La polémica clasista y antisemita que ha acompañado a Ralph Lauren durante toda su carrera

HBO estrena Very Ralph, un documental sobre el hombre detrás del mito que arroja luz sobre su hermética carrera y revela qué hay detrás de su controvertida decisión de borrarse el Lifshitz de su apellido.

Una fotografía del álbum familiar de Ralph Lauren: el diseñador en la playa en los años ochenta.dr

“Creo que las críticas implicaban cierto antisemitismo: quién es este pequeño judío que quiere decirnos cómo tenemos que vestir”, apunta el periodista de The Washington Post, Richard Cohen, en el documental Very Ralph que acaba de estrenar HBO. Dos horas de metraje que se cuelan en la vida privada del diseñador Ralph Lauren y que abordan todas las facetas de su carrera: desde sus humildes inicios en un apartamento en el Bronx neoyorquino hasta ...

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“Creo que las críticas implicaban cierto antisemitismo: quién es este pequeño judío que quiere decirnos cómo tenemos que vestir”, apunta el periodista de The Washington Post, Richard Cohen, en el documental Very Ralph que acaba de estrenar HBO. Dos horas de metraje que se cuelan en la vida privada del diseñador Ralph Lauren y que abordan todas las facetas de su carrera: desde sus humildes inicios en un apartamento en el Bronx neoyorquino hasta su desfile homenaje en Central Park, con el que celebró sus 50 años en la moda el año pasado, cuando su compañía facturaba 5.700 millones de euros. El epítome del sueño americano, una vida que podría haber sido el germen de un guion de los que gustan en Hollywood.

Lauren con sus dos hijos mayores en 1974.dr

“Tuvimos que convencerle para hacerlo, pero sabía que este era el momento”, explica por teléfono Susan Lacy, la directora de la cinta (antes retrató a Steven Spielberg o Jane Fonda). “Es un hombre muy tímido y reservado que aún cree en mantener el halo de misterio”. El resultado le conmovió. “Lloró al verlo, fue muy emotivo”.

Hijo de inmigrantes judíos, el creativo cuenta cómo de pequeño solo aspiraba a tener un armario propio en el que poder ordenar sus zapatos. Pero poseía un don, la capacidad de recrear un estilo de vida que le era ajeno pero al que accedía a través del cine. Marlon Brandon, Paul Newman o Humphrey Bogart eran sus ídolos. “Las películas eran una ventana a un mundo en el que no crecí”, dice. Sin plan maestro ni educación en diseño, se armó desde el principio de una intuición que se ha probado acertada. Primero creaba para sí estilismos comprando piezas de segunda mano. Pronto, revendiendo sus propias corbatas con mucho éxito. “Crecimos en el mismo barrio y recuerdo fijarme en él porque ya vestía de manera diferente al resto”, rememora el también diseñador Calvin Klein. Aquella idea realzada por el filtro de la gran pantalla se convirtió en base de un estilo característico que impregna su marca y su propia vida. Lo ratifican en el filme los testimonios de Woody Allen, Kanye West, Jessica Chastain, Anna Wintour, Martha Stewart… O Hilary Clinton, que recuerda cómo pagó 13 millones de dólares por recuperar la bandera americana.

Retrato de Ralph Lauren en 1978 cuando ya triunfaba con su propia compañía.dr

Su carrera, como señalaba Cohen, no ha estado exenta de polémicas. ¿La que le ha acompañado durante más tiempo? Aquella que le acusaba de clasismo al borrarse su verdadero apellido, el muy judío Lifshitz. Jerry Lauren, su hermano y vicepresidente ejecutivo de la firma lo aclara en el documental: “La gente piensa que se cambió el nombre porque quería parecer más WASP”, el acrónimo en inglés de blanco anglosajón y protestante (White, Anglo-Saxon y Protestant). Un término que con cierta dosis de xenofobia designa a la élite estadounidense, que históricamente ha ostentado el poder en aquel país. “Pero no es verdad. En realidad lo del nombre fue idea mía, llevábamos toda la vida deletreando nuestro primer apellido, era algo duro con lo que vivir. En ningún momento quise querer escapar de mis orígenes”, añade Jerry.

Pese al clasismo WASP, también terminó vistiendo a este grupo y convirtiendo a su marca en compilación del estilo de vida americano que Estados Unidos exporta al mundo entero. “Querido Ralph: como diseñador, eres capaz de evocar lo que más me gusta. El país, mañanas nublosas, atardeceres de verano, amplios espacios abiertos, caballos, campos de maíz, chimeneas… Tu historia no habla de tendencias sino de valores”, enumeraba Audrey Hepburn al entregarle el premio CFDA a toda su carrera en 1992. “Tiene una gran influencia global, pero pocos saben de su inspiradora historia. Espero que el documental descubra al hombre humilde, pionero y familiar que se esconde tras el logo”. Hoy Ralph Lauren no solo es reconocido globalmente, sino que ha conseguido transformar su nombre en un adjetivo. Porque, como apuntó Hepburn en 1992, “si dices que algo es muy Ralph Lauren, cualquiera lo entiende”.

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