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De Costa Rica, Corea del Sur o Polonia: los bolsos que triunfan ya no vienen de París

Se impone un modelo creativo que busca poner en valor el saber local de comunidades periféricas. Una fórmula hoy posible gracias a las nuevas tecnologías.

Albus Lumen (Australia) Finalista en el Woolmark International Prize este año, es una de las etiquetas australianas más buscadas. Su fundadora, Marina Afonina, apuesta por el consumo responsable y por el diseño de prendas atemporales que sirvan de uniforme durante años. Sus bolsos siguen la pauta (precio: 425 euros).
Gabriela Hearst (Uruguay) La uruguaya se declara comprometida con la sostenibilidad, la calidad y la autenticidad. Ello le llevó, por ejemplo, a no producir más piezas cada temporada de su bolso Nina, viral desde que se convirtiera en favorito de Meghan Markle. "Todas las tiendas querían hacer un pedido, así que mi jefa de ventas me presentó un plan de negocios para escalar el modelo", un paso de gigante que hubiera supuesto duplicar, de un día para otro, el tamaño de la compañía. "Para empezar necesitaba contratar a mucha más gente, sin saber si esa demanda se iba a mantener. Y nosotros nos centramos en el largo plazo, en crear un modelo sostenible", explicaba hace unos meses en esta revista. ¿Su gran apuesta para este otoño? El muy apetecible bolso Walkwoman que se inspira en los walkman de los ochenta (desde 1.700 euros).
Yuzefi (Reino Unido) La firma británica (obra de Naza Yousefi), triunfa en Instagram gracias a la fotogenia de sus diseños. Tenía el ojo entrenado: antes colaboró con nombres como Hedi Slimane, Patti Wilson o Steven Klein. Producidos en Londres, sus bolsos se venden en Moda Operandi, Selfridges, Neiman Marcus o Net-a-porter y los llevan Priyanka Chopra, María Bernad, Linda Tol o Kate Bosworth. Precio: 540 euros.
L’Afshar (Dubai) Se ha hecho viral gracias a los bolsos artesanos en forma de cajas en materiales como el acrílico transparente o la resina que simula mármol (desde 620 euros). Su autora, Lilian Afshar, confiesa inspirarse en el arte y la arquitectura. Ya ha conquistado a nombres tan heterogéneos como Kylie Jenner, Laura Dern o la reina Rania de Jordania.
Montunas (Costa Rica) “Lujo para la mujer global” es el lema de esta enseña costarricense, fruto de la colaboración de Elke Ruge con sus dos hijas, Amanda y Elena Hawila. Su modelo de bolso más famoso está fabricado en acrílico y se inspira en las macetas colgantes de la zona de San José (desde 270 euros).
Hereu (España) En este movimiento que busca rescatar lo mejor de la tradición, no podían faltar firmas españolas como Hereu, que ya ha llegado a Net-a-porter, a las galerías Lafayette, Opening Ceremony o Dover Street Market (desde 340 euros). Los bolsos de José Luis Bartolomé y Albert Escribano se inspiran en el Mediterráneo y aprovechan lo mejor del saber hacer de sus artesanos.
Little Liffner (Suecia) Desde su creación en 2012 esta casa de Estocolmo ha ido acumulando seguidores poco a poco, sin hacer ruido. “Para una clienta segura de sí misma que no necesita ir enseñando etiquetas”, dicen. Desde 390 euros.
Gu_de (Corea del Sur) Esta firma coreana se pronuncia ‘good’ y se inspira en las formas de los bolsos de los setenta con la intención de crear clásicos que funcionen más allá de las temporadas (desde 330 euros). Con solo dos años de vida, la empresa de Ju Hye Koo, ha sido fichada por The Vanguard, la plataforma de Net-a-porter que apoya a nuevos talentos.
Chylak (Polonia) También han triunfado ya entre el star system los diseños de Zofia Chylak, que ya han lucido Emma Roberts, Alexa Chung o Felicity Jones. Precisamente la sobreexposición provocó, la pasada primavera, listas de espera de 15.000 personas ansiosas por hacerse con una de sus minimalistas bandoleras, serigrafiadas con un número de serie en el frontal. La polaca sabe de diseño: empezó trabajando en Proenza Schouler. ¿Lo mejor? El precio, que es comedido para tratarse de bolsos de autor (desde 225 euros).
Medea (Italia) La simplicidad vuelve a ser el rasgo que define los diseños de esta firma, creada por las gemelas Camilla y Giulia Venturini. Rescatando las siluetas de las bolsas de cartón, ofrecen un gran abanico de colores o tamaños, siempre en la napa más delicada y fabricando en Verona (desde 455 euros). Rihanna, Paloma Elsesser o Petra Collins son fans.
Wandler (Holanda) En solo un par de años los bolsos de Elza Wandler se han convertido en protagonistas en miles de fotografías de street style. Sus formas fácilmente identificables (en media luna) y sus acabados sencillos, los hacen una inversión de fondo de armario (desde 450 euros). Con sede en Amsterdam, Wandler se formó diseñando accesorios de hombre, escuela de la que aprendió a priorizar la funcionalidad.
Mehry Mu (Turquía) La fundadora de la marca, Günes Mutlu, creó su primer bolso casi por casualidad, con un retal que encontró en el Gran Bazar de Estambul. Hoy surte a Amy Adams, Emma Roberts, Olivia Palermo o la princesa Beatriz de York con sus piezas, que sacan partido al saber hacer de los artesanos turcos (precio: 247 euros).
By Far (Bulgaria) La nostalgia por los años noventa motiva las creaciones de esta firma que navega entre Australia y Bulgaria, donde se producen todos sus bolsos y zapatos. Fundada por dos hermanas gemelas y la mejor amiga de ambas, la marca se ha hecho viral en pocos meses gracias al empuje de figuras como Bella Hadid o Kendall Jenner, enamoradas de su bolso Rachel. Un modelo que se inspira, como no podía ser de otra manera, en el personaje de Jennifer Aniston en Friends (precio: 350 euros).
Vanina (Líbano) El proyecto de Vanina nació en 2007, cuando Tatiana Fayad y Joanne Hayek decidieron dar vida a algo propio en Beirut. Hoy la enseña se ha convertido en una marca de lifestyle que ofrece desde bolsos a joyas o vestidos. Hechos a mano, todos sus productos buscan la eficiencia y la reducción máxima de residuos. ¿Su gran hit? Los bolsos de bolas (precio: 325 euros).