Las joyas más mágicas para regalar esta Navidad

Cuando le preguntaron a Sophia Loren si sentía predilección por alguna joya en concreto, la italiana, una gran apasionada de las joyas y las piedras preciosas, respondió como solo lo podría hacer una estrella como ella: “Cuando se trata de joyas soy muy democrática: me gustan todas”. Lo cierto es que la joyería comparte esa misma peculiaridad, una capacidad democrática de sorprender y cautivar. Es el regalo más especial que podemos hacerle a alguien, sobre todo en una época tan exigente emocionalmente como es la Navidad. Porque cuando nos decantamos por unos pendientes o una pulsera no lo hacemos a la ligera: cada elección habla de la persona a la que va destinada, y cada pieza es un emblema de ese vínculo que compartimos.

La primera colección de alta joyería de Marzio Milano, Magia, ha sido confeccionada bajo ese parámetro: emocionar. Las piezas de la firma italiana, creada por el respetado relojero Marzio Villa, se elaboran de forma artesanal en un pequeño taller del norte de Italia, una zona muy conocida por su tradición orfebre, y todo el savoir faire de los artesanos se aprecia en el vibrante juego de luces y colores que despliega cada una de sus creaciones.

La colección está protagonizada por la piedra más codiciada de la temporada: el diamante azul. En el mundo de la alta joyería, debido a su rareza y escasez, este sofisticado brillante es un auténtico objeto de deseo. En el aspecto simbólico, se considera una alegoría del amor eterno. ¿Qué mejor declaración de intenciones que envolver esa promesa y colocarla bajo el árbol de Navidad?

Las piezas de Marzio Milano potencian todavía más el carácter enigmático del diamante azul. Porque no se limita a coronar sus creaciones con él, sino que los enmarca en un geométrico jardín de fantasía: il fiore. Unos románticos cuadrantes, inspirados en la naturaleza y la arquitectura clásica, en donde los diamantes blancos y azules se reproducen en forma de pétalos de flores y protagonizan cada una de las piezas de la colección. No es el único elemento común: todas las joyas comparten un diseño inspirado en la corona de un reloj, un guiño a la cultura relojera de Marzio Villa y un ejemplo gráfico de su destreza a la hora de aunar conceptos y reinventarlos.

Como anillo al dedo

La colección Magia hace honor a su nombre. Los anillos están realizados con una técnica única que permite un ajuste perfecto al dedo de cada mujer. Es imposible fallar con ellos. Su diseño es una invitación a celebrar la dolce vita, una pieza digna del joyero de una diva de los cincuenta. Están confeccionados con dos anillos exteriores con forma de corona, en donde la combinación de distintos materiales –las piedras preciosas, el oro rosa y blanco, o el contraste de engastados – crean un cautivador contraste de colores y luces.

Los pendientes son un ejercicio de artesanía y modernidad. Aunque resulta extraño asociar las tendencias con algo tan sempiterno como es la joyería, cada temporada hay una serie de siluetas que brillan sobre la pasarela o la calle. Los aros de los ochenta vuelven con fuerza este otoño, y Marzio Milano los recupera por partida doble: contrastando la luz de los diferentes materiales y conjugando sus diferencias. Otro diseño que no atiende a los convencionalismos son los pendientes largos, en donde el motivo il fiore se va reproduciendo de distintas formas hasta crear una pieza para vestir hoy y conservar siempre.

Regalar un colgante es un acto de complicidad. No hay un gesto que entrañe tanta confianza como ayudar a alguien a ponerse un collar. Las piezas de esta colección recogen esa cinematográfica sensualidad, pero también prestan atención a la forma en que las mujeres visten las joyas hoy en día: con confianza y comodidad. El collar Ópera expresa ese espíritu de libertad y movimiento, con los motivos il fiore a ambos lados de la cadena, para que siempre estén visibles, brillando.

La colección culmina con un espectacular brazalete, que conjuga todos los códigos estéticos de Marzio Milano: una pieza rígida en oro rosa, con la silueta de la corona de un reloj, engastado con 8 diamantes. En el centro del diseño: el cierre if fiore en oro blanco, con 12 diamantes azules y 4 diamantes blancos. Una pequeña obra de orfebrería con una gran capacidad de hacernos sentir únicas.