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Castos y modestos: los vestidos del otoño se inspiran en los camisones de ‘La semilla del diablo’

Se relega la sensualidad de los saltos de cama de la Elvira de 'Scarface' para virar hacia los modelos recatados de Audrey Hepburn o Julie Andrews.

La crisis del coronavirus ha aumentado significativamente el tiempo que pasamos en casa. También la demanda de prendas cómodas y versátiles que sirvan para cualquier plan: ya sea una tarde en el sofá o un paseo por el parque. En este sentido, y más allá del chándal, la mayor apuesta del otoño es el vestido-camisón. Una prenda que bebe inspiración de las camisolas con las que se iban a dormir personajes como la Eliza Doolittle de la imagen, Audrey Hepburn, en My Fair Lady (1964).getty images
Así lo sentenciaba la coreana Minjukim, mientras presentaba vía Zoom su última colección: “Todavía estamos averiguando qué es lo mejor para nuestros clientes. Estamos observando el estilo de vida de las personas y pensando tanto en cómo simplificarlo todo, como en cómo crear prendas para estar en casa”. Aquí uno de los vestidos que ha diseñado en exclusiva para Net-a-porter: la síntesis del vestido bucólico y el camisón.
Isabel Marant, en su línea Étoile, también se apunta a la tendencia con este vestido blanco que podría haber salido directamente del armario de Doris Day. Este otoño se llevará con botas altas y chaquetas de cuero.
Si en primavera se recreaban los trajes que Julie Andrews confeccionó con cortinas para los niños von Trapp en Sonrisas y lágrimas (1965), en otoño triunfa su vestuario nocturno. Cualquier frontera entre interior y exterior ha quedado ya desdibujada: tanto el pijama masculino como los saltos de cama hacía tiempo que habían salido de la intimidad del dormitorio y ahora hace lo propio el camisón. Una prenda modesta que sigue esa tendencia global que lleva varios años sumando centímetros a las prendas femeninas.cordon press
¿Entre las ventajas del vestido camisón? Su versatilidad y su comodidad. Ni aprieta, ni marca. Como este diseño con jaretas de Samsøe & Samsøe.
También han llegado a las grandes cadenas ejemplos estampados con flores, el gran best seller del verano. Este, con detalle de nido de abeja en el cuello, es de & Other Stories.
La nostalgia (que vende recordando que cualquier tiempo pasado fue mejor) influye también en el auge de estos modelos con cierto carácter naíf o infantil. En la imagen, un fotograma de la versión de Mujercitas de 1949 con June Allyson, Margaret O'Brien y Elizabeth Taylor.cordon press
Algunos modelos incorporan detalles más ‘excesivos’, como este de Sfera con amplios volantes. Pero ninguno renuncia a dos características esenciales: la manga larga y el cuello cerrado.
También existe la versión en corto que recuerdan a los modelos con los que la generación del Swinging London se rebeló contra sus progenitores en los sesenta. Como este vestido de algodón con volantes en los hombros y el cuello, de Bruuns Bazaar.
La prenda es una vieja conocida del cine de terror y quizá la más emblemática del armario de Rosemary Woodhouse, Mia Farrow, en La semilla del diablo (1968).cordon press
Funcionan detalles como los botones en la parte superior. Este vestido camisero es de la firma española Indi & Cold, que este otoño presenta la tendencia en diferentes acabados y estampados.
La alternativa más miminalista y monacal la sirve American Vintage con este vestido de punto de algodón.