La verdadera vida de las gemelas del Sónar

¿Realmente son rusas? ¿Cómo han vivido su boda? ¿Qué han hecho este lapso de 15 años desde que mostrasen sus poderes en el 2000? Descubrimos uno de los secretos mejor guardados del festival.

Sónar

Barcelona, año 1999. Las hermanas Soler González de La Garriga (Barcelona) ven un anuncio en la revista Mondo Sonoro que convoca a gemelos en las oficinas de Advanced Music. Las jóvenes aún no han cumplido los 21. Una (Natalia) lleva el pelo corto teñido de azul y la otra (Meritxell) lo lleva corto rizado. Los peinados ayudan a distinguirlas pero se presentan en el casting por si suena la flauta. Allí descubren que buscan a las protagonistas del cartel del Festival Sónar del 2000. Sergio Caballero, uno de los directores del cotarro, decide tapar sus c...

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Barcelona, año 1999. Las hermanas Soler González de La Garriga (Barcelona) ven un anuncio en la revista Mondo Sonoro que convoca a gemelos en las oficinas de Advanced Music. Las jóvenes aún no han cumplido los 21. Una (Natalia) lleva el pelo corto teñido de azul y la otra (Meritxell) lo lleva corto rizado. Los peinados ayudan a distinguirlas pero se presentan en el casting por si suena la flauta. Allí descubren que buscan a las protagonistas del cartel del Festival Sónar del 2000. Sergio Caballero, uno de los directores del cotarro, decide tapar sus cabezas con unas toallas y las retrata con Polaroid. «No paraba de reírse y mirarnos, gesticulaba emocionado y nos decía que nos pusiéramos serias», cuenta Meritxell. No lo sabían en aquel momento, pero ya estaba decidido: Meritxell y Natalia se convertirían en las gemelas más enigmáticas de Barcelona. Las hermanas telequinéticas del Sónar 2000. Las niñas de melena lacia y falda floreada que hacían levitar objetos y que quedarían clavadas en el imaginario colectivo de la historia del festival.

Imagen del cartel promocional del Sónar del año 2000

Biel Capllonch/ Cortesía de Festival Sónar

Puede que después llegase la familia meona, el tunning, Maradona, el Sónar en venta o hasta el Dioni, pero si se pregunta a forofos del Sónar, las gemelas suelen estar en el podio ganador. Quizá por ese motivo, quince años después, el festival ha vuelto a contar con su presencia. Las ha casado. Montó una convocatoria similar a la que vivieron ellas (publicitaron en prensa que necesitaban gemelos para el enlace) y ha capturado un bodorrio de lo más Sónar. Pero, ¿quién son realmente esas gemelas con las que el público del festival ha crecido? ¿Son rusas (como mucha gente piensa)? ¿Qué han hecho estos 15 años? Charlamos vía email con Natalia (que hora vive en Praga) y Meritxell (reside en Buenos Aires) para aclarar uno de los enigmas mejor guardados del festival.

Las gemelas, casadas en el cartel de este 2015

Biel Capllonch/ Cortesía de Festival Sónar

¿Qué recordáis de cuándo os eligieron como imagen del Sónar 2000? ¿Alguna anécdota?

Natalia: Para una de las imágenes nos hicieron colgar de unos arneses en un teatro de Barcelona. Estábamos rodeadas de abuelos en plena sesión de levitación. Estuvimos muchas horas colgadas, y del roce con los cables la piel se nos escoció en las piernas y brazos, así que tuvimos unos días heridas de campaña, jaja.  En algunas fotos de interior, tanto nosotras como el equipo nos echábamos a reír porque no podíamos contenernos en algún momento, y tenemos alguna instantánea donde además de verse los cables que aguantaban los objetos levitados, aparecemos sonrientes.

Meritxell: Es que a veces lo que estábamos haciendo era del todo surrealista. ¡Daba mucha risa la tetera de la abuela colgada con hilos del techo! ¡Y también había que relajar la cara y los nervios!

Durante el festival los asistentes se podían hacer fotos con vosotras sentadas, ¿cómo recordáis la experiencia?

NA: Fue del todo memorable. Recuerdo que hablamos con Meritxell sobre qué teníamos que hacer. Como teníamos poderes y podíamos hacer volar cosas acordamos estar serias como en las fotos y no decir absolutamente nada a nadie. A Sergi le gustó la idea y fue cuando nació el mito de que éramos rusas. Gente de los medios se sentaba con nosotras en el set para hacernos entrevistas o hacer reportajes sobre el festival y nosotras permanecíamos inmutables y no contestábamos. También había un concurso entre el público para hacernos reír, y nunca lo consiguieron. Para ello, incluso un chico se bajó los pantalones y nos mostró ‘su verdadero rostro’. A la que salíamos del backstage la gente nos paraba y nos hacía fotos, nos reconocían incluso teniendo el pelo azul. Era muy fuerte, no podíamos ni pasear por el escenario village, que entonces estaba en el CCCB. De noche estábamos mucho rato en los autos de choque con Albert Claret. Yo recuerdo el concierto de Alaska y la verdad, poca cosa más, porque nos pasamos el tiempo detrás del escenario con el equipo y los artistas, y todos querían saludarnos.

ME: Y el concierto de Tempted loooove, ¿cómo se llamaba? Marc Almond de Soft Cell, ¡de rubio platino en ésa época! Ése también fue memorable.

NA: Tuvimos la suerte de conocer y entablar amistad con Jose Morán, director del FIB, o a Michel Ruben, productor de Almodóvar (ver foto inferior), y a los Gotan Project, por aquel entonces no muy conocidos todavía. Incluso ellos querían trabajar con nosotras y que fuésemos la imagen para un videoclip, pero el proyecto al final no llegó a materializarse.

Backstage con Michel Ruben(izq), Jose Morán (centro) y Jorge Perez (estilista).

Cortesía de Meritxell Soler

Por aquella época hubo algunas quejas de asociaciones feministas por la imagen de las otras gemelas, capaces de respirar bajo tierra, ¿cómo lo vivisteis?

NA+ME: A nosotras no nos afectó la crítica pero sé que tuvieron muchas quejas con respecto a eso. La verdad es que aquello también ayudó a que la campaña se viera todavía más y tuviera más eco y que la parte de las gemelas con poderes paranormales fuera todavía más apreciada. Os vamos a desvelar un secreto muy bien guardado: la mujer que respiraba bajo tierra fue clonada con los milagros del Photoshop, la conocimos un día en el festival, ¡y era una y única!

Os ha rodeado un halo de misterio y la gente ni siquiera sabe de dónde sois o quién eráis, ¿Había algún tipo de acuerdo para mantener el misterio?

NA: El acuerdo surgió sin acuerdo: fue una cosa espontánea y a todos nos gustó la idea, mantener nuestro anonimato. Creo que ninguno de nosotros pensábamos que todo tendría tanto éxito. Tampoco nos hicieron ninguna entrevista después de transformarnos en nosotras mismas después de cada set, así que el misterio siguió extendiéndose hasta quince años después. En el catálogo de aquel año creo que aparecían nuestros nombres.

ME: Sí, atrás de todo en los créditos, pero nada más. Nunca nadie pidió entrevista con nosotras o al menos nadie nos dijo nada, jaja. Y ahora los gemelos desvelaron el misterio no hace mucho en una entrevista, que éramos tan majas y simpáticas, de un pueblo de Cataluña llamado La Garriga, jajaja.

Meritxell y Natalia, en una comparativa de imágenes del año 2000. A la izquierda, en la performance del festival.

Cortesía de Meritxell Soler

¿Alguien os ha reconocido alguna vez?

NA: Sí, sí, es increíble, pero, ¡en el festival siempre nos reconoce alguien! Recuerdo haber asistido sola cuatro años más tarde e incluso sin el pelo azul, y haber sido parada por un par de personas. Uno de ellos era un chico era extranjero, y me había reconocido ¡nos adoraba! En el FIB durante tres o cuatro años nos paraban entre las tiendas para hacerse fotos con nosotras y felicitarnos por nuestro trabajo. El FIB del 2000 fue un no parar, a cada paso nos identificaban y la gente nos llamaba «¡Gemelas del sonarrr!!» oíamos de repente.

ME: Y además era gracioso porque como no muchos llevaban cámara en ésa época, era más que nos gritaban que poderse hacer una foto con nosotras. Hasta algún autógrafo firmamos, ¿no?

NA: En el 2001 por ejemplo estuve de jurado en el festival de cine de Friburgo, en Suiza (estuvimos muchos años en la junta del Cineclub La Garriga, nuestro pueblo natal) y cuando la gente que conocí en el festival supo que era la gemela del Sónar no lo podían creer. Ellos eran gran fans del festival y la campaña gustó muchísimo.

ME: A mí me pasó lo mismo en Buenos Aires, ya 10 años después del festival o más, con equipo de Dirección del Centro Cultural de España cuando lo supieron, no lo creían. ¡Nos recordaban como unas chicas frikis de un sitio remoto! E incluso coincidí en una inauguración de una expo de Juan Gatti, con Alaska y Mario Vaquerizo, y me acordaba de la Polaroid que tenemos en casa con Olvido, así que me acerqué y le dije: «aunque no lo creas, una vez pediste hacerte una foto conmigo». Me miró extrañada y le dije «En el Sónar 2000, con mi gemela» y ya llamó a Mario enseguida y él se puso loco, ¡no lo podía creer y decía que era súper fan nuestro! ¡Me pidieron sacarme una foto con ellos y todo! También estaban David Delfín y Pelayo Díaz (debería haber sido al revés, ¡tendría que habérselo pedido yo a ellos!).

¿Habéis ido a más ediciones del Sónar como público después del 2000?

NA: Estuvimos asistiendo hasta cuatro años más tarde, siempre pedimos alguna invitación al equipo.

ME: Sí, siempre al jefe, ¡con todo el morro!

NA: Y también al FIB, antes de que los hermanos Morán lo vendieran. Después alguna vez más, pero no cada año, puesto que en el 2004 cada una emigró a una parte de mundo distinta: Meritxell a Buenos Aires y yo a Praga.

Meritxell y Natalia, durante el rodaje de la campaña de este 2015

Instagram/ @sonartwins

¿Qué habéis hecho con vuestra vida estos 15 años? ¿Cómo os ha ido?

Natalia: En el 2004 me fui a la República Checa, a Praga, detrás de mi compañero Jan, que es checo. Los inicios fueron durillos: echaba de menos a los míos y a La Garriga y la vida cultural de Barcelona, trabajaba dando clases de español y catalán, hasta que encontré trabajo en mi campo de recursos humanos. Ahora me encanta mi ciudad de acogida. Tengo un libro de relatos cortos, uno lo publicará Cossetania Edicions. También escribo sobre «gustperiències”: experiencias gustativas y las crónicas las publico en La Garriga Digital, pero ahora no tengo mucho tiempo para ello porque ¡soy madre! La verdad es que estoy atareada pero muy feliz: tuvimos a nuestra hija en el 2013, este mes cumple dos años. Además, este año me caso otra vez, pero en esta boda sí que voy a sonreír, jajajaja.

Meritxell: ¡Yo también me casé! Fue en 2008. A diferencia de mi gemela, yo en el 2000 estudiaba Bellas Artes. Después me fui a Argentina con una beca, a trabajar a la Escuela del director de cine Eliseo Subiela. Allí conocí a mi marido, que también es fotógrafo y con el que trabajo. Hice diversos mediometrajes documentales de creación para la Televisió de Catalunya, con nuestra productora Travelling Films. En Buenos Aires conocí a Ventura Pons que acabó produciendo mi primer largo documental y con el que tengo una gran amistad. Mi último film lo presenté el noviembre pasado en L’Alternativa (el Festival de Cine Independiente de Barcelona). En fotografía me especializo en los backstage de moda. Desde hace muchos años, soy asidua al BAFweek aquí en Buenos Aires, sacando fotos para diversos medios. Mis favoritas las subo a mi web. También he lanzado un proyecto servicios fotográficos destinados específicamente a Instagram para marcas y empresas, con TravellingMobile.

Meritxell y Natalia, en imágenes recientes y sin sus características pelucas.

Cortesía de Meritxell Soler

La sorpresa de este año fue buscaros pareja para casaros. ¿Qué tal el reencuentro con el equipo? ¿Y con vuestros maridos? ¿Cómo fue la sesión?

NA: Cuando Sergio contactó con Meritxell en septiembre del año pasado para contarle sus planes de hacernos volver, ¡no nos lo podíamos creer! Fue una maravilla, nos encantó la idea. Aunque la logística era complicada, ya que cada una vive en un rincón de mundo y mi hija tenía poco más de un año, estaba decidido a hacernos venir a todas de donde fuera para hacerlo realidad. Y trabajar otra vez con él, Jorge Pérez (nuestro estilista favorito, un encanto de locura y profesionalidad); Biel Capllonch, el súper productor Picazos… fue un déjà vu maravilloso, son un equipo estupendo. Nuestros maridos felizmente sonrientes son deliciosos, atentísimos y muy majos: su sonrisa es reflejo de su buen interior, son unos chicos estupendos. Estábamos intrigadísimas con ellos. Recuerdo que en la prueba de vestuario (ni retocaron nada de nuestra primera vestimenta, estábamos igual… ¡excepto mi pecho lleno de leche!) nos los enseñaron por primera vez en foto ¡y vimos sus enormísimos zapatos!

ME: Sí! Eran enormes! Así que les saqué una foto con el iPhone para subir Instagram, la típica desde arriba mirando al suelo, y ahí me di cuenta que se me veía la falda de gemela del Sónar al lado de mi gemela… uuuh me dije, pero si no soy yo, somos las @sonartwins pensé, y de ahí me vino la idea de crear una cuenta propia, para mostrar nuestros selfies, los #SelfiesSonarTwins. No pude empezar a poner fotos hasta hace muy poco, evidentemente porque no se podían filtrar imágenes antes del lanzamiento de la campaña y siempre respetando «el contrato» por supuesto. En cierto modo es una especie de homenaje a ésos personajes de descendencia rusa, así que en la cuenta se sigue respetando ese misterio, ese halo de gemelas paranormales, e iremos enseñando pedacitos de nuestra vida íntima y oscura de la boda y convivencia matrimonial.

Una foto publicada por @SonarFestival Twins (@sonartwins) el 19 de May de 2015 a la(s) 5:31 PDT

NA: Durante la sesión, intensísima con más de una hora previa de peluquería y maquillaje, y once horas de peluca, de 8 de la mañana a 23 de la noche… nos tuvieron cuidadas como reinas. Los gemelos invitados al banquete eran súper fans nuestros y nos tenían respeto y admiración, muy fuerte. Mi hija Estel estuvo en el rodaje con nuestra hermana mayor de súper canguro, y al verme el primer día no quiso mamar, ¡tenía miedo!

ME: Sergi es así, impulsivo-creativo. Me acuerdo que cuando me llamó me dio mil datos y mil detalles de todo lo que quería fotografiar y filmar. Me mandó unas fotos de referencia y me entró un ataque de risa-euforia-yuyu al verlo, no me lo podía creer. No le podíamos decir que no. Así que le dijimos ¡sí, quiero! Y así fue. Nos hicieron volar a Barcelona para las fotos y yo pude aprovechar para ir a l’Alternativa a presentar mi película. 11 horas con las pelucas puestas… y muchos «que se besen, que se besen» de los invitados al bodorrio… ¡ya les vale! jajaja.

¿Tenéis pensado acudir a la edición de este año? ¿Alguna actuación que no os queráis perder?

NA: ¡No nos lo perdemos! Nosotras, nuestros maridos reales (¡y los irreales también!) y nuestra hermana mayor estaremos súper acreditados vip. A mí me gustaría ver a Róisin Murphy, Hot Chip, Duran Duran, Autechre, Dorian Concept, Voices from the lake, Kate Tempest… y me apetece mucho ver el film musicado de Jori Hulkkonen i Jimi Tenor, Nuntius. Laurent Garnier toca demasiado tarde para que el cuerpo me aguante. ¡Espero que Meritxell y su marido puedan finalmente acompañarnos!

ME: si pues… la cosa está negra: ¡sponsors, ayudadme! Mis amigos me envían fotos cada día de nuestras caras por toda Barcelona, en Lleida, Tarragona, hasta en Madrid estamos. Sería una gran pena perderme ‘nuestro’ festival y quiero reunirme con mi gemela para disfrutarlo. Con tanto patrocinador usando nuestra imagen… podrían haberme invitado.

NA: Queríamos hacer alguna acción en vivo como en el 2000, pero Sergio nos dijo que hacía años que no organizan nada durante el festival. Pero bueno, nuestros seguidores nos podrán encontrar por los rincones del festival, sí, jajaja.

¿Cómo veis a las gemelas telequinéticas de aquí a 15 años?

NA: Yo las veo reapareciendo con niños muy frikis, jajaja.

ME: ¡Claro! Eso como mínimo. Si lo vemos desde la perspectiva de Sergi, más bien asesinando a los maridos, con tanta risita. Jajaja.

NA: Eso, eso. A ver si finalmente se filma la peli sobre nuestras vidas de casadas y los muñecos e igual tenemos más pistas sobre el futuro de las gemelas, jejeje.

Meritxell, Natalia (y el bebé de Natalia), de camino al rodaje el pasado mes de noviembre.

Cortesía de Meritxell Soler