Moda y religión: 8 momentos que queremos ver reflejados en la exposición del MET

Los rumores apuntan a que esa será la temática de su exposición en 2018. De Miguel Adrover a Rick Owens, pasando por David Delfín o Alexander McQueen, muchos diseñadores han buscado inspiración en la fe religiosa.

Ya conocemos el tema de la próxima exposición del Costume Institute del Metropolitan: moda y religión. Al menos, así lo aventura el portal WWD. A pesar de que todavía quedan muchos meses para que se celebre la gala que precede a su inauguración, y todo el mundo da por hecho que las fuentes de la publicación son certeras, la polémica está servida. Algunos temen que la apropiación cultural e incluso el sacr...

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Ya conocemos el tema de la próxima exposición del Costume Institute del Metropolitan: moda y religión. Al menos, así lo aventura el portal WWD. A pesar de que todavía quedan muchos meses para que se celebre la gala que precede a su inauguración, y todo el mundo da por hecho que las fuentes de la publicación son certeras, la polémica está servida. Algunos temen que la apropiación cultural e incluso el sacrilegio se adueñen de la alfombra roja. La fiesta de apertura en 2015 de China: Through the Looking Glass –muestra que exploraba el impacto de la cultura asiática en la moda occidental- ya generó cierta controversia, pero en esta ocasión muchos vaticinan que el problema se agudizará. Estrellas de la cultura pop como Madonna, Lady Gaga o Beyoncé han hecho uso de referencias religiosas en distintos momentos de sus carreras, con variados propósitos, y no siempre han sido bien recibidas. También en la pasarela la moda ha bebido principalmente del cristianismo, el judaísmo y el islam para renovar las referencias con las que se expresa. Recordamos aquí algunos momentos estelares.

Los ‘rabinos chic’ de Jean Paul Gaultier

Inspirado por la cultura y la vestimenta de la comunidad integrista judía jasídica, el diseñador francés presentó su colección otoño-invierno 1993, Rabbi chic, en un showroom de París. Durante el show, la pasarela se iluminó con menorás –candelabros de siete brazos- y se sirvió el vino kosher Manischewitz. Mientras, al compás de un violín, las modelos desfilaron ataviadas con prendas y peinados tradicionales masculinos. A pesar de la osadía, la comunidad judía no se sintió especialmente ofendida e incluso hubo quien lo entendió como una muestra de aprecio por su cultura.

Parte de la colección ‘Rabbi chic’.Getty

La Crucifixión de Alexander McQueen

Hacía poco más de un mes que el diseñador escocés había presentado con muy poco éxito su primera colección como director creativo de Givenchy. Las críticas negativas le mortificaron enormemente. En la propuesta It’s A Jungle Out There para su marca homónima (otoño-invierno 1997/1998), se inspiró en un documental sobre gacelas. “Vi a las gacelas devoradas por leones y hienas y pensé: ‘¡Soy yo!’ Alguien me está persiguiendo todo el tiempo y, si me atrapan, me hundirán. La moda es una selva llena de hienas desagradables y malignas”, declaró. Para potenciar el mensaje, estampó en una de las chaquetas a modo de patchwork el cuadro del flamenco Robert Campin Gestas, el mal ladrón (1430), que fue crucificado a la izquierda de Cristo.

Así era la parte posterior de la chaqueta de McQueen.Getty

La pérdida del yo de Hussein Chalayan

Con la colección presentada en Londres para la temporada primavera-verano 98, Between, el diseñador turco chipriota reflexionó sobre la división cultural entre el mundo oriental y el occidental. El desfile exhibió seis modelos vestidas con chadores negros de distintas larguras que gradualmente dejaban al desnudo sus cuerpos, salvo la cara. A quienes lo tomaron como pura provocación, Chalayan les respondió que su propósito era reflejar la opresión que viven las mujeres musulmanas y su función sometida en la sociedad. “Realmente se suponía que no sería ofensivo, porque ilustraría un tipo particular de posición. Se refería a la pérdida cultural de uno mismo”, explicó a The Guardian.

Así acabó el desfile de Hussein Chalayan.

La fiesta fetichista de Galliano para Dior

Después de la primera y controvertida colección Homeless Couture para la casa francesa, el diseñador británico reapareció en la temporada otoño-invierno 2000/2001 con otra aún más polémica: Freud or Fetish’, que le servió para explorar distintas fantasías sexuales. Por la pasarela, encabezados por un cura de aspecto estricto que portaba un incensario, desfilaba una comitiva de boda en la que los novios eran acompañados por una sensual doncella, una excéntrica María Antonieta, una enfermera que parecía extraída de una fantasía porno y un sinfín de personajes ataviados con cueros, fustas y otros accesorios sadomaso que convertían la reunión más en una orgía que en una celebración católica.

La iglesia representada en el desfile fetichista de Galliano para Dior.Getty

El sueño utópico de Miguel Adrover

Tras haber recibido el Perry Ellis al mejor diseñador emergente en 2000, este autodidacta parecía consolidarse como la esperanza de la moda norteamericana. Con todos los focos puestos en él, presentó el 9 de septiembre de 2001 su quinta colección, Utopía, en un colegio del Lower East Side convertido para la ocasión en patio árabe. Con ella buscó reflejar la diversidad social de la cultura árabe a través de la mujer, pero la mala suerte quiso que dos días después el terror sembrado por el 11-S transformara esa visión romántica de la multiculturalidad en una mal entendida apología del islam. A la fatídica casualidad se le sumaron otros infortunios –retirada de sus inversores por insolvencia y falta de entendimiento con sus clientes–, que le llevaron a refugiarse en su Mallorca natal.

Tres de las modelos que desfilaron en la colección de Miguel Adrover en la NYFW en 2001, pocos días después de que cayeran las torres gemelas.

El milagro de David Delfin

Fue su tercera colección, Cour des Miracle’, con la que debutó en la Pasarela Cibeles. En septiembre de 2002, en plena guerra de Afganistán, hizo desfilar a las modelos cubriendo sus cabezas con capuchas, a modo de burka, con sogas y crucifijos colgados al cuello con un fondo sonoro compuesto por gemidos orgásmicos. Hubo noticiarios nacionales  de prensa y televisión que vieron en ello una apología del mundo talibán y de la violencia sobre las mujeres. El malagueño, sin embargo, negó las acusaciones y aseguró que su propuesta para la primavera-verano 2003 se inspiraba en el surrealismo y, en concreto, en el cuadro de Magritte Los amantes, y en algunas películas de Buñuel. Tras la polémica, en la siguiente edición recibió un premio a la mejor colección de un joven diseñador.

La prensa se empeñó en ver referencias religiosas, David Delfín aseguró que se inspiraba en Buñuel y el surrealismo.

Las sacerdotisas paganas de Rick Owens

Para la temporada primavera-verano 2009, el diseñador californiano presentó Priestesses of Longing, una colección sobria en negros y grises. Sobre la pasarela, todas las modelos llevaban cubierta la cabeza con pañuelos a modo de toca. Para unos representaban monjas, otros hablaron de los kafts egipcios. Owens explicó en una entrevista que en realidad su creación giraba en torno a la idea de anhelo que todo lo impregna y de la necesidad continua que tenemos los humanos de poseer, algo de lo que, con el paso de los años, él trataba de despojarse.

Las princesas bizantinas de Dolce & Gabbana

Los mosaicos bizantinos del siglo VI que cubren las paredes de la catedral de Monreale en Sicilia sirvieron de inspiración para el desarrollo de la colección otoño-invierno 2013/2014, presentada por los italianos. La gran figura del Cristo Pantocrátor, que preside el ábside de la nave principal, y otros iconos menores poblaron, a modo de mosaicos dorados, vestidos, tops, faldas, bolsos y zapatos. Las joyas de santa Catalina, patrona de la siciliana Catania, fueron el punto de partida para el diseño de coronas, colgantes, pendientes y otras piezas.

Así era la colección otoño-invierno 2013/2014 de los italianos.Getty

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