Por qué la margarita se ha convertido en la joya de esta temporada
Pandora Garden, la nueva colección de la marca de joyas, es un refugio de belleza y naturaleza. Con piezas inspiradas en la fuerza de las margaritas, la firma nos invita a despertar la imaginación y volver a jugar con la moda. Un gesto cotidiano que, como demuestra esta sinergia entre la artista Cariatydes y Pandora, puede derivar en toda una ‘performance’ artística.
«Maquillar es hacer un cuadro efímero en la cara», asegura, entre brochas y lápices, Paula Cariatydes (Madrid, 1997). Para esta artista multidisciplinar, su piel es un lienzo en blanco y su cuenta de Instagram, una galería en la que dejar constancia de que esas particulares obras, a base de eyeliners imposibles y estampados coloristas, existieron. «Siempre me lo tomo como un juego, no como algo impuesto socialmente», explica. Ese es exactamente el juego que propone Pandora con su nueva colección, Pandora Garden: inspiradas en la belleza de la naturaleza y la primavera, cada pieza es una invitación a despertar la imaginación, a encontrar la diversión que hay en el simple hecho de vestirnos, maquillarnos o envolvernos en joyas. Un gesto cotidiano que, como demuestra esta sinergia artística entre Cariatydes y Pandora, puede derivar en una obra arte.
Estamos en una de esas primeras mañanas de primavera y, en el estudio de fotografía, hay flores hasta en los rincones más inesperados. «Creo que su fuerza creativa está en toda esa variedad de formas y colores. Tanto te puedes encontrar una margarita blanca como una orquídea rosa… son totalmente distintas, pero las ves y te parecen igual de bellas. En ese sentido, las flores son como las personas», reflexiona Cariatydes mientras rebusca en el particular jardín de Pandora para crear piezas nuevas.
Tras este minucioso juego, los nuevos charms Margarita Rosa y Margarita Morada revitalizan la icónica pulsera Pandora Moments de multicadena e inmortalizan para siempre el momento. Los nuevos charms de la colección –el clip Pandora Rose Margarita Rosa o los charm Margarita Morada Filigrana o Pandora Rose Margarita en filigrana–, adornan la pulsera Pandora Moments en plata de primera ley, cubriendo la muñeca de una optimista primavera.
Pandora Garden ha logrado inmortalizar esa belleza de la imperfección de la que habla Cariatydes. Porque al igual que en la naturaleza, ninguna de las margaritas que adornan y unen sus creaciones son iguales. La firma apuesta por la artesanía para capturar esas individualidades que solo se dan en la vida real. Basta con fijarse en los pétalos de los charms, de tamaño y orden caprichoso, o en el color, esmaltado a mano, para lograr ese particular efecto sombreado. Un riguroso ejercicio, hoja a hoja, en el que se inspira Cariatydes para cubrirse de flores.
Cariatydes conoce muy bien el poder del atrezo para construir y deconstruir personajes. Es Ainara, la vecina de Ana Milán, en su primera serie homónima, By Ana Milán; y una mujer distinta en el imaginario que crea para todas sus canciones: de la chica romántica de Condena a la diva de 6.AM que se pone sus mejores joyas para superar una ruptura. «Un tema muy recurrente es el desamor, esas relaciones que duelen: hablo de las rupturas, del maltrato, de ese amor feo…», explica la compositora, que se ha montado un estudio de grabación en casa para seguir sacando temas esta primavera. «Pero el próximo tema va a ser de fuerza, que es como me siento ahora», advierte, mientras se va llenando la mano de margaritas para interpretar a su último personaje: los anillos en Pandora Rose Trío de Margarita Rosas, el Corona de Margaritas Brillantes y el anillo en Pandora Rose Solitario Morado por partida doble.
«Esta colección trata de reconectar con tu niño interior para reavivar la sensación de explorador inocente», defienden los directores creativos de Pandora. Porque Pandora Garden es un alegre ejercicio de experimentación y reconstrucción: los anillos de margaritas están diseñados para ser apilados, y los charms, para reinventar los clásicos a base de flores y reafirmar nuestra personalidad. «Mi relación con las joyas es muy especial: cuando le cojo cariño a una no me la quito hasta que no tengo más remedio. Le doy mi significado y ya forma parte de mí, como un tatuaje», concuerda Cariatydes. Qué mejor forma de hacerlo que recreándose en la belleza.