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Gloria Steinem dice que es «ridícula»: ¿Qué ha sido verdad y qué mentira en ‘Mrs. America’?

La activista carga contra la serie por focalizar la ERA como una lucha entre mujeres y esconder al verdadero enemigo. ¿Fue tal y cómo ha narrado el show?

Phyllis Schlafly: La furibunda antifeminista sirve como eje de la narración de Mrs America, la serie de FX emitida por HBO en España que narra cómo se gestó la enmienda constitucional que garantizaría la igualdad de derechos entre sexos en EE UU en los años 70, conocida como ERA por sus siglas en inglés. Interpretada magistralmente por Cate Blanchett en el show, Shclafly se muestra como la principal antagonista y barrera frente a la ERA. Viendo que el machismo la arrinconaba en su punto fuerte (la política anticomunista), sí que es cierto que Schlafly oportunamente se apropió de la lucha antifeminista con un programa de centralidad de la familia, repudio al aborto, al matrimonio homosexual y, sobre todo, como principal valedora de la recuperación de la idea de que la mujer es por encima de todo cuidadora y madre antes que trabajadora. Lo que no parece tan verídico es que, como muestra la serie, Schlafly tuviese tantas contradicciones con sus libertades y su relación con el poder y los hombres. "El show la representa como la instigadora de ese movimiento y su único origen intelectual, con políticos y conservadores del movimiento que se encogen de hombros detrás de ella. El programa también la vuelve compleja, teniendo resentimientos sobre la arrogancia masculina y los derechos en su propia vida, una tensión de su personaje que pretende establecer paralelismos entre Schlafly y los líderes feministas a los que se opone, como Gloria Steinem, Bella Abzug, Betty Friedan y Shirley Chisholm […] En la vida real, Schlafly no tuvo tantos conflictos. Era una misógina feroz que escribió y testificó apasionadamente que las mujeres que experimentaron acoso sexual trajeron la agresión de los hombres sobre sí mismas", escribió  Moira Donegan en The Guardian sobre la construcción del per.  
Gloria Steinem. Interpretada con una peluca fabulosa por Rose Byrne, Steinem fue –y sigue siendo– la feminista más famosa de EE UU. Alérgica al matrimonio, de espíritu nómada, activista, periodista, fundadora de la revista Ms. y, según la describiría Nora Ephron, «la única cosa remotamente chic relacionada con el movimiento». La mujer que se había infiltrado de incógnito como conejita en Playboy  para denunciar las míseras condiciones de las trabajadoras de Hugh Hefner a principios de los 60 y erigida en los 70 en la activista más atractiva de EE UU. La escena que funciona a modo de flashback sobre su aborto clandestino en la serie, catalizadora de su lucha por los derechos reproductivos, es verídica. Ella mismo lo contó en la primera página de sus memorias. "Este libro está dedicado al doctor John Sharpe, médico londinense que en 1957, una década antes de que en Inglaterra fuese legal practicar abortos salvo en el supuesto de que la vida de la mujer corriese peligro, asumió el considerable riesgo de ayudar a una estadounidense de veintidós años que iba camino de la India. Sin saber nada aparte de que la chica había roto un compromiso en su tierra para salir en busca de una destino incierto, le dijo: 'Tienes que prometerme una cosa. Primero, que no le darás mi nombre a nadie. Segundo, que harás con tu vida lo que te apetezca'". Así aparece en la serie y así pasó, según la propia Steinem.   La activista también se ha manifestado sobre la serie, tildándola de "rídicula", tal y como explicó en una entrevista en el Hay Festival: "Por ejemplo, esa serie tan buena que están emitiendo llamada 'Mrs. America' te da la impresión de que la razón por la que no se aprobó la ley de igualdad fue la oposición de Schalfly, que era una mujer muy religiosa y de derechas. Sin embargo, no creo que su campaña en contra cambiase nada. De hecho, ocurrió en el último minuto. Sin embargo, la industria de los seguros se opuso en bloque, porque si dejaban de segregar por sexo, actualizar las pólizas les costaría millones de dólares. La serie hace ver que unas mujeres son el peor enemigo de otras mujeres, un enfoque que nos impide reconocer a quiénes son nuestros verdaderos enemigos. Ese es el problema de este show tan ridículo. No por los actores, sino por el sentido de la historia".
Betty Friedan.  Detestaba la etiqueta, pero la "madre" del feminismo moderno sembró la base de la lucha por la igualdad de derechos cuando en 1963 publicó La mística de la feminidad. Su libro rompió la fábula de las felices amas de casas de los 50, destapando la realidad sobre lo incompletas y poco satisfechas que se sentían con su vida las mujeres aburguesadas con estudios que se habían ido a las afueras con su marido y habían dejado sus trabajos para hacerse cargo de su familia. Friedan fue seminal en el movimiento, pero también se quedó obsoleta y vivió un intenso tira y afloja con Steinem, como se puede comprobar en la serie. No quería que la lucha se enturbiase por aspectos relacionados con los derechos de las lesbianas o las mujeres racializadas. Ella misma se vengaría de ellas en 1973 firmando un sonado artículo por el décimo aniversario de La mística de la feminidad donde aprovechó la tribuna para atacar a Steinem y Azbug en The  New York Times: «Las perturbadoras del movimiento feminista fueron las que trataban continuamente de forzar el lesbianismo o el odio hacia los hombres». Las perturbadoras, según Friedman, también eran Kate Millett o Flo Kennedy. En el cuarto episodio, Friedan desobedece la decisión de sus colegas pro-ERA de no comprometerse con Phyllis Schlafly al aceptar debatir con la líder de Stop ERA en la Universidad Estatal de Illinois. Este debate tuvo lugar, en 1973, y, como recogía Vulture, "la controversia en pantalla no necesitó ningún adorno de la sala de escritores". Como se muestra en la recreación, una Friedan exasperada sí exclamó que “le gustaría quemar [Schlafly] en la hoguera”. "Si bien no hay imágenes disponibles de este debate, Schlafly y Friedan, quienes murieron en 2006, sostuvieron un discurso similar en Good Morning America tres años después", explican en la publicación.
Shirley Chisholm (interpretada por Udo Azuba). "Si no te dan tu sitio en la mesa, trae tu propia silla plegable" era una de las frases que Shirley Chisholm, hija de inmigrantes antillanos, nacida en Brooklyn en 1924, solía decir. Otras de sus perlas de sabiduría: “Se pierde una gran cantidad de talento en nuestra sociedad, solo porque éste lleva falda”, “el estereotipo emocional, sexual y psicológico de las mujeres empieza cuando el doctor dice: enhorabuena, es una niña” o “estar en contra de los negros, de las mujeres o practicar cualquier tipo de discriminación equivale siempre a lo mismo, ir en contra de la humanidad”. No está tan claro que Gloria Steinem 'vendiese' a Chisholm en la convención demócrata como defiende la serie. Lo que sí está probado es que después defendió su campaña presidencial públicamente.
Bella Abzug (interpretada por Margot Martindale). Fue congresista demócrata de Nueva York y su compromiso con los derechos civiles y feministas fue su enseña. Tal y como explica la serie, cuando era una joven abogada embarazada, representó a Willie McGee, un hombre negro en Jim Crow, Mississippi, acusado de violar a una mujer blanca, mientras soportaba amenazas de muerte de los supremacistas blancos. Una vez en el Congreso, Abzug, quien murió en 1998, fue coautora del proyecto de ley Título IX, que prohíbe la discriminación sexual en las escuelas que reciben fondos federales. Una de las tramas que más se ha cuestionado de la serie es que Abzug, sintiéndose amenazada por la fuerza en la base conservadora de Phyllis Schlafly, se mostrase contraria a su instinto y decidiese borrar del mapa a los derechos de las lesbianas en el proceso. En 1977, Abzug, después de perder su candidatura al Senado después de renunciar a su escaño en la Cámara, es nombrada por el presidente Jimmy Carter para encabezar la Conferencia Nacional de Mujeres. Según la serie, cuando Abzug se entera de que la delegación de Mississippi en la conferencia tiene vínculos con el Ku Klux Klan, ella debate quitar el tablón de los derechos de los homosexuales de la plataforma por miedo. Aunque al final del episodio lo mantiene. No está probado que fuese así.
Jill Ruckelshaus (interpretada por Elizabeth Banks). Representa a la derecha moderada. Republicana, proaborto, fue asistente especial de la Casa Blanca sobre los derechos de las mujeres bajo la administración de Nixon. Después, fue nombrada por el presidente Gerald Ford en 1975 como jefa de una comisión presidencial sobre los derechos de las mujeres con la intención directa de ratificar la ERA. La serie insinúa que su marido, William, perdió el ticket para ser vicepresidente con Gerald Ford porque ella ("la Gloria Steinem de las republicanas") era pro aborto.The Washington Post, en un artículo de 1983, también avala esta teoría.
Alice Macray (Sarah Paulson) Pese a la complejidad, contradicciones y perfectos matices de su personaje, Alice no existió en la vida real. Macray, supuestamente vecina de Schlalfly en la serie, es una amalgama de mujeres, de cómo el equipo de guionistas del show imaginaba que sería el círculo más próximo a la conservadora. Su personaje, en uno de los mejores episodios de la serie, sirve para experimentar con la fantasía de qué pasaría si una supuesta conservadora contraria a la igualdad de derechos conoce y se acerca, empatiza –totalmente colocada–  sus antagonistas. "Es un personaje de composición, así que busqué material de la época para inspirarme", explicó Paulson sobre el desarrollo de su personaje a  E News.