El verano de Bennifer: ¿están recreando Jennifer Lopez y Ben Affleck ‘Jenny from the Block’, el clip que gafó su relación?
El clip de la canción de 2002 mostraba a la pareja asediada por los paparazis. Affleck dijo que era uno de sus mayores arrepentimientos en la vida.
La vida de los ricos y famosos siempre ha provisto de distracción y entretenimiento al pueblo. Hasta que llegó la pandemia, se acabaron los estrenos, los desfiles, y hasta los paseos –tan solo Ben Affleck y Ana de Armas, sacrificándose con valentía, salían cada tarde a pasear a su perro por Venice Beach, California, con ropa diferente–. Las alfombras rojas se sustituyeron por rarísimas fotos de famosos arreglados en su salón y subidas a Instagram.
Amanda Hess, en The New York Times, declaró muerto el “...
La vida de los ricos y famosos siempre ha provisto de distracción y entretenimiento al pueblo. Hasta que llegó la pandemia, se acabaron los estrenos, los desfiles, y hasta los paseos –tan solo Ben Affleck y Ana de Armas, sacrificándose con valentía, salían cada tarde a pasear a su perro por Venice Beach, California, con ropa diferente–. Las alfombras rojas se sustituyeron por rarísimas fotos de famosos arreglados en su salón y subidas a Instagram.
Amanda Hess, en The New York Times, declaró muerto el “culto a la celebridad”. En la BBC escribieron que los académicos de la celebridad señalarían un antes y un después del vídeo que organizó la Wonder Woman Gal Gadot en el que decenas de famosos cantaban Imagine en sus casas como manera de animar al pueblo que se enfrentaba a meses inciertos de enfermedad, pérdida y desempleo.
Y entonces llegó lo que ya se ha bautizado como “el verano caliente de las celebridades” y las personas ricas y famosas volvieron a hacer lo que mejor saben: liarla muchísimo en público, exhibir su privilegio sin preocuparse de los efectos en su imagen. Lo inauguraron Taika Waititi, Rita Ora y Tessa Thompson besándose en un balcón con aspecto de ir bastante colocados durante el rodaje de Thor en Sídney. Olivia Wilde y Harry Styles se confirmaron como nueva pareja poderosa y hasta la discreta Angelina Jolie fue vista saliendo varias veces de casa de su exmarido, Johnny Lee Miller (aunque también se rumorea que podría estar viéndose con The Weeknd). Pero, claramente, quienes están haciendo más por devolver el mercado del cotilleo allá dónde estaba hace 20 años son, de nuevo, Ben Affleck y Jennifer Lopez.
La guionista Cassie St. Onge tiene una teoría excéntrica, pero plausible, de qué es exactamente lo que está pasando con Bennifer con sus “revelaciones” en Instagram, sus estudiadas poses en el yate y sus besos nada espontáneos y sus cebos para paparazis (el último: el collar que lleva J.Lo con las letras “BEN” en oro).
Según St. Onge, que ya anticipó su hipótesis en el podcast de Busy Phillipps a finales de mayo, lo que estarían haciendo Lopez y Affleck es una recreación plano por plano del mítico vídeo de Jenny from the Block, que celebra su 20º aniversario en 2022. Aquel vídeo, de la canción con la que la diva venía a decir que, a pesar de la fama y los diamantes, seguía siendo la misma chica que cogía el autobús 6 en el Bronx para ir a clase de danza.
Las últimas fotos, en las que los dos yacen en la cubierta de un yate y él pone su mano en el culo de ella, exactamente en la misma postura que hace 20 años, serían una confirmación más de la teoría de St. Odge. Exhibe más en su Instagram: En mayo, Ben se dejó fotografiar llevando el reloj que J.Lo aparece regalándole en el vídeo original. El 14 de junio la pareja se mostró cenando en público y, mientras todo el mundo se quedó con la noticia de que la pareja se besaba en público por primera vez desde que retomaron su romance, la guionista se fijó en otra cosa: las fotografías que se tomaron de aquello tenían exactamente el mismo aspecto que los planos de la cena que aparecen en el vídeo de Jenny from the Block. Incluso ella lleva el mismo peinado. La página de fans de la cantante @withlopez incluso posteó un minivídeo en el que se ve a la pareja… cantando Jenny from the Block.
Y luego ya lo del yate, que, si no es una recreación, sí tiene que ser por necesidad algún tipo de performance, un metacomentario sobre la celebridad con el que los dos intérpretes estarían adelantando a Shia LaBoeuf y James Franco, aficionados a trolear con coartada artística. En sus tiempos con Ana de Armas, y sobre todo tras la ruptura, Affleck ya dio muestras de estar disfrutando con este tipo de trucos. Nadie cree que fuera casualidad lo de tirar la silueta de cartón pluma de tamaño natural de la actriz cubana a la basura delante de los fotógrafos, ni sus paseos con productos del Dunkin Donuts.
En su día, Jennifer Lopez y el director Francis Lawrence, plantearon el vídeo de Jenny como si estuviera grabado por paparazis con teleobjetivos, en un momento en que los Bennifer eran entonces la pareja más perseguida y que más se exhibía. Arranca con imágenes de videovigilancia de la pareja en su apartamento de Los Ángeles, como indicando que ha perdido todo su derecho a la privacidad. Después, alternando con imágenes de la cantante interpretando la canción con distintos atuendos y con los raperos Jadakiss y Styles P., vemos a la pareja nadando en el mar, haciéndose arrumados en la cubierta de un barco, poniendo gasolina al coche, visitando una joyería y, por último, descansando en una piscina. Mientras que en la letra de la canción asegura que ella sigue siendo la misma niña del Bronx a pesar de “todas las rocas” (diamantes) que tiene, en el vídeo parece lamentar que la fama no le ha traído nada bueno, que ni siquiera puede gastar sus millones en paz con su novio.
El trabajo adquirió estatus icónico casi de inmediato, en cuánto se estrenó en MTV en noviembre. También fue muy comentado en foros donde habitualmente no se habla de canciones pop. Justine Ashley Costanza escribió en el International Business Times: “Cuando Lopez estaba prometida con el actor, decidió que lo mejor que podía hacer es un vídeo sobre lo duras que eran sus vidas. Pobre J-Lo, que no puede descansar en su yate, ser adorada en el jacuzzi o llevar su anillo de compromiso de un millón de dólares sin que alguien le saque una foto. No es fácil ser una superestrella rica”.
En 2008, Affleck dijo que aparecer en Jenny from the Block había arruinado su vida. “Si me arrepiento de algo en la vida es de hacer ese vídeo. Pero pasó hace años. He seguido adelante”, dijo en una entrevista con EnterteinmentWise. Pero añadió que no culpaba a Lopez porque eso le hacía parecer “un idiota petulante” y “poco caballeroso”. Además, dijo que ella no había dañado su carrera.
La pareja rompió poco después del lanzamiento de Jenny from the Block, días antes de su fecha de boda, y Affleck inició entonces sus años de travesía en el desierto. La película que les había unido y en cuyo rodaje se conocieron, Gigli, fue un fracaso comercial y se convirtió en una especie de chiste, no porque fuera mucho peor que muchas otras películas similares que se estrenaban entonces sino como efecto rebote de la fama de sus protagonistas. Tampoco funcionó Daredevil, y tuvo que pasar unos años en el dique seco de Hollywood hasta que se reinventó como director y finalmente ganó el Oscar con su tercera película como realizador, Argo.
La secuela de Bennifer está alegrando el verano a muchos. No solo porque es la constatación de que, lentamente, los famosos vuelven a hacer lo que esperamos de ellos, que no es (solo) mostrarse socialmente responsables, y desde luego no es cantar canciones de John Lennon a capela, sino también por lo que tiene de suspensión de las leyes del tiempo. Como explica Helen Sullivan en The Guardian citando profusamente a John Berger, este retorno al lugar en el que fuimos felices “encapsula la esperanza”. “Podemos hacer ver, por un momento, que todas las cosas malas que han pasado desde 2002 no han existido: la gran recesión, Trump, el Brexit, la covid… El cuerpo de Lopez no ha envejecido. Está con Affleck, del que cantó “te quiero, eres perfecto, la personificación de mis sueños, siempre serás mi lujuria, mi amor, mi hombre, mi niño, mi rey”.