La cosmética del futuro mira a los descubrimientos de los Premios Nobel para crear sus fórmulas
Moléculas inteligentes, sistemas de liberación pioneros y los galardones suecos están dando forma a la cosmética de vanguardia.
Cuando el bioquímico Stanley Cohen y la neuróloga Rita Levi-Montalcini recibieron el Premio Nobel de Fisiología en 1986, por sus avances sobre las sustancias que permiten a las células comunicarse para repararse, probablemente no fueron conscientes de la onda expansiva que impactaría en la industria cosmética por sus descubrimientos en torno a unas proteínas llamadas factores de crecimiento epidérmico, que el cuerpo utiliza para renovar el colágeno y la elastina. Años más tarde, el doctor Gregory Bays Brown, cirujano plástico y reconstructor, tuvo la idea de aplicarla a sus pacientes para que...
Cuando el bioquímico Stanley Cohen y la neuróloga Rita Levi-Montalcini recibieron el Premio Nobel de Fisiología en 1986, por sus avances sobre las sustancias que permiten a las células comunicarse para repararse, probablemente no fueron conscientes de la onda expansiva que impactaría en la industria cosmética por sus descubrimientos en torno a unas proteínas llamadas factores de crecimiento epidérmico, que el cuerpo utiliza para renovar el colágeno y la elastina. Años más tarde, el doctor Gregory Bays Brown, cirujano plástico y reconstructor, tuvo la idea de aplicarla a sus pacientes para que la piel dañada se curase rápidamente. Después la incorporó al cuidado de la dermis y descubrió que reducía drásticamente los signos del envejecimiento. En 1994 se le otorgó una patente y en 1997 nació la marca RéVive para dar salida comercial a su tecnología de biorrenovación (Renewal Epidermal Science), la piedra angular de todos los productos de la firma. Se trata de un complejo de proteínas inspirado en las que producimos de forma natural, que imitan el proceso que regenera rápidamente la estructura epidérmica y que actúa como una piel joven. Unas gotas de su Rescue Elixir Anti-Aging Oil restauran los niveles de hidratación natural de la piel.
Más allá de los productos de laboratorio que los Nobel hayan inspirado, hay científicos galardonados con el premio de las academias suecas que han creado su propia gama cosmética. Es lo que hizo sir Fraser Stoddart, quien ganó el de Química en 2016 por el diseño y la síntesis de máquinas y vasos moleculares, que patentó como Organic Molecular VesselTM e incorporó en su línea de productos de cuidado de la piel Noble Panacea. Su pionero sistema de entrega está revolucionando la forma de entender la eficacia de la cosmética. Se trata de una estructura cúbica octogonal perfectamente simétrica y 10.000 veces más pequeña que una célula de la piel que es capaz de albergar y proteger los ingredientes de las moléculas para preservar la frescura y la potencia de sus activos, al tiempo que evita sus interacciones cruzadas. Es decir, ingredientes como la vitamina C o el retinol son susceptibles de degradarse por la exposición a elementos como la luz y el oxígeno, pero gracias a este sistema que garantiza su integridad quedan protegidos y así se obtienen los mejores resultados en piel. Es lo que desde la marca llaman «frecuencia programada»: cada activo se libera en el orden adecuado, en su momento oportuno, para maximizar la eficacia. Además se hace a través de un método programado «por capas» múltiples que permite una dosificación continua. Noble Panacea no distingue entre edades ni tipologías de piel. Dividida en dos gamas: The Brilliant (para prevenir y proteger) y The Absolute (para reparar y regenerar), sus cosméticos se dispensan en prácticas monodosis para preservar la frescura de la fórmula. Intense Renewal Serum, por ejemplo, está formulado con Trepenona, molécula de activación celular que ayuda en la estabilización de los telómeros para prevenir su acortamiento y ralentizar el envejecimiento de la piel.
El reciclaje celular o autofagia, del japonés Yoshinori Ohsumi, ha sido otra de las grandes teorías galardonadas con el Premio Nobel de Medicina en 2016, por sus descubrimientos sobre los mecanismos que permiten a nuestras células devorar partes de sí mismas para autorreciclarse y evitar el envejecimiento precoz. Key Radiance Care The Serum, de la exclusiva Clé de Peau Beauté, se centra en este hallazgo incorporando un ingrediente activo que está despertando el interés de la ciencia: la Trehalosa, un sacárido derivado de hongos y algas marinas, clave para ayudar a activar la autofagia. Cuando esto sucede, la células actúan como si fueran jóvenes y la piel gana turgencia y brillo.
Sisleÿa La Cure, el último lanzamiento de la francesa Sisley, también se inspira en esta investigación, pero se centra en la función mitocondrial, el motor de las células. La estimulación del sistema de longevidad comienza con la reparación de las mitocondrias. Bajo esta premisa, este concentrado se sirve de un potente complejo de plantas activas, como la acacia de Constantinopla (optimiza la energía celular) o la peonía (favorece la autofagia de las mitocondrias dañadas) para reactivar los mecanismos celulares de forma óptima.
Por su parte, la ciencia de Dior se ha inspirado en los descubrimientos del profesor Shinya Yamanaka, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 2012, sobre cómo reprogramar células adultas para convertirlas en células madre. Su conclusión es que, contrariamente a lo que se creía, lo que disminuye con el tiempo no es la cantidad de células madre, sino su potencial energético. Para dar respuesta, Dior ha formulado Capture Totale C.E.L.L. Energy, con un complejo de flores (longoza, peonía china, lirio blanco y jazmín amarillo), que permite relanzar el potencial energético y restaurar el poder de regeneración de las células madre.