El documental que lava la cara al fundador de la agencia de modelos Elite
Casablancas, The Man Who Loved Women es un retrato biográfico, que ha sido criticado por mostrar solo el lado de bueno de John Casablancas, uno de los fundadores de la agencia Elite.
En plena resaca post-olímpica la agencia de modelos Elite abrió sede en Barcelona. Su fundador y presidente, John Casablancas, regresó a la tierra de sus padres, empresarios textiles que se habían marchado de Cataluña cuando estalló la Guerra Civil. La agencia se convirtió en una gran multinacional de la belleza, más de 24 delegaciones repartidas por todo el mundo, arrebatándole la hegemonía a la hasta entonces todopoderosa Ford Models. Una competencia que acabó desencadenando una ‘guerra de modelos’ que llegó hasta los tribunales bajo acusaciones de competenc...
En plena resaca post-olímpica la agencia de modelos Elite abrió sede en Barcelona. Su fundador y presidente, John Casablancas, regresó a la tierra de sus padres, empresarios textiles que se habían marchado de Cataluña cuando estalló la Guerra Civil. La agencia se convirtió en una gran multinacional de la belleza, más de 24 delegaciones repartidas por todo el mundo, arrebatándole la hegemonía a la hasta entonces todopoderosa Ford Models. Una competencia que acabó desencadenando una ‘guerra de modelos’ que llegó hasta los tribunales bajo acusaciones de competencia desleal por parte de las otras agencias hacia Elite.
En la nómina de la controvertida agencia figuraban la plana mayor de las estrellas de las pasarelas de moda y las portadas de las revistas de la década de los noventa: Claudia Schiffer, Linda Evangelista, Naomi Campbell, Cindy Crawford, Tatiana Patitz, Karen Mulder, Nadja Auermann, Iman… Todas ellas propulsadas bajo los fastos y opulencia del planeta moda. Con astucia e intuición, Casablancas supo adivinar el poder de fascinación de esta elite de modelos como nuevas embajadoras del glamour. Ellas estaban dispuestas a despojar del pódium a las estrellas de cine y de la música pop. La revolución de las top-models estaba en marcha.
Parte de esta historia, de lujo, belleza y poder está contada en el documental Casablancas, The Man Who Loved Women, retrato biográfico a cargo de Hubert Woroniecki, antiguo booker de la agencia. La cinta ha merecido las críticas por su tono excesivamente complaciente y hagiográfico. Al autor se le ha reprochado la ausencia de testimonios críticos para un documental que obvia la “cara B” de la agencia señalada por los escándalos y del propio Casablancas, aquí presentado como un genio del márketing. Una mezcla de self-man, pigmalión y seductor empedernido que transformó la industria de las agencias de modelos revolucionando el papel couché de las revistas de moda. Todo ello aliñado con una vida hedonista donde placer y negocios eran campos inseparables.
A partir del propio testimonio y voz en off del protagonista en unas grabaciones realizadas pocos meses de que muriera (John Casablancas falleció de cáncer en 2013 en Rio de Janeiro) y con un nutrido y abundante archivo personal y de la agencia, los creadores han elaborado una mezcla de documental y ficción que recorre la vida de este “vendedor de sueños” nacido en 1942 en Nueva York, educado en los mejores colegios suizos y destinado a convertirse en un flamante ejecutivo de alguna multinacional. Un promotedor futuro profesional que cambió por el mundo de las modelos fundando en 1972 en colaboración con antiguo compañero del internado, Alain Klitter, la agencia Elite en Paris. A finales de esa década, abrió sede en Nueva York dispuesto a competir con las otras agencias de la ciudad, a la cabeza de las cuales se encuentra Ford Models. Frente al espíritu puritano de la agencia fundada por el matrimonio Jerry y Eileen Ford, Casablancas –la leyenda dice que recomendaba a sus modelos para estar bellas meterse en la cama a las ocho– ofrece una agencia que vende libertad y placer. Y sobretodo dinero. Una filosofía que se resume: “Con nosotros te lo pasarás mejor y además ganarás más dinero”.
El documental pasa de puntillas por algunos de los escándalos que pusieron a la agencia Elite en el ojo del huracán en la década de los noventa. En 1995 un periodista de la revista Esquire, Michael Gross, publicó un libro de investigación sobre la trastienda de las modelos, Model: The Ugly Business of Beautiful Women, donde denuncia algunas de las prácticas de los directivos de la agencia Elite con sus jóvenes aspirantes a modelos. Cuatro años después, en 1999, la BBC mostraba en un controvertido documental la cara menos glamurosa de la agencia con motivo de un concurso juvenil de modelos por todo el mundo. Ejecutivos y modelos adolescentes aparecen sombreados bajo un cocktail de sexo, drogas y corrupción. Aunque la BBC tuvo que ofrecer sus excusas –después de una investigación interna– por los métodos nada ortodoxos con los que había sido grabado el documental, la imagen de la agencia quedará dañada, poniendo de relieve la “ otra cara del sueño” de John Casablancas. Convertida en una gran máquina de negocios, licencias, royalties, a raíz de las sospechas de corrupción algunos de los patrocinadores y esponsors de la agencian deciden clausurar sus contratos.
El propio Casablancas, imagen de esa Joie de vivre que promociona como ADN de su agencia con sus jubilosas fotografías rodeado de modelos, no se librará de las sospechas. Su segundo matrimonio con la ex modelo Jeannette Christiansen , saltó por los aires cuando se descubre su relación –Casablancas tiene 42 años– con una adolescente de 15 años y aspirante a modelo llamada Stephanie Seymour. No será la última vez que el fundador de Elite muestre su pasión por las modelos adolescentes. Con motivo del concurso Elite Look Of the Year celebrado en Río de Janeiro conoce a una todavía colegiala que participa en el certamen, Aline Wermelinger, que acabará convirtiéndose en su tercera y última mujer. A las críticas Casablancas responde: “Es verdad que he salido con mujeres muy jóvenes, pero en mi profesión esto es casi inevitable”.
Visionario para unos, manipulador para otros, creador de un star system del que acabará siendo su principal víctima .Cuando la modelo Linda Evangelista declara a la revista Vogue que no sale de la cama por menos de 10.000 dólares, sus declaraciones ponen de relieve un sistema donde la asociación dinero y belleza había acabado siendo un negocio perverso. Al glamour ahora se unía la codicia. Casablancas había levantado una agencia, vistiéndola de poder y leyenda, construida a su imagen y semejanza, en esa mezcla de placer, sexo y negocios que constituía su filosofía. Y que acabará siendo su talón de Aquiles.
La música del documental está firmada por el grupo francés de rock electrónico Tahiti Boys and the Palmtree Family con la colaboración de The Strokes, la formación liderada por Julian Casablancas, el hijo de John Casablancas.