La familia que se viste igual y posa unida, ¿permanece unida?
Nadie desearía aparecer vestido igual que otro en una fiesta. Sin embargo, este terror estilístico se esfuma en Navidad, momento en el que hordas de famosos engalanan a sus familias a juego y, en casos extremos, incluso también en concordancia con el resto de la decoración navideña.
Conjuntar a la familia en la tradicional foto navideña parece ser ya una costumbre extendida (y algo inquietante). Metidos en harina -o en el azúcar glass, más propio de estas fechas- la decisión puede entenderse como un deseo de fusión y armonía extrapolado a máximos estéticos. Lo que pasa es que este hábito en lugar de unidad, genera en quien lo observa un pinchazo de desazón y un gran interrogante: ¿puede hacerse una foto grupal coordinada con cierto sentido del gusto?
Tipologías de fotos navideñas
Entre las estampas de famosos uniformados por...
Conjuntar a la familia en la tradicional foto navideña parece ser ya una costumbre extendida (y algo inquietante). Metidos en harina -o en el azúcar glass, más propio de estas fechas- la decisión puede entenderse como un deseo de fusión y armonía extrapolado a máximos estéticos. Lo que pasa es que este hábito en lugar de unidad, genera en quien lo observa un pinchazo de desazón y un gran interrogante: ¿puede hacerse una foto grupal coordinada con cierto sentido del gusto?
Tipologías de fotos navideñas
Entre las estampas de famosos uniformados por Navidad parecen existir al menos tres vertientes que procedemos a analizar con ayuda de los expertos. Por un lado, hay imágenes como las de la familia Kardashian, inspiradas en la fotografía profesional de moda y «técnicamente buena pero con cero movimiento, todo es demasiado uniforme, el maquillaje, los colores, el gesto”, opinan Ximena Garrigues y Sergio Moya, fotógrafos habituales de cabeceras del sector y expertos en fotos grupales.
Por otro, encontramos los retratos de varios futbolistas como Leo Messi o David Villa cuya interpretación de las fiestas es “verdiroja” o “rojiverde” quizá como reflejo de su campo semántico profesional y para quienes “elfo” y “hogareño” es un todo, fusión que espanta particularmente a Paula Delgado, estilista de S Moda: “Como regla general, evitaría siempre posar en pijama. No es glamuroso, no es digno y tampoco favorece», indica.
La tercera opción gira alrededor del complemento más típico de estos días: el gorro de Santa o cualquiera de sus variantes (nunca se han visto en las calles tantos tocados surrealistas), que lo mismo sirven para coronar a los bebés de Ronaldo que para dar fe del buen rollo inextinguible de la tribu de Will Smith.
Que sí y qué no
Según Ximena y Sergio «es importante no posar como la alineación de un equipo de fútbol, es decir, buscar composiciones en las que unos puedan estar de pie, otros sentados, unos sonriendo y otros más serios, etc.» Además, recomiendan evitar las luz artificial: «El efecto halógeno queda horrible, mejor situarse cerca de una ventana o cualquier otra fuente de iluminación natural». Huir de los estampados y buscar fondos neutros es otra buena manera de que nuestro retrato familiar no parezca más concurrido que un cuadro de El Bosco: «En los retratos de familia ya hay gente suficiente, estímulos suficientes, como para añadir estampados o fondos complicados que absorben mucha información. Tampoco es necesario fotografiar a los integrantes de pies a cabeza, cerrar el plano es una manera de quedarse con las caras y los gestos de las personas que componen el retrato».
En cuanto al vestuario, Paula Delgado reniega del planteamiento unificado: «ya que la realización de esta foto se ha convertido en una costumbre, mejor estudiarla previamente y hacer que esa sea menos solemne y más simpática. Para ello es mejor elegir estilismos básicos, neutros, denim y jerséis claros, por ejemplo, para todos y que solo uno lleve el gorro de Papá Noel. ¡O que se lo pongan a la mascota!”.
Ximena y Sergio aseguran que siempre tratan de reconducir la idea de los estilismos exagerados: «Solemos decirles que traigan bastante ropa, no un solo modelo, y que contrasten. Que no sea todo blanco, por ejemplo; mejor si son diferentes tonos claros (crudo, gris, blanco más brillante…). Lo importante es que haya volumen».
En cualquier caso, como dicen los fotógrafos, «cualquier imagen va a mejorar con el tiempo». Así que si el retrato de 2018 no cumple estos requisitos (algo que sí ha conseguido Madonna, mucho más espontánea), basta con esperar unos años para que la nostalgia neutralice los efectos de ese selfifamiliar empachado de edulcorante. (¡Ah! Y ante la duda, siempre nos quedarán las referencias de los Jackson 5).