La influencia de la tele revisa el ‘look’ musulmán

Colores vivos, un hijab más suelto y vaqueros. La pequeña pantalla inspira y confirma una realidad estética en España.

Para una pequeña tienda como Albazar Amistad (en la madrileña Parla), vender 20 prendas idénticas en una semana es toda una revolución. ¿El modelo en cuestión? Una falda larga rosa de tablas de 10 euros que las clientas buscaban por ser similar a una de Denny Rose (de 132 euros) que lució Hiba Abouk en 2014 en la serie El Príncipe, cuya segunda y última temporada emite Telecinco en unas semanas. La producción, que narra la historia de amor entre Morey, un policía cristiano (Álex González), y Fátima (Abouk), una musulmana hermana de un narcotraficante, ha sido la más vista de los dos...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Para una pequeña tienda como Albazar Amistad (en la madrileña Parla), vender 20 prendas idénticas en una semana es toda una revolución. ¿El modelo en cuestión? Una falda larga rosa de tablas de 10 euros que las clientas buscaban por ser similar a una de Denny Rose (de 132 euros) que lució Hiba Abouk en 2014 en la serie El Príncipe, cuya segunda y última temporada emite Telecinco en unas semanas. La producción, que narra la historia de amor entre Morey, un policía cristiano (Álex González), y Fátima (Abouk), una musulmana hermana de un narcotraficante, ha sido la más vista de los dos últimos años (con más de cinco millones de telespectadores) y ha convertido a su protagonista en referente de estilo. Su forma de fusionar la moda occidental con el tradicional hijab interesa a una nada desdeñable población musulmana en España cercana a 1.732.000 habitantes.

Tienda Albazar Amistad (Parla).

Mirta Rojo

«Mi primera motivación para ser actriz era precisamente hablar del choque de culturas, que luego no es tanto», cuenta Hiba. Ella es más neutra vistiendo que su personaje, pero ha ido contagiándose de su estilo, más colorido y alegre. Y no es la única. «Desde que anuncié que vendíamos la ropa de la serie, no hemos dejado de recibir peticiones», explica Naziha Hammouch, del bazar de Parla. «De chicas que buscan pañuelos en tonos vivos a jóvenes que quieren casarse con el traje verde y fucsia que llevó Fátima en el capítulo en que se desposaba con Khaled». Sus hijabs fucsias o corales, y su manera de llevarlos –con parte del cabello al descubierto– están creando escuela. «Hemos notado un aumento en las ventas de estos artículos; son muchas las que la imitan», cuenta Abdelkader Jabri, que tiene una tienda en Alicante. El fenómeno se reproduce en Ceuta, donde hay fans acérrimos. «Este verano se han visto muchísimas faldas como la suya aquí», cuenta Amal Mohamed Choukri, una ceutí de 19 años, admiradora del personaje por cómo «conjuga lo árabe y lo occidental».

Gran parte de la acción de la serie de Telecinco transcurre en El Príncipe Alfonso, un problemático barrio ceutí cuyas casas tienen unos característicos tonos muy vivos.

Bernardo Pérez / EL PAÍS

Una nueva realidad. Pero ¿acaso es transgresor su estilo? «A veces nos comentan desde alguna asociación que deberíamos taparle más las caderas o cerrar más el velo, pero en general el feedback es positivo», dice Esther Terrón, jefa de vestuario de la serie, quien se ha decidido a crear su propia marca de bisutería, Veemerald, porque mucha gente le pregunta dónde conseguir las piezas que diseña para el personaje. «En realidad su look no es innovador», opina Fátima Tahiri, estudiante de la Universidad Autónoma de Madrid. «Lo que pasa es que en España se conoce más el hijab negro que se ve en los medios de comunicación, más islamista, por así decir. En Turquía o Indonesia siempre se han llevado muy coloridos. O en Ceuta. Además, cada mujer es un mundo».

El personaje de Fátima hace pocas concesiones a la estética tradicional árabe; salvo en escenas como la de su boda.

Mirta Rojo

«Las series toman referencias de la calle, a la vez que influencian a quienes las siguen», explica Cristina Peñamarín, catedrática de Teoría de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. «El personaje de Fátima está inspirado en las musulmanas modernas, que leen revistas de moda». Lo confirma la diseñadora Cintia Robles (ropaislamica.com), cuyas clientas quieren cubrirse pero cuyo gusto es más bien europeo. «Hay más libertad y valentía al vestir», defiende.

Archivado En