La rebelión de los becarios

La revista ‘Intern’, hecha por periodistas y fotógrafos que nunca han cobrado, abre el debate sobre un horizonte laboral en el que el talento (a veces) no se paga.

Escribía hace unos meses el escritor y lingüista Ross Perlin (autor de Nación de becarios: cómo no ganar nada y aprender poco en la valerosa nueva economía) que vivimos en una sociedad en la que "ya se considera normal trabajar sin cobrar", que "ha subido tanto el número de becarios que apenas hay vacantes para gente sin experiencia", que "ya no basta con hacer prácticas e...

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Escribía hace unos meses el escritor y lingüista Ross Perlin (autor de Nación de becarios: cómo no ganar nada y aprender poco en la valerosa nueva economía) que vivimos en una sociedad en la que "ya se considera normal trabajar sin cobrar", que "ha subido tanto el número de becarios que apenas hay vacantes para gente sin experiencia", que "ya no basta con hacer prácticas en un empresa: has de hacer en cuatro o cinco" y que un joven puede pasarse "de tres a cinco años haciendo prácticas" buscando incluso un trabajo para financiarse su propia beca no remunerada.

Así andaba Alec Dudson, un joven británico que en los últimos dos años ha ejercido de becario (sin cobrar) en revistas de arquitectura y tendencias en Italia e Inglaterra. Tras pasar por Milán y Londres (por la revista Domus y Boat Magazine), dormir en sofás de muchos amigos y apurar su bolsillo todo lo que pudo, Dudson decidió volver a su Manchester natal para materializar su propio proyecto. Una revista hecha por becarios, jóvenes inquietos que aún no han podido profesionalizar su talento o que todavía no han cobrado por su trabajo. Pagando, porque todos los colaboradores cobrarán en su revista.

Una publicación bianual que, tal y como explica su editor a S Moda por correo electrónico, "sirva para descubrir talento y profundice en un debate franco sobre cómo funciona la actual cultura de los becarios y sus implicaciones". Su proyecto preciosista, que sigue la estela de apurado diseño de otras cuidadas publicaciones como Purple, Apartamento, Hello Mr., Offscreen o The Gentlewomen, aterrizó en Kickstarter el pasado 8 de julio y, a pocas horas de cumplir su plazo, ya ha conseguido rebasar las 5.500 libras (unos 6.400 euros) para ponerse en marcha. La cifra necesaria para poder poner en marcha el primer número, pagar los gastos de los envíos a los mecenas digitales y la distribución y promoción de la publicación.

Aunque ya han publicado una edición limitada de 100 copias de su número cero para los mecenas de su crowdfunding, el número uno, que saldrá en octubre, ya ha recibido encargos de librerías repartidas por todo Gran Bretaña, Nueva York, Varsovia o Taipei. Fue gracias a esta edición limitada –con entrevistas a becarios que han trabajado en publicaciones punteras de Londres, Berlin o Nueva York o un reportaje sobre lo que supone pasar de ser una fotógrafa recién graduada a convertirse en freelance–, con la que ha conseguido atraer nuevos talentos hacia su publicación. "Pasé meses rastreando Internet y contactando por email con gente para hacerles partícipe de mi idea, pero hasta que no tuve ese número de prueba no puede enseñar en qué dirección iba". Para el primer número, Dudson avanza que incluirá , entre otros temas, un reportaje sobre "un diseñador nómada, un ilustrador que es becario de un artista de Brooklyn y un canal de televisión para niños, así como reportajes sobre activismo y una increíble selección de fotógrafos".

Todo, sin rencores. Dudson se considera "increíblemente afortunado" por haber realizado sus becas sin cobrar en su carrera. Si su primera beca en Domus le dio la oportunidad de "tener una gran introducción al mundo editorial y comprobar cómo funcionaba", en su segunda revista se dio cuenta de que "la industria independiente de las revistas era lo que me gustaba, aunque no cobrase". Por eso creó su proyecto.

¿Estamos evolucionando hacia una industria editorial solo accesible para gente que pueda permitirse trabajar sin cobrar? "Absolutamente", afirma este editor. "Una de las semillas que se implantó en mi cabeza fue darme cuenta de que las revistas independientes en las que quería trabajar no pagaban a sus colaboradores. No me lo podía creer. ¿Cómo podía funcionar así la industria? Si tu carrera debía despegar publicando en estas revistas de éxito para poder promocionarte, trabajar gratis sería un paso hacia atrás", apunta. Por ese motivo este periodista ha decidido convertirse en editor de un proyecto que da visibilidad a una "responsabilidad moral que muchas empresas ignoran actualmente". O tal y como él ironiza, demostrar que el mundo está "cada vez más cerca" de ser partícipe de la revolución de los becarios.

Entrevistas a becarios más que experimentados, otro de los alicientes del número cero.

Cortesía de Intern Magazine

Para su campaña en Kickstarter, el equipo de ‘Intern’ ha emulado una falsa portada de su primer número oficial.

Cortesía de Intern Magazine

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