Perder siete kilos en tres semanas para llevar el vestido de Marilyn Monroe durante unos minutos: la última ‘boutade’ de Kim Kardashian
La influencer más importante del mundo ha logrado sacar una pieza de museo para lucirla en la gala Met. Después de subir las escaleras se puso una réplica.
Han pasado 60 años desde que Marilyn Monroe le cantó Happy birthday a John Fitzgerald Kennedy en una fiesta con motivo del 45 cumpleaños del presidente demócrata. Era 1962 y la literatura de la época asegura que Jackie Kennedy no acudió al homenaje a su marido porque sabía que Marilyn Monroe actuaría y sospechaba que mantenían una relación. Ríos de tinta han corrido también sobre el horrible momento que vivía la actriz cuando vistió esa prenda. Seis décadas después, la empresaria e influencer más importante del mundo, Kim Kardashian ha rescatado el histórico vestido para acud...
Han pasado 60 años desde que Marilyn Monroe le cantó Happy birthday a John Fitzgerald Kennedy en una fiesta con motivo del 45 cumpleaños del presidente demócrata. Era 1962 y la literatura de la época asegura que Jackie Kennedy no acudió al homenaje a su marido porque sabía que Marilyn Monroe actuaría y sospechaba que mantenían una relación. Ríos de tinta han corrido también sobre el horrible momento que vivía la actriz cuando vistió esa prenda. Seis décadas después, la empresaria e influencer más importante del mundo, Kim Kardashian ha rescatado el histórico vestido para acudir a la cita más importante del año en el mundo de la moda: la gala Met .
El vestido, gracias al que Marilyn Monroe protagonizó cientos de titulares –lo lució sin ropa interior y tan ceñido que se fue rasgando a lo largo de la velada–, ha llevado a Kim Kardashian a repetir la historia convirtiéndolo en el look más comentado de la noche. La propia Kim Kardashian contó a su llegada a la alfombra roja cómo había sido el proceso para poder abrochárselo. «Tuve la idea de llevar este vestido, pero cuando me lo probé no me valía. Así que les dije: ‘Necesito tres semanas y me servirá’. Y perdí siete kilos», ha relatado ante los micrófonos. «Soy una persona con mucha determinación. Creo sinceramente que nadie creyó que podía lograrlo, pero lo conseguí», añadió, dándole a su actitud un matiz de más que discutible gesta heróica. Cuando le preguntaron cómo había alcanzado su objetivo, explicó que se había sometido a una dieta muy estricta en la que no comió «nada de carbohidratos ni azúcar» durante tres semanas.
Kim Kardashian, que estuvo todo el tiempo acompañada de su nueva pareja, el cómico estadounidense Pete Davidson, bromeó diciendo que todos los «sacrificios» para lucir el vestido se habían terminado y que cuando llegasen al hotel celebrarían una fiesta «con pizza y donuts». Según ha publicado la edición estadounidense de la revista Vogue, la influencer en realidad solo ha lucido la prenda durante unos minutos: el tiempo que ha tardado en desfilar por la alfombra roja y subir las escaleras que dan acceso a la fiesta del Metropolitan Museo de Nueva York. Posteriormente, se ha cambiado y ha lucido una réplica. «Tengo mucho respeto por la pieza. Jamás me sentaría o comería nada con él», ha declarado a la publicación.
¿Pero cómo llega Kim Kardashian a conseguir sacar una pieza de museo para llevarla a una alfombra roja? Al parecer, la influencer, que supera los 307 millones de seguidores en Instagram, es una gran aficionada a las subastas y tiene varias piezas de JFK lo que le habría llevado a contactar fácilmente con los actuales dueños del vestido para empezar una negociación.
Marilyn Monroe pagó en 1962 al diseñador Jean-Louis 1.440 dólares por hacerle la prenda a medida. En 1999, el vestido se vendió por más de un millón de dólares en Christie’s, como parte de una subasta con varios objetos personales de la actriz. Más tarde, en 2016, se volvió a subastar por la friolera de 4,8 millones de dólares en Julien’s Auctions y posteriormente fue adquirido por el museo Ripley’s Believe It Or Not, que ha gestionado el permiso para que Kim Kardashian pudiera lucirlo, aunque solo fueran unos minutos. Hasta ahora ostentaba el récord de ser el vestido más caro vendido jamás en una subasta. A partir de hoy, también es historia de la gala Met.