Louis Vuitton abre su cápsula del tiempo en Madrid

Días antes de la inauguración de la muestra ‘Time Capsule’ en el Thyssen, S Moda entra en los archivos históricos de la firma francesa en París.

Vestido de la colección primavera verano de 2018 de Louis Vuitton.Julien Oppenheim

Viajar al pasado no es una opción cuando trabajas en una gran casa francesa. Tampoco es un ejercicio anacrónico. Ni siquiera es un recurso fácil ante un teórico agotamiento de ideas. Se trata más bien de un rito de reflexión creativa necesario e incluso obligatorio. A aquellos que opinan que un diseñador solo será capaz de crear algo nuevo si rompe antes con lo establecido y guillotina cualquier atisbo de nostalgia, Nicolas Ghesquière demuestra lo contrario. En una maison como Louis Vuitton, sin bagaje en prêt-à-porter hasta el nombramiento de Marc Jacobs como director artístico ...

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Viajar al pasado no es una opción cuando trabajas en una gran casa francesa. Tampoco es un ejercicio anacrónico. Ni siquiera es un recurso fácil ante un teórico agotamiento de ideas. Se trata más bien de un rito de reflexión creativa necesario e incluso obligatorio. A aquellos que opinan que un diseñador solo será capaz de crear algo nuevo si rompe antes con lo establecido y guillotina cualquier atisbo de nostalgia, Nicolas Ghesquière demuestra lo contrario. En una maison como Louis Vuitton, sin bagaje en prêt-à-porter hasta el nombramiento de Marc Jacobs como director artístico en 1997, el punto de partida es siempre su legado como fabricante de baúles. En sus colecciones, el francés mira a los orígenes de la firma. Con respeto, pero sin la reverencia castradora de un devoto. Consciente de que en los archivos está la llave para decodificar el savoir faire y esbozar las pautas de la vanguardia.

Vestido de cuero y seda, de la primera colección de Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton de la coleccion otoño-invierno 2014-2015, fotografiado en un suburbio a las afueras de París cuya dirección no se puede desvelar.Julien Oppenheim

«Por motivos de confidencialidad, la empresa no puede desvelar dicha información». Es la frase más repetida cuando se intenta averiguar datos, cifras y detalles de procedimientos que afectan a la gestión de esos archivos. Incluso la dirección, en un suburbio a media hora de París, es secreta para proteger el espacio de curiosos. S Moda entra en exclusiva para mirar a través de esa cápsula del tiempo, que dibuja un espejo entre los diseños de Ghesquière y los baúles de principios del siglo XX. La pieza más antigua del catálogo (con más de 165.000 documentos y más de 25.000 objetos) es un cofre del siglo XIV que adquirió Gaston-Louis Vuitton, nieto del fundador. Coleccionista incorregible, acumuló cientos de objetos de todo el mundo relacionados con el arte de viajar.

Este almacén funciona casi como un búnker. Las condiciones de conservación son parecidas a las que debe cumplir el depósito de un museo. El acceso es incluso más restringido. Algunas de sus joyas podrán verse en el Museo Thyssen de Madrid, del 17 de abril al 15 de mayo, gracias a Time Capsule. Una exposición que abarca más de 160 años de historia y muestra cómo la maison ha sabido anticiparse a las necesidades y los deseos que exigían los avances tecnológicos de cada tiempo.

Bolso Steamer de cuero (circa 1901) de Louis Vuitton.Julien Oppenheim

Innovar es el padrenuestro que reza la industria. «Si permaneces anclado en el pasado, estás destinado a morir, convertido en reliquia de museo. Sencillamente dejas de ser una marca viva», dijo Michael Burke, presidente y CEO de la casa francesa, en una insólita entrevista durante un viaje a Bermuda en 2015. «Si solo hablas el lenguaje de la tecnología, dejarás de ser relevante rápidamente, porque aparecerá otra que te superará en la siguiente fase. Es la unión (y el camino) de ambos lo que define el presente», opina.

Valija de Louis Vuitton (1895), diseñada para conservar y trasladar cubiertos de cobre.Julien Oppenheim

Si en 1897 la casa diseñó un prototipo de baúl para vehículos de motor –anterior al boom de la industria automovilística (Benz había patentado el primer modelo apenas nueve años antes)–, el año pasado Louis Vuitton revolucionó el lujo uniéndose a Supreme –antes de que una multinacional de capital riesgo comprara el 50% de la marca de culto de los skaters–. Tanto el maletero como la funda para el monopatín están en la muestra, junto a otras piezas clave de Sprouse, Kusama o Murakami.

La modelo posa con un vestido de la colección primavera-verano 2018, en una de las salas del depósito donde la casa francesa conserva su archivo histórico.Julien Oppenheim/ Realización de las fotos: Paula Delgado

Exposición “Louis Vuitton Time Capsule”
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Paseo del Prado, 8 – Madrid
Fecha: Del 17 de abril al 15 de mayo.
Horario de apertura: Lunes de 12.00 a 16.00 horas. De martes a domingos de 10 a 19 horas. Sábados de 10 a 21 horas.
Para más información: www.louisvuitton.com
Entrada libre #LVTimeCapsule

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