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Del arnés de Chalamet a la capa de Billy Porter: los hombres pierden el miedo en la alfombra roja

Chaquetas estampadas, zapatos originales y estilismos monocolor se dejaron ver en una gala en la que muchos quisieron romper con la formalidad del esmoquin.

Los reyes de la pista Jugaron con el negro, pero revolucionaron la alfombra roja. Timothée Chalamet, no se llevó el premio al que estaba nominado, pero sí ganó entre lo más comentado en redes por su elección: negro riguroso y un arnés de lentejuelas, un diseño de Louis Vuitton. Sí se llevó el Globo de Oro Ben Whishaw por A Very English Scandal, y subió al escenario sin pajarita y con una chaqueta negra con un aplique bordado plateado. Y Cody Fern pasó de la chaqueta y lució una blusa semitransparente, botines tabi de Maison Margiela y un cuidado maquillaje.
Y entonces llegó él Billy Porter, nominado por su interpretación en la serie Pose de HBO, fue un espectáculo en la alfombra roja. Hizo una entrada con la que eclipsó a actrices como la también nominada, por El cuento de la criada, Elizabeth Moss, que se mantuvo en segundo plano mientras lo fotografiaban. Porque su minivestido de alta costura no deslumbraba tanto como el conjunto de Porter, un traje gris con capa bordado a mano cuya elaboración costó seis meses, según explicó a The Hollywood Reporter. Lo firmaba el atelier neoyorquino Randi Rahm.
El poder de la chaqueta Es clave para modificar un estilismo masculino, y hubo asistentes que no dudaron en centrar todas las miradas en esta pieza. Entre ellos, Darren Criss, premiado por El asesinato de Gianni Versace y defensor a ultranza de las chaquetas de fantasía, que vistió de Dior y calzó Christian Louboutin; Idris Elba, considerado el hombre más atractivo del mundo, que eligió chaqueta y chaleco verdes estampados, y Ryan Murphy, que recogió el premio a mejor serie por Versace enfundado en una chaqueta plateada y negra.
Todo al blanco Muchos lo eligieron para asistir a la gala y desafiar la monotonía estilística, en distintas versiones. John David Washington, hijo de Denzel Washington y actor en Infiltrado en el KKKlan, invirtió la fórmula y combinó esmoquin blanco con camisa negra; Luke Evans mezcló los colores, algo que también hicieron muchas actrices; Chadwick Boseman apostó por el blanco total, sin miedo a una chaqueta adamascada y unos zapatos de purpurina plateada, y Bradley Cooper, que al final se fue sin premio, recurrió a Gucci para su esmoquin blanco con pajarita negra.
De negro riguroso Fue el otro extremo estilístico, que muchos actores –al igual que actrices– adoptaron. Como Jim Carrey, nominado por Kidding; el cómico Tyler Perry, que subió la apuesta con una chaqueta brocada; Kieran Culkin, hermano de Macaulay Culkin, que estaba nominado por su papel en la serie Sucession, o Christian Bale, que se llevó el Globo de Oro a mejor actor de comedia o musical por El vicio del poder, y en su discurso dedicó el galardón a Satán.
Renovar el clásico El esmoquin tradicional, con camisa blanca y pajarita negra, fue el 'uniforme' mayoritario, elegido por premiados como Jeff Bridges (que recibió el Cecile B. DeMille) o Richard Madden (que estaba impecable al recoger su galardón por El guardaespaldas). Pero algunos asistentes le dieron un toque personal, como James Van Der Beek (eterno Dawson Crece), con chaqueta de terciopelo; el ganador por Bohemian Rapsody Rami Malek, con su pajarita blanca, o el también premiado Mahershala Ali, con bufanda azul al cuello.
El club de las corbatas Se vieron pocas, pero algunas hubo. Entre los que las lucieron, un nominado que no se llevó premio, Willem Dafoe, y un gran ganador, Alfonso Cuarón (en el centro), que sostuvo los dos galardones obtenidos por Roma (mejor película extranjera y dirección). Roger Taylor, batería de Queen, también se apuntó a la corbata, y su colega, el guitarrista Brian May, le dio una vuelta de tuerca con una bolo tie. También sorprendió con su calzado: un par de zuecos de piel y madera.