Cuatro ejemplos de lo que se aprende en una cancha de baloncesto (y por qué no renunciar a ello)

Hay un deporte que dobla cada año al fútbol en licencias femeninas: el baloncesto, con más de 100.000 (en concreto, 132.927, según el último dato disponible por parte del Consejo Superior de Deporte de 2019). Desde los tiempos de los ganchos a canasta de Encarna Sánchez (Lorca, 1917), que allá por los años treinta del siglo XX anotaba más puntos que sus pares hombres con su escaso metro cincuenta de altura, a los de la selección femenina de hoy, que sale casi a medalla por campeonato disputado, el baloncesto se ha colocado por méritos propios en el altar deportivo de nuestro país. Y, sin embargo, se da con él una triste paradoja: cuando llega la adolescencia, las chicas que juegan son, también ante el aro, más proclives a abandonar que los chicos.

¿Por qué? Esa pregunta motivó el trabajo conjunto de Endesa, patrocinador principal de las ligas profesionales masculina y femenina de baloncesto, con el CSD y la Federación Española de Baloncesto (FEB). Con el proyecto BasketGirlz, en el que involucran tanto a mujeres que juegan o jugaron profesionalmente como a otras que llegaron a ser quienes son gracias al baloncesto, buscan incentivar su práctica y promover los valores que aporta. Bajo el lema #LoInteligenteEsSeguir, sus testimonios muestran como lo que se aprende en una cancha –esforzarte por una compañera, competir pero respetar al rival y las normas, tomar decisiones cuando el balón quema…– te hace mejor ante cualquier obstáculo.

Lo atestigua la voz de las cuatro participantes en nuestro primer podcast para Basket Girlz. La veterana periodista deportiva y ex árbitra Elena Jiménez busca respuestas con la neurocientífica y catedrática de fisiología Raquel Marín, la modelo y ex Miss Universo 2017 Sofía del Prado y la rectora de la Universidad de la Laguna Rosa Aguilar. Todas coinciden en un mismo mensaje: lo inteligente es seguir.

Elena Jiménez, periodista deportiva y ex árbitra de baloncesto (arriba, arbitrando un partido en los años 90), se dedicó precisamente a informar porque quería visibilizar toda esta cultura en los medios de comunicación. Es consciente del valor de hacer equipo y la importancia de ganar en seguridad en ti misma, dos características de su personalidad que ha reforzado gracias al baloncesto.

Rosa Aguilar es hoy rectora de la Universidad de La Laguna. En su adolescencia pasó de ser la segunda más alta de su equipo a dejar de crecer y ser la más baja (en la foto, junto a su equipo escolar). Mientras reconducía sus pasos sobre la cancha, aprendió una gran lección que la acompaña hasta la actualidad: la importancia de aprender y aceptar cuál es tu lugar en un equipo.

Raquel Marín, catedrática de fisiología y neurocientífica. Para ella el deporte en equipo es una savia vital para el cerebro. Destaca tres aportaciones esenciales del baloncesto: el desarrollo cognitivo que fomenta el ejercicio, la mejora del equilibrio intestinal y la mayor predisposición al deporte y sus beneficios que heredan los descendientes de quienes lo practican.

Sofía del Prado, Miss Universo 2017 España y licenciada en Relaciones Internacionales, pasó de sufrir acoso escolar en el colegio a encontrar su gran apoyo en el baloncesto (en la foto, la primera por la derecha). Todo ese proceso de resiliencia y los valores que le ha aportado el deporte han sido fundamentales para la manera en la que aborda un trabajo tan competitivo como el que hoy ejerce de modelo.