Lady Gaga o cómo los grandes artistas se forran cantando en Las Vegas
La intérprete de ‘Ha nacido una estrella’, Céline Dion o Mariah Carey, entre un extenso etcétera, han encontrado en los casinos grandes aliados para incrementar por todo lo alto sus cuentas corrientes.
Hace escasos días Mariah Carey pisó Madrid para desearnos una feliz Navidad. La diva finalizaba en el WiZink Center de la capital la minigira All I Want for Christmas Is You, pero eso no quiere decir que vaya a tomarse precisamente unas vacaciones. Al contrario: en febrero de 2019 volverá al Caesars Palace de Las Vegas para enfrentarse a las últimas cinco fechas de la residencia The Butterfly Returns en la que se embarcó el pasado 5 de julio. Esta supone la tercera residencia de su carrera en la ciudad de los casinos, un lugar que desde 1944 ...
Hace escasos días Mariah Carey pisó Madrid para desearnos una feliz Navidad. La diva finalizaba en el WiZink Center de la capital la minigira All I Want for Christmas Is You, pero eso no quiere decir que vaya a tomarse precisamente unas vacaciones. Al contrario: en febrero de 2019 volverá al Caesars Palace de Las Vegas para enfrentarse a las últimas cinco fechas de la residencia The Butterfly Returns en la que se embarcó el pasado 5 de julio. Esta supone la tercera residencia de su carrera en la ciudad de los casinos, un lugar que desde 1944 no ha cesado de acoger a artistas de primer nivel como reclamo turístico. Liberace fue el pionero del asunto, pero después de él otros como Frank Sinatra, junto a The Rat Pack, o Elvis Presley han seguido al pie de la letra la misma estratagema de establecerse en un teatro durante años para regocijo de sus fans.
Hubo un tiempo en el que este tipo de residencias se consideraban un recurso desesperado para artistas que, por los motivos que fuera, no estaban precisamente pasando por su momento de mayor plenitud mediática. Teniendo presente que la ciudad de Nevada es un imán para turistas con una ahogada cartera, este tipo de espectáculos siempre han gozado de gran aceptación por parte de ese público más nostálgico cuyo fin de semana perfecto pasa por apostar en los casinos y, a la noche, disfrutar de un show musical que les haga rememorar sus años mozalbetes. Sin embargo, esa imagen de Las Vegas mutó radicalmente en 2003 por culpa de Céline Dion.
La intérprete de My Heart Will Go On ese mismo año se instaló en el ya mencionado Caesars Palace para llevar a cabo su residencia A New Day…, donde estuvo hasta finales de 2007 y recaudó la friolera de 385 millones de dólares, convirtiéndose en la residencia más exitosa de la historia. Por motivos estrictamente económicos, no extrañó que la canadiense decidiera en 2011 repetir la jugada con Celine, un nuevo show que de momento seguirá en cartel hasta junio de este próximo año. A día de hoy se desconoce qué cifra exacta se está llevando por concierto, pero cuando hace siete años firmó el contrato se estimó que por actuación se iba a la cama con 476.000 dólares de más en su cuenta corriente. Nadie con dos dedos de frente renunciaría a un pastel tan goloso.
Más allá de Dion, por partida doble, en el top de músicos que más han recaudado a través de sus residencias encontramos a Elton John con su The Red Piano (entre 2004 y 2009 acumuló cerca de 170 millones) y a Britney Spears con Piece of Me (con 137 millones entre 2013 y 2017). Britney también repetirá la misma premisa este 2019 con un nuevo show bautizado como Domination por el que se llevará por noche algo más de medio millón de dólares, 100.000 más respecto a su primera residencia, pasando a ser en estos momentos la mejor pagada en Las Vegas.
Está claro que ya no es necesario estar en horas bajas para que te ofrezcan una suculenta oferta. Ahí está, por ejemplo, el caso de Lady Gaga y ese Enigma que arrancará el 28 de diciembre. Sin haberse hecho pública la cifra exacta, los expertos de la industria comentan que el contrato que firmó hace unos meses fue de 100 millones de dólares por algo más de setenta actuaciones. La estrategia, pensándolo fríamente, es del todo beneficiosa para ella porque con una residencia de estas características evita tener que embarcarse en una gira mundial que acabe agotándola física y mentalmente (cabe recordar que tuvo que terminar a principios de este año el Joanne Tour antes de tiempo a causa de los fuertes dolores que le producía la fibromialgia); puede conciliar muchísimo mejor su vida profesional con la personal al no tener que vivir perpetuamente en un aeropuerto y, asimismo, los gastos de producción del espectáculo se reducen drásticamente porque no tiene que desplazarse a ninguna otra ciudad. Absolutamente todos salen ganando.
Aerosmith, ZZ Top, Billy Idol, Cher (otra habitual de la ciudad de los casinos), Gwen Stefani o Backstreet Boys también contarán con sus respectivas residencias a lo largo de 2019. Aunque el fenómeno no es ya algo exclusivo de Las Vegas, no. Nueva York también se ha puesto las pilas al respecto, sobre todo, después de que Bruce Springsteen decidiera instalarse en el Walter Kerr Theatre de Broadway entre 2017 y 2018 con una serie de conciertos en los que recupera sus mayores éxitos con la única compañía de su guitarra y su piano. En 233 shows ha recaudado cerca de 107 millones de dólares, y buena parte del dinero se lo ha llevado él solito porque no ha tenido que repartirlo entre sus compañeros de la E Street Band. Con todos estos precedentes, ¿quién en su sano juicio puede renunciar a una millonaria residencia?