Dime qué cena vas a hacer y te diré qué vela poner

Según en qué culturas o momentos de la historia, prender una vela suponía casi un acto ritualístico. Las candelas estaban revestidas de esa pátina de misticismo y liturgia, más allá de su mera función iluminadora. Pero lejos de quedarse como un sugerente recuerdo del pasado, las velas han resistido el envite de los tiempos con soltura e ingenio. Por dos razones fundamentales: se han encerrado en envases que más que meros recipientes se convierten en verdaderos objetos de arte decorativos (sí Louis Vuitton, Gucci o Fornasetti, nos referimos a vuestras creaciones); y porque la cera se ha enrique...

Según en qué culturas o momentos de la historia, prender una vela suponía casi un acto ritualístico. Las candelas estaban revestidas de esa pátina de misticismo y liturgia, más allá de su mera función iluminadora. Pero lejos de quedarse como un sugerente recuerdo del pasado, las velas han resistido el envite de los tiempos con soltura e ingenio. Por dos razones fundamentales: se han encerrado en envases que más que meros recipientes se convierten en verdaderos objetos de arte decorativos (sí Louis Vuitton, Gucci o Fornasetti, nos referimos a vuestras creaciones); y porque la cera se ha enriquecido con aromaterapia, esa ciencia capaz de transmutar emociones y anclarse en la memoria como tinta indeleble.

Según los últimos informes de tendencias, buscamos atributos sensoriales en los productos que compramos, y el aroma, está en el top ten de la lista. El resurgir de la aromaterapia y los aceites esenciales como acicates de la mutación anímica, ha logrado que esos preciosos objetos sean la opción de compra perfecta tanto para disfrute personal como para agasajar a terceros. La experiencia lo es todo. El enfoque multisensorial que tiene actualmente la industria (millennials, gracias), además de un acuciado deseo de personalización, han logrado que muchas marcas buceen en las aguas del lifestyle para ampliar su categoría de producto. Sirvan de ejemplo Jo Malone, su ingenioso layering (su catálogo de fragancias permite combinarlas entre sí según gustos personales para crear aromas únicos), se convirtió en tendencia, y su colección de velas, permite extender nuestro gusto personal más allá de los confines de nuestra piel.

Y en cuestión de aromas, ¿hay un olor estándar que nos guste a todos por igual? Según Market Research Future, La vainilla es la fragancia preferida para las velas perfumadas que representa casi el 50% de las ventas totales de esta categoría de producto. También la canela, las frutas y las especias. Y en cuanto a localización, América del Norte domina el mercado de velas perfumadas seguido por Europa, algo que confirman los estudios de Infiniti Research Limited que lo ha cifrado en 3,2 mil millones al año (lo que supone que un 70% de las casas americanas enciende la mecha). Y se prevé que siga in crescendo. El mercado de velas aromáticas tiene un próspero futuro gracias a un mayor conocimiento de la acción del olor en la psique, especialmente si procede de aceites esenciales puros, los únicos capaces de orquestar el cambio.

“El olfato tiene un poder de transformación de las emociones increíble”, asegura Paola Paganini, Product Development & Creative Director de Acqua di Parma, una de las responsables de perpetuar el ADN de la firma italiana más allá de sus lindes. No en vano, su gama Home Collection está compuesta de velas aromáticas transformadoras de estados de ánimo, “son esenciales para crear una atmósfera particular”, añade Paganini, quien aconseja recurrir a los cítricos italianos, como la bergamota de Calabria, o matices herbáceos, como la menta o el romero, para trasladarte en cuestión de segundos a ese entorno arrullador que te mece el alma y te hace entender el verdadero significado del bienestar. “Aconsejaría nuestra vela Luce di Colonia en un encuentro profesional, es correcta, aporta luminosidad al ambiente, armoniza y equilibra el estado de ánimo gracias a los cítricos (naranja, limón, neroli…) y su base amaderada (vetiver) que transmite estabilidad. Oh L’Amore, sin duda, la utilizaría en un encuentro amoroso, es picante y caliente gracias a las especias (clavo, pimienta negra…), con un trasfondo sensual por obra y gracia del ámbar”.

Sin embargo, hay quienes opinan que las velas perfumadas solo se deberían colocar en zonas estratégicas del hogar como el recibidor y el salón, “en mi opinión, en la cocina o el comedor, simplemente colocaría una o más velas sin aroma”, opina Julien Pruvost, Director Ejecutivo de la mítica Cire Trvdon, “En el siglo XVIII, en una casa burguesa o noble, la clave residía en cómo se iluminaba una mesa. Me gusta ese ambiente, favorece la intimidad”, añade. En cuanto al aroma, Pruvost opina que deben coincidir con las estaciones del año como los ingredientes de una comida. Las notas frescas, cítricas y verdes maridan bien con los meses más cálidos (sirvan de ejemplo Reggio, Salta o Abd el Kader de Cire Trvdon); y notas más contundentes y poderosas, con los meses más fríos (Ernesto, Solis Rex o Tadine). “Una fragancia estudiada y bien utilizada, puede avivar los sentidos, el entusiasmo y la conversación durante una cena. Me gusta encender una vela perfumada al menos una hora antes de que lleguen mis invitados para que cuando lleguen, sean recibidos por el aroma. Si lo he olvidado o llego tarde, uso La Promeneuse (un dispositivo único que dispersa la fragancia colocando un camafeo aromático en el plato de cerámica que al derretirse difunde su fragancia rápidamente)”.

Pero, volviendo al asunto que promete el titular de esta disertación aromática, qué vela enciendo si tengo…

MERIENDA CON LOS AMIGOS

Dicen que los amigos no se eligen, sino que se encuentran… Por si el encuentro no es todo lo satisfactorio que uno pudiese desear, mejor avivar el buen rollo con aromas alegres y envolventes que invitan a reunirse y charlar. Caffè in Piazza de Acqua di Parma, gira en torno a una bebida mítica en la cultura italiana: el café. Contiene notas de espuma de capuccino, café torrefactado y acorde de crema, junto a la vainilla y la avellana que acentúan su cremosidad. Reuniones a media tarde son la diana perfecta para este tipo de vela gourmand que a pesar de los deseos del anfitrión, conseguirá perpetuar la velada.

UNA BARBACOA EN EL CAMPO

“Si se hacen carnes a la brasa en una casa en la montaña, lo tengo claro, Feu de Bois de Diptyque nos potenciará ese matiz ahumado a chimenea que casa perfectamente con los aromas de las viandas”, asegura Ana Manrique, Brand manager de Diptyque España. ¿Y en los postres? “Para frutas y macedonias Verveine refresca el ambiente. Con platos dulces, tartas o pasteles, Pomander, con naranja y canela, puedo afirmar que hasta abre el apetito… Y Coing (Membrillo), es perfecta para esa tradición francesa de tomar el queso con membrillo de postre”.

UNA COMIDA VEGETARIANA

Los aromas también han de maridar con los alimentos, como lo hace un buen vino. El jamón de Guijuelo, para los carnívoros, es una delicatesen, pero para un devorador de vegetales su aroma puede suponer una broma de muy mal gusto. Por ello los alimentos verdes mejor acompañarlos con notas vegetales, frutales, frescas, que nos transporten a un mercado local repleto de especies botánicas. Menthe Verte de Diptyque es una buena opción. Su exultante frescura es atemperada gracias al toque de las especias, como la pimienta negra, un punto picante que resta frialdad a la hoja más refrescante del elenco herbal. Si el ágape tiene un punto asiático, Oyédo (con cítricos como el yuzu y la mandarina verde), acompañará dando al ambiente un toque exótico.

UN ÁGAPE PROFESIONAL

Hay investigaciones que demuestran que el romero estimula la cognición y ayuda a concentrarse; y según la Universidad de Ohio, el aceite esencial de limón, aporta claridad y aumenta la productividad porque eleva los niveles de norepinefrina, un químico cerebral relacionado con la toma de decisiones rápidas y estímulo de la motivación. Buongiorno (romero, lavandín, menta y limón) o Luce di Colonia (cítricos y vetiver) de Acqua di Parma transmite esa sensación de confort y frescura necesarias para encarar un encuentro en el que es necesario dar la talla y mantener la calma para actuar con decisión y eficacia.

UNA CENA ROMÁNTICA

No hay evento que se preste más a ser ensalzado con velas olorosas que un encuentro romántico. Bien sea con fines lúdicos, bien para consolidar una relación con visos de continuidad, los aromas pueden hacer mucho al respecto. Esencias como la del ylang-ylang, desde antiguo se han usado en Asia como elixir afrodisiaco; el sándalo, madera sagrada, estimula y potencia la sensación de bienestar; el ámbar impulsa la cordialidad en cualquier ambiente y su matiz cálido, hace que percibamos a los demás atractivos; el cardamomo y las especias en general despiertan el deseo sexual; y el jazmín, ay el jazmín… Su preciada molécula, el indol (también presente en las heces humanas), es el más primitivo de los excitantes, además impulsa la autoestima y calma los nervios. No puede faltar jazmín en una cita romántica. Para los que van a por todas, Amber Absolue de Tom Ford, con ámbar, incienso africano, láudano y vainilla, es como una droga sexual a la que es difícil resistirse. Si eres más convencional, Loving de Bella Freud (tuberosa, sándalo y ámbar), dejará una estela que no pasará desapercibida. Y para los más espirituales, Love de Matter & Home (en net-a-porter.com), lleva grabado en su vaso de vidrio a Kamadeva, el dios hindú del deseo, y su cera 100% natural a base de soja, contiene una mezcla personalizada para la ocasión de hierbas, cuarzos y aceites esenciales de jazmín e ylang-ylang, además de pétalos de escaramujo (flor asociada a Venus, la diosa del amor) esparcidos por la superficie. Sus creadores aseguran que es el elemento perfecto para iniciar o fomentar relaciones sólidas. Así que, tú decides…