los gustos. En declaraciones al New York Magazine, la coolhunter Michaela Angela Davis afirma que "a la cultura pop lo único que le interesa de las mujeres negras es el mundo ratchet", un término que encierra "violencia emocional y mezquindad". El responsable de que este insulto haya acabado colgando de las orejas de Beyoncé es Anthony Mandingo: en 1999 creó la canción Do the ratchet, cuya edición mejorada ha inspirado a los artistas que hemos mencionado. Juicy J y la propia Azealia Banks lo emplean con verdadera profusión para calificar una actitud que también puede describir lo cool, eso que merece la pena.
La intencionalidad de las palabras las marca el sujeto que las formula, por eso "ratchet" no significa lo mismo en boca de Jay-Z que en algún fanático del Tea Party (tampoco "marica" tiene la misma connotación si lo dice Lady Gaga o Vladímir Putin). Aunque sin duda preferimos quedarnos con el vocablo twerking, que no admite ninguna duda. A menos que lo baile Cyrus, claro. Y es que al único que no le ha importado que la ex chica Disney sacara la lengua de paseo e hiciera esos aspavientos ha sido Justin Timberlake: "Miley es joven, simplemente trata de decirnos que está creciendo", aseguró hace dos días al locutor Jim Douglas.
Con el palabro que nos ocupa ya oficializado y extendido, queda esperar que este fenómeno no muera de éxito y podamos asistir a espectáculos futuros que no dejen en evidencia a quienes los protagonicen. Ya lo dijo el reverendo King aquel 28 de agosto de 1963: "Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres". Lo que él nunca imaginó es que 50 años después la libertad se bailaría a ritmo de twerk.