La televisión se rinde al poder de las hembras Alfa

Reese Witherspoon y Christine Baranski representan el nuevo arquetipo de personaje femenino que puebla la pequeña pantalla: triunfadoras, independientes y sin miedo al escrutinio ajeno.

HB0/CBS

En la primera escena de la serie The Good Fight, Diane Lockhart, socia mayoritaria de un exclusivo bufete de abogados, mira atónita, y en penumbra, la televisión. El motivo de su estupefacción es el contenido de la misma. Está presenciando el juramento como 45º presidente de los Estados Unidos de Donald J. Trump. La línea entre la ficción y la realidad desaparece y el personaje interpretado por Christine Baranski representa por unos instantes a los millones de testigos del momento, especialmente, a todo un género al que el mandatario vejó por el camin...

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En la primera escena de la serie The Good Fight, Diane Lockhart, socia mayoritaria de un exclusivo bufete de abogados, mira atónita, y en penumbra, la televisión. El motivo de su estupefacción es el contenido de la misma. Está presenciando el juramento como 45º presidente de los Estados Unidos de Donald J. Trump. La línea entre la ficción y la realidad desaparece y el personaje interpretado por Christine Baranski representa por unos instantes a los millones de testigos del momento, especialmente, a todo un género al que el mandatario vejó por el camino. El simbolismo de elegir una secuencia así para lanzar una nueva ficción es más que evidente pero la verdadera declaración de intenciones llega segundos después. Antes de que haya acabado el discurso, Lockhart agarra el mando a distancia, apaga la tele y se va. “Suficiente por hoy”, pensaría, en un gesto que resume a la perfección el mensaje lanzado por tantos estos días: la única forma de combatir a Trump es pasar a la acción. Las mujeres de la ficción ya están en ello. No solo Lockhart, también Madeleine Martha Mackenzie, la astuta ama de casa interpretada por Reese Witherspoon en Big Little Lies, o Elizabeth Jennings (Keri Russell), la espía rusa más implacable que regresa en la nueva temporada de la alabadísima The Americans. La televisión se rinde a las hembras Alfa mientras ellas, por el contrario, prefieren apagarla y levantarse del sofá.

“Durante 25 años he sido la única mujer en el set”, afirmó la ganadora del Oscar Reese Witherspoon (En la cuerda floja) durante la presentación de la serie de HBO Big Little Lies. “Lo llaman el Síndrome Pitufina porque en su mundo existen un centenar de pitufos y solo una mujer…”. Esta vez le acompañan en el reparto actrices de la talla de Nicole Kidman, Shailene Woodley y Laura Dern, en un guion con hasta media docena de papeles femeninos relevantes. Sobre el suyo gira la acción de este thriller dramático que podría considerarse la evolución más lógica de su icónico rol de Tracy Flick en el filme Election. Da vida a la abeja reina de un vecindario de clase acomodada en el norte de California que es perturbado por un asesinato. Madeleine Martha Mackenzie habla tan rápido como se las arregla para defender a su familia y manipular al resto de madres que esperan pacientes a la salida del colegio. Para The Daily Beast, su actuación es la gran revelación y motivo primordial para engancharse a la serie.

Reese Witherspoon es la cabeza de familia en ‘Big Little Lies’.HBO

Durante siete temporadas, varios millones de espectadores dijeron lo mismo sobre ella. La elegante abogada Diane Lockhart, representante de la burguesía progresista estadounidense, era ese brillante personaje secundario que te mantiene fiel a la serie cuando las fuerzas, y los guiones, comienzan a flojear. Y en una serie tan deslumbrante en lo concerniente a su reparto, tiene mérito. Por eso no es de extrañar que cuando los creadores de The Good Wife rastrearon una continuación a la historia de Alicia Florrick, decidieran centrarse en la cara visible de uno de los bufetes más importantes de Chicago. Feminista feroz, íntegra e inteligente, demócrata tan convencida como para presumir de retrato con Hillary Clinton al mismo tiempo que contrae matrimonio con un experto en armamento de ideología conservadora. Con esta carta de servicios, parece comprensible que Baranski quisiera volver a pesar de contar con 156 capítulos a sus espaldas. “En estos años he podido observar cómo responde el público femenino a un personaje como ella. Afrontémoslo: hay muchos papeles para mujeres en la época de la madurez, pero muy pocos Diane Lockharts. Esa estatura moral, esa dignidad…”, explicó la actriz a Entertainment Weekly. En The Good Fight, que emite Movistar Series, su estatus de privilegio da un vuelco al ser estafada por una operación financiera al estilo Madoff. En su nueva firma deberá vérselas con otra mujer al poder, Barbara Kolstad, encarnada por Erica Tazel. Un papel que “tiene mucho en común con Lockhart ya que también era en la única mujer en el bufete que ella misma fundó”, dice en una entrevista la actriz. “Es una hembra Alfa que trabaja con dos hombres muy fuertes”.

Diane Lockhart, Christine Baranski, tiene que empezar de cero en ‘The Good Fight’.CBS

Si despojamos al personaje de Keri Russell en la serie The Americans –que acaba de regresar a la parrilla en su séptima temporada– de cualquier ornamento argumental y analizamos su comportamiento más básico, quizás encontremos al personaje más Alfa de la televisión. Elizabeth Jennings, afable madre de familia de día, es la implacable líder de la manada de espías de la KGB infiltrados en Estados Unidos durante la Guerra Fría. Una vez aparece en el matrimonio la encrucijada moral de elegir entre la tierra natal y la de adopción, cuando los buenos y los malos apenas pueden distinguirse, ella aprieta el gatillo. Una actitud que ha escandalizado a los espectadores más carcas, que la consideran como una de las peores madres de la ficción televisiva (comparándola con psicópatas como Norma Bates). Resultaría inútil recopilar el número de padres-héroes de acción en la historia del entretenimiento que han conciliado ambas realidades sin provocar trastornos a la audiencia, ya se sabe que una buena madre norteamericana solo puede tener ojos para los suyos. Preguntada por The New York Times sobre la polémica, su álter ego, Keri Russell, hace oídos sordos a las críticas reaccionarias: “Me encantaría poder ser en mi día a día como ella, tan honesta y directa con todo el mundo. Disfruto este tipo de madre especialmente ahora que supuestamente tenemos que tener una carrera, ser sexis, tener un gran cuerpo, preparar galletas en el hogar, ir a pilates… Ella no se queda en casa haciendo los disfraces de Halloween ni invitando a cupcakes a los amigos de sus hijos. Es muy refrescante”.

Lena Dunham en Girls, Phoebe Waller-Bridge en Fleabag, Issa Rae en InsecureLas ficciones creadas por las mentes femeninas jóvenes más brillantes de la industria comparten un denominador común: sus protagonistas son unas perdedoras. Llenas de ideales, con discursos irreprochables y vocación rompedora pero que caen en esa especie de pesimismo fracasado que algunos creen representativo de toda una generación. Otros lo diagnosticamos como la falta de originalidad que persigue a las llamadas sitcoms de autor y que continúan bebiendo de clásicos de la derrota como Jerry Seinfeld o Larry David. Televisión sesuda que a buen seguro disgustaría a la productora ejecutiva Quinn King, una de las protagonistas de la serie UnReal. Amante del espectáculo catódico y metralleta de blasfemias, este ejemplo de hembra empoderada en la ficción ha sido comparada con Tony Soprano pese a los fuertes altibajos de calidad de la serie en las dos temporadas de emisión. “Si echamos a todos los hombres con los que nos hemos acostado, no tendríamos equipo”, afirmaba en una de las muchas sentencias Alfa que suponen el mayor atractivo de la ficción para el público.

Constace Zimmer interpretada a la malhablada productora Quinn King en ‘UnReal’.Lifetime

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