‘Cayetanas’ vs ‘Jennys’: por qué las lágrimas en TikTok al recibir un “Luisvi” hablan de las aspiraciones de cierta generación

Las dinámicas internas de los institutos tienen siempre elementos claves que representan comportamientos generacionales concretos. Muchos de estos tienen que ver con la moda, con cómo nos expresamos. En el colegio concertado del pueblo donde estudié la educación secundaria, Cabrera de Mar (a 35 minutos de Barcelona) escribí sobre ello a mediados de 2013, en la revista de final de curso. 

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Las dinámicas internas de los institutos tienen siempre elementos claves que representan comportamientos generacionales concretos. Muchos de estos tienen que ver con la moda, con cómo nos expresamos. En el colegio concertado del pueblo donde estudié la educación secundaria, Cabrera de Mar (a 35 minutos de Barcelona) escribí sobre ello a mediados de 2013, en la revista de final de curso. 

El artículo hablaba de los 10 mandamientos (pese a que recuerdo que los profesores prefirieron no usar la palabra “mandamientos”) de la moda de nuestro cole y tendencias particulares del momento. En el número 8 hay redactado de manera tajante: “A partir de 4º de la ESO se cambian las mochilas por los bolsos de mano”. Los bolsos representaban para mí en aquel momento un símbolo de la mayoría de edad, generalmente femenina, una barrera estilística mental que separaba de forma simbólica a alguien que estaba estudiando en el último curso -en nuestros marcos mentales de aquel entonces ya mucho más mayor y madura- del resto de alumnas de cursos inferiores que siempre llevaban mochilas. 

Cuando se publicó la revista, varias compañeras que sabían que lo había escrito yo me comentaron que no lo habían pensado, pero que estaba en lo cierto: en 4º todo el mundo usaba bolsos. Más adelante, durante el bachillerato, que estudié en Escola Pia de Mataró y la universidad, dónde cursé Periodismo y Comunicación Corporativa en la Universidad Ramon Llull de Barcelona y un semestre en Fordham en Nueva York, vi que esa afirmación seguía siendo verdad, se podían (y se pueden) contar las chicas que llevaban mochilas.

Este viernes se viralizaba en Twitter un vídeo de la tiktoker Nuria Pajares, autodenominada la mami terremoto, con el título de “Gran sorpresa a mi hija Mery”. En el TikTok se puede ver a madre e hija en los asientos delanteros del coche y Pajares, la madre, explica que dado que Mery ha acabado los exámenes le tiene un regalo sorpresa preparado. “Le he mandado un mensaje con una captura de un regalito que le voy a hacer”, dice Nuria sin dejar de mirar a cámara. Cuando Mery ve el regalo, inmediatamente se emociona y se pone a llorar. Es el icónico bolso Neverfull de Louis Vuitton, y la tiktoker termina el vídeo exclamando: “¡Su primer Louisvui!”.

La reacción de Mery y el comentario de su madre han encendido las redes hasta tal punto que “Luisvi” sigue siendo tendencia en España. 

No pude evitar recordar esa mayoría de edad que mencionaba al inicio y pensar que este es un TikTok que en ciertos entornos es representativo de esa realidad. Mery ya ha terminado la Selectividad, está un paso más cerca de ser adulta, de entrar a estudiar a la Universidad; y el bolso simboliza ese momento exacto. Es la prueba física de que se está haciendo mayor, y también una pieza manifiesto que supuestamente podría decir mucho de cómo quiere ser percibida por sus compañeros cuando inicie la universidad.  

El luisvi – o el Luis Vuitton Neverfull es un clásico de la marca francesa, que junto con el bolso de mano Rock de Zadig&Voltaire forma parte del imaginario estético de lo que, sobre todo en TikTok, se conoce como las “Cayetanas”. El término engloba un estilo caracterizado por llevar Converse, pantalones tejanos (ahora de pata ancha, sobre todo), camisas con jerséis sin mangas (así se llevaban este invierno), poco o casi nada de maquillaje y un bolso. Hay dos modelos clave. Uno es el que se usa para ir a clase, el Neverfull (uno comprado en el amplio mercado de imitación o que algunas toman prestado a sus progenitoras ). El otro es un bolso de mano para salir, el “Rock” de Zadig&Voltaire que es tan popular en mercados de segunda mano que hay incluso vídeos que ayudan a detectar si es falso.

En oposición al universo simbólico de la «Cayetana» está el de la “Jenny” quien se caracteriza por llevar aros bien grandes, ropa con estampado animal o colores flúor, los ojos pintados con eyeliner prominente, chándal y zapatillas tipo las Nike “Air Force 1” o Fila. Se trata del binomio pija-choni revisitado por la Generación Z. En esta reinterpretación lo importante no es cifrar una como mejor o peor, sino identificarse con un grupo u otro. Hace tiempo que las nuevas generaciones no vemos lo “choni” como lo “malo”. Tampoco es raro que una misma persona pueda ir de Jenny o de Cayetana según el día. Este tag es uno de los sonidos usados en TikTok para presentarse como una u otra, o saber cuál es más afín a ti. 

A todo esto: la reacción de Pajares a todo el revuelo ha sido seguir la escuela de las Kardashian y capitalizar el meme. “Ya sabéis que me gusta liarla un poquito, pero vosotros la habéis liado más esta vez”, cuenta en uno de sus últimos TikToks con texto incluido “EL FAMOSO ‘LOUISVUI’”, donde explica que Mery, tras la repercusión del vídeo “que por cierto ha llegado al millón de visitas”, comenta, ya no quiere el bolso para ella, sino que prefiere regalarlo. “Pero no porque no le guste, sino porque como es una niña tan buena y tan honrada ha decidido sortearlo entre vosotros”. E invita a todos los seguidores a que participen en su último post de Instagram. 

La poeta Leticia Sala escribió en Scrolling After Sex que “los momentos más reveladores de todas las familias suceden en los trayectos en coche”. Y se podría añadir hoy que en los TikToks también.