Drew Barrymore habla sobre la tormentosa relación con su madre: «Creó un monstruo y no sabía cómo controlarlo»
La actriz ha concedió una entrevista reveladora a la revista ‘New York’ pero solo un día después se vio obligada a matizar sus propias declaraciones en redes sociales.
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Drew Barrymore (California, 48 años), legendaria niña protagonista de ET, actriz inolvidable de Los Ángeles de Charlie y exitosa presentadora de un programa de entretenimiento televisivo propio, jamás ha ocultado que la relación con sus padres, particularmente con sus madre, nunca ha sido fácil. Cuando comenzó su carrera como actriz infantil, su progenitora, Jaid Barrymore, una hija de migrantes húngaros que llegó a Estados Unidos en los años cincuenta para buscarse la vida y que en los años setenta se casó con el padre de Drew, el actor John Drew Barrymore, ya se había divorciado y vivía esencialmente de ser la manager de su hija aunque no tanto de su crianza.
Ella misma, la madre de Drew, fue actriz en algunas producciones menores a principios de los años ochenta, pero era la tierna e inconfundible vis cómica de su hija, que tenía seis años cuando se convirtió en una estrella mundial gracias a E.T., la principal fuente de recursos familiares. Barrymore ha relatado en más de una ocasión cómo su madre la llevaba con ella a la discoteca Studio 54, donde la dejaba beber alcohol como si fuese una adulta más: con solo 12 años tuvo que pasar por un centro de rehabilitación de adicciones. Más tarde, por iniciativa de su madre, la internaron un año y medio en un centro psiquiátrico. Drew ya no guarda rencor a su progenitora por lo ocurrido en esos años aunque, como ha contado a la revista New York hace dos días, su infancia fue terriblemente tormentosa para ambas: “Las decisiones que tomó mi madre estaban basados en sucesos que ocurrieron en casa y que desde luego no fueron fáciles para ella. Creó un monstruo y no sabía controlarlo”.
Barrymore, que desde hace años ha hecho del tono confesional y los mensajes de autoayuda su leit motiv, se expresó de forma cándida en dicha entrevista: “Me dan envidia muchas de mis amigas que, cuando sus madres fallecieron, fueron por fin capaces de poner en su sitio todo lo que les pasó y se comprendieron mejor a sí mismas. Yo no tengo ese lujo y no puedo esperar a tenerlo”. Estas declaraciones han sido malinterpretadas por algunos medios, entre ellos el portal Page Six, dependiente del New York Post, quien ha resumido de forma maliciosa sus palabras y ha titulado: “Drew Barrymore quiere que su madre se muera”.
La actriz se vio obligada ayer a hacer una aclaración desde sus propias redes sociales en las que explicó que no solo esa tergiversación era malintencionada sino que esas malas intenciones han estado arruinando su vida desde que era una niña: “No retorzáis mis palabras. No he dicho eso y jamás lo diría”. En la actualidad, según el testimonio de la propia actriz, la relación con su madre, desde hace algunos años, es relativamente cordial y a veces se comunican, sobre todo por mensajes de texto. A su padre, que murió con 72 años de cáncer, después toda una vida de alcoholismo y dependencia de las drogas, le pagó todo el tratamiento para su enfermedad. Fue ella quien esparció sus cenizas en el lugar que él pidió: el parque de Joshua Tree.