La importancia de llamarse Mondrian

Prada rinde homenaje al pintor que más ha influenciado el mundo de la moda.

Temporada tras temporada surge la misma duda: ¿es la moda un arte? Yves Saint Laurent lo tenía muy claro: “La moda no es un arte pero para dedicarse a ella hay que ser artista”. Paradojas de la vida. El diseñador argelino dejó una herencia artística inigualable, no solo por su valiosísima colección personal de obras que reunió junto a Pierre Bergé, sino también por sus propias creaciones dignas de una sala ...

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Temporada tras temporada surge la misma duda: ¿es la moda un arte? Yves Saint Laurent lo tenía muy claro: “La moda no es un arte pero para dedicarse a ella hay que ser artista”. Paradojas de la vida. El diseñador argelino dejó una herencia artística inigualable, no solo por su valiosísima colección personal de obras que reunió junto a Pierre Bergé, sino también por sus propias creaciones dignas de una sala de exposiciones. Sin ir más lejos, su mítico vestido Mondrian (1965), con el que adaptó la corriente neoplasticista del pintor holandés a la silueta femenina, se convirtió en la primera prenda exhibida en un museo, concretamente en el Metropolitan Museum de Nueva York.


Hoy, cuatro décadas después, la pieza que dictó las normas estilísticas del movimiento beat, continúa siendo un referente. ¿El motivo? La gurú de las pasarelas, Miuccia Prada, aquella que convierte en oro todo lo que pasa por su atelier (recordemos los metros de encaje de guipur que fueron necesarios para satisfacer la tendencia invernal de hace tres años, la reproducción masiva de rayas del pasado verano o la fiebre por los bolsos de Nylon que en los noventa lanzaron su firma a la fama cuando ésta era solo un negocio familiar de marroquinería) dispone esta temporada que el binomio Yves Saint Laurent-Mondrian irá directo a nuestro armario. Eso sí, esta vez con un cierto aire old school y combinado con botas de pitón: otro must a anotar en la lista de shopping de cualquier fashionista.

Sin embargo, la estela de esta prenda es mucho más amplia. En algún momento de sus carreras Ágatha Ruiz de la Prada, Christian Lacroix, Diane Von Furstenberg, Matthew Williamson o Elie Saab, entre otros, también cayeron rendidos ante esta composición geométrica en rojo, amarillo, azul y negro, que llegó incluso a democratizarse a través de firmas low cost. Arte o no, lo que es cierto es que la fiebre por los zapatos joya, los complementos escultóricos y la influencia de obras como las de Mondrian hacen que ambas disciplinas sean consideradas más complementarias que antagónicas.