Cómo las embarazadas se han convertido en la nueva excusa para vender ropa
Firmas como Opening Ceremony o Eckhaus Latta apuestan por mujeres en avanzado estado de gestación en sus desfiles y campañas. También las ‘influencers’ siguen acumulando seguidores mostrando sus ‘looks’ poco antes de dar a luz.
Cuando la firma Eckhaus Latta presentó su colección para la próxima primavera en Nueva York, lo de menos fueron los diseños. Sus propuestas –masculinas y femeninas– quedaron eclipsadas por la imagen de una modelo que subió a la pasarela dejando al descubierto su tripa de casi nueve meses de embarazo. Se trataba de la artista Maia Ruth Lee, directora del programa de arte contemporáneo Wide Rainbow, que se convirtió en maniquí por un día al protagonizar la imagen más vira...
Cuando la firma Eckhaus Latta presentó su colección para la próxima primavera en Nueva York, lo de menos fueron los diseños. Sus propuestas –masculinas y femeninas– quedaron eclipsadas por la imagen de una modelo que subió a la pasarela dejando al descubierto su tripa de casi nueve meses de embarazo. Se trataba de la artista Maia Ruth Lee, directora del programa de arte contemporáneo Wide Rainbow, que se convirtió en maniquí por un día al protagonizar la imagen más viral del show. El vestido con el que desfiló ni siquiera parecía ropa de embarazada: se trataba de un diseño con botones que se dejaron estratégicamente desabrochados para mostrar su barriga. Una clara declaración de intenciones por parte de una marca que hace unos meses saltó a los titulares tras visibilizar el sexo entre parejas reales (gays, interraciales y heterosexuales) en una de las campañas más explícitas que se recuerdan.
Pero la modelo embarazada de Eckhaus Latta no es un hecho anecdótico ni aislado. A los pocos días, Opening Ceremony, epítome de lo cool y la vanguardia, colocó en su campaña a la diseñadora Erin Magee (al frente de la marca MadeMe y el desarrollo de producto de Supreme) besándose con su chica y presumiendo de un avanzado embarazo. Y cómo dos pueden ser casualidad, pero tres son automáticamente tendencia, tenemos una prueba más: la firma de belleza Glossier, una de las más codiciadas y veneradas en Estados Unidos, eligió a una embarazadísima Swin Cash –jugadora de baloncesto– como protagonista de su campaña Body Hero. La medallista olímpica posó totalmente desnuda dejando su tripa al descubierto.
En España, el diseñador Roberto Verino también eligió a una top embarazada en su último desfile celebrado el pasado mes de septiembre. Clara Mas se subió a la pasarela luciendo dos de los looks de la colección que, además, marcaban su silueta. Si bien no es la primera vez que modelos encinta protagonizan titulares en shows y semanas de la moda, se establecen algunas diferencias con el patrón que se venía vislumbrando. Cuando Irina Shayk desfiló hace unos meses para Victoria’s Secret, los dos estilismos que lució la rusa parecían escogidos para disimular su silueta: ambos cubrían la tripa y jugaban al despiste a pesar de que era evidente que estaba embarazada. Lo mismo ocurrió con Lily Aldridge o Alessandra Ambrosio cuando aparecieron «discretamente» embarazadas en los shows de la firma lencera.
Si tiramos un poco más de archivo podemos encontrar más ejemplos: Miranda Kerr para Balenciaga en 2011, Jourdan Dunn para Jean Paul Gaultier (uno de los casos más evidentes) o
Dolce & Gabbana también lo hizo en 2015 cuando la italiana Bianca Balti se subió a la pasarela con un par de vestidos que resaltaban su estado, pero ahora son marcas como Opening Ceremony o Eckhaus Latta, con un marcado carácter contemporáneo, vanguardista y provocador, las que han querido poner sobre la mesa la relación entre maternidad y moda. La lactancia ha aumentado su visibilidad gracias a portadas como la de Elle Australia hace un par de años o campañas como la de Reformation de hace unos meses, pero la tripa sobredimensionada de una embarazada, tan contraria a la tiranía del 90-60-90, nunca había gozado de tanto protagonismo.
Instagram, reflejo de casi todo lo que ocurre en la industria de la moda, también da buena cuenta de ello. Las llamadas influencers aprovechan su estado de buena esperanza para inspirar a sus seguidores con looks de embarazada, seguir firmando colaboraciones con marcas y despertar (aún) más interés por la parte más privada de sus vidas. Chiara Ferragni ha sido la última en anunciar en su cuenta que ella y su chico, el rapero italiano Fedez (que ¿casualmente? poco después hizo pública su colaboración con Bershka), esperan un hijo. El vídeo ya tiene casi 5 millones de reproducciones y 16.000 comentarios (la media de sus otras publicaciones está en 1.000). Otras blogueras e instagramers de renombre han retransmitido todos los cambios físicos de su cuerpo en redes sociales a través de sus looks. Hace unos meses lo hacían Pernille Teisbaek, Evan Chen o Sussie Bubble y ahora repiten la operación Pandora Sykes o Marie Hindkaer.
Como poníamos de manifiesto en un artículo titulado Los mejores ‘looks’ de embarazada están en este perfil de Instagram, las futuras madres del siglo XXI pasan de invertir demasiado en ropa premamá y prefieren tirar de prendas elásticas y/o anchas que ya tenían en el armario o que pueden reutilizar cuando den a luz. La propia bloguera Sussie Bubble escribía un post en el que afirmaba que «la ropa de maternidad apesta» y que «ella prefirió adaptar lo que ya tenía cambiando lo menos posible su estilo». Los pantalones de punto, los vestidos de tul o los de corte oversize que ya atesoraba la ayudaron a vestirse durante los nueve meses. También los zapatos planos, los jerséis anchos o las faldas con hebillas que pueden colocarse en varias posiciones. En resumen: ropa normal que puede encontrarse en marcas normales. Por eso las firmas– más allá del discurso de diversidad– no quieren perder este mercado de vista, incluso aunque no diseñen ropa específica para ellas. ¿Cuánto tardará en colocar Zara una modelo embarazada en una de sus campañas?