La risa es cosa de mujeres
Una nueva camada de cómicas está revolucionando la parrilla estadounidense. Su desembarco en España es inminente.
Creo que soy la voz de mi generación. O por lo menos una voz de una generación». Son palabras de Lena Dunham, o mejor dicho, de Hannah, su personaje en Girls, pero ese matiz no importa… demasiado. Dunham, quien dirige, protagoniza y escribe esta serie de HBO, es una especie de Woody Allen –si Allen tuviera 25 años, un ligero sobrepeso, un vestuario hipster y una debilidad por los novios malos–, y está condenada a interpretarse a sí misma.
La ficción, que se estrena en EE UU el 15 de abril, sigue las desventuras de Hannah y sus tres amigas por Nueva York; pero, alto...
Creo que soy la voz de mi generación. O por lo menos una voz de una generación». Son palabras de Lena Dunham, o mejor dicho, de Hannah, su personaje en Girls, pero ese matiz no importa… demasiado. Dunham, quien dirige, protagoniza y escribe esta serie de HBO, es una especie de Woody Allen –si Allen tuviera 25 años, un ligero sobrepeso, un vestuario hipster y una debilidad por los novios malos–, y está condenada a interpretarse a sí misma.
La ficción, que se estrena en EE UU el 15 de abril, sigue las desventuras de Hannah y sus tres amigas por Nueva York; pero, alto, que nadie piense ni en Carrie Bradshaw ni en Sexo en Nueva York. Sus vidas no son tan glamurosas. Sus zapatos seguramente procedan de una casa de empeños y no de Manolo Blahnik. Miguel Salvat vio la producción hace unos meses y la compró para Canal+. Su estreno está previsto para otoño. «Me pareció fresquísima y me dio varias patadas en el estómago. Esta tía tiene un par de narices», sentencia Salvat, director de la cadena. Para el proyecto de Dunham, HBO ha tenido una manga ancha artística que no concedió en su día a cómicos mucho más veteranos, como Louie C.K. Pero la neoyorquina es parte de un fenómeno: el de las nuevas cómicas. Una tendencia que ya ha aterrizado en España, donde el canal Paramount Comedy, fundado por Salvat, está viendo desfilar a monologuistas de gran calidad. Sin ir más lejos, de allí salió Eva Hache.
Pero volvamos a Dunham. Esta intérprete de 26 años es hija de dos exitosos artistas, iba al colegio con el hijo del director Julian Schnabel, y el diseñador Zac Posen fue su canguro. A los 19 años se aficionó a colgar vídeos en YouTube y a los 23, con una película y una serie online en su currículum, rodó Tiny Furniture, una mumblecore, nombre del subgénero de películas baratas y verborreicas. En la cinta ya encarna a una versión de sí misma, una joven recién graduada, sin grandes ambiciones, que se muda a casa de su madre, una artista exitosa. El filme le valió el premio a la mejor película en el festival South By Southwest y la atención de toda la industria. Por ejemplo, la del todopoderoso director y productor Judd Apatow, que vio la película y escribió a Dunham ofreciéndose para lo que fuese. Apatow produce Girls, lo que aumenta su expectación.
Su precocidad y contactos también le han granjeado enemigos. The New Yorker le dedicó un perfil de seis páginas antes de cumplir los 24, decretándola la nueva Tina Fey, pero lo subtituló «Lena Dunham expone alegremente su vida privilegiada». Cierto, Dunham, cuya pandilla está compuesta por hijas de (en Girls salen la de David Mamet y la de Brian Williams, uno de los más famosos presentadores de informativos de EE UU), no tuvo que llegar a la ciudad en un autobús Greyhound ni trabajar de camarera, pero ella es la primera en reconocerlo y su autoparodia a veces roza la autolesión.
Han pasado cinco años desde el famoso artículo de Vanity Fair donde el fallecido escritor Christopher Hitchens aseguraba que las mujeres son menos graciosas que los hombres porque «no lo necesitan». Desde entonces Tina Fey, Amy Poehler y Kristen Wiig –entre otras– se han encargado de llevarle la contraria con éxito. Los estudios de Hollywood y de televisión las han acogido con los brazos abiertos. La comedia hecha por mujeres no solo existe, sino que funciona. Un ejemplo: el éxito de la primera temporada de New Girl (en antena), la comedia protagonizada por Zooey Deschanel y que escribe y dirige la también joven Liz Meriwether (de 29 años), uno de los nombres más buscados de la industria.
El boom de las cómicas traspasa la televisión. La boda de mi mejor amiga fue una de las escasas películas de 2011 que consiguió eso que antes se llamaba «éxito de crítica y público». Se habla de ofertas millonarias a Kristen Wiig, su protagonista y guionista, por rodar una secuela. Sin embargo, Wiig se resiste. Una de las posibles razones: su férreo contrato con el célebre Saturday Night Live, el show humorístico más premiado y duradero de la televisión de EE UU, que le obliga a quedarse en Nueva York.
Los estrógenos en la parrilla han venido para quedarse. Aparte de New Girl, en octubre se estrenaron Dos chicas sin blanca (TNT) y Whitney (Paramount Comedy), ambas escritas por la cómica Whitney Cummings (la segunda, además, la protagoniza); y en unas semanas están previstos los de Apartment 23 y Best Friends Forever, ambas con parejas de amigas y con muchas mujeres detrás de la cámara. Otro: la esperadísima Veep, con Julia Louis-Dreyfuss, la Elaine de Seinfeld, que también se estrena en abril y llegará a Canal+ en junio.
Y hay mucho más en el horizonte: NBC apuesta por Julie Klausner, una joven humorista famosa gracias a sus podcasts y su cuenta de Twitter y que creará una serie llamada Apocalipstick. Su primer libro, publicado en 2010, también se convertirá en una producción para HBO. Fox acaba de encargar a Mindy Kaling una comedia donde interpreta a una doctora muy parecida a Bridget Jones. Kaling, de 32 años, es conocida por su papel de Kelly, en la serie The Office, donde también ejerce de guionista y productora. Hace unos meses publicó un libro donde reivindica el humor de raíz girly.
España no vive ajena al fenómeno. «Aunque no hay tradición y queda mucho por hacer», reconoce Salvat. Profesionales como Eva Hache abrieron la veda a una nueva generación, entre ellas, las dos autoras del cómic Moderna de pueblo, publicado en 2011, Marta Rabadán y Raquel Córcoles. Su tebeo trata sobre la experiencia de llegar a Madrid, navegar en el moderneo y hacer de tripas corazón y de cada Primark un Prada. Desde finales del año pasado publican una tira semanal en El Jueves. «Me gusta New Girl. Critica a las chicas de nuestra generación capaces de llorar con Dirty Dancing pero que quieren aparentar ser más duras que Chuck Norris. Es un buen camino para romper con los estereotipos sobre las mujeres: que somos materialistas, frívolas, competitivas, unas víboras con mal carácter…», razona Córcoles. Las protagonistas de sus tiras no son ninguna joya, pero se parecen a nuestras amigas. Córcoles, no obstante, sospecha que el humor de chicas puede acabar siendo un producto de consumo propio. «Estamos más acostumbradas a aceptar y entender el humor masculino que ellos a entender el femenino. Cuando lo hacen ellos es humor. Cuando lo hacemos nosotras es humor-para-chicas». El reto: hacer que ellos se rían con chistes sobre infecciones vaginales y Felicity.