Harry Styles, de fenómeno de fans a estiloso oficial

El integrante de One Direction se reinventa como prescriptor de moda.

Stuart C. Wilson (Getty Images)

El desfile de Henry Holland transcurre según lo previsto.  Editores con ojeras, it girls luciendo palmito, blogueros pegados a su iPhone. Hasta que una conmoción sacude el parking donde se celebra. Nube de fotógrafos, estampidas, gritos ahogados. Señoras y señoras, ha llegado Harry Styles.

“Dios mío ¡ese chico es sexo andante!” exclama acalorada una de las invitadas. Acaba de volver  medio despeinada de una lucha a muerte para lograr una instantánea del componente de One Direction. Empieza el desfile y la ropa de Holland es lo de menos, todos los ojos están puestos en Styles...

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El desfile de Henry Holland transcurre según lo previsto.  Editores con ojeras, it girls luciendo palmito, blogueros pegados a su iPhone. Hasta que una conmoción sacude el parking donde se celebra. Nube de fotógrafos, estampidas, gritos ahogados. Señoras y señoras, ha llegado Harry Styles.

“Dios mío ¡ese chico es sexo andante!” exclama acalorada una de las invitadas. Acaba de volver  medio despeinada de una lucha a muerte para lograr una instantánea del componente de One Direction. Empieza el desfile y la ropa de Holland es lo de menos, todos los ojos están puestos en Styles.  Los cuellos se estiran de maneras insospechadas y una experimentada editora de moda de un diario británico no para de sacarle fotos desde el otro lado de la pasarela. Hacía tiempo que no se veía un delirio semejante en la pasarela londinense.

En el papel Harry Styles es un componente de un grupo para adolescentes. Un niño mono. En la práctica es más que eso. La historia no es muy larga, pero empecemos por el principio.

Pendiente del desfile de Henry Holland

Getty Images

Era uno de los tantos concursantes del Factor X británico. No era el mejor cantante de la edición de 2010 pero tenía un atractivo de guapo de la clase. Los responsables del concurso televisivo de talentos decidieron juntarle con otros de los aspirantes y montar un grupo al que llamaron One Direction (1D para abreviar). No ganaron pero cual flautistas de Hamelín empezaron a atraer a seguidoras adolescentes. Por entonces las telespectadoras más maduritas no se hubieran atrevido a admitir que les hacía tilín.  Hasta que se supo que mantenía una relación con la presentadora Caroline Flack, que prácticamente le dobla la edad; que había tonteado con Natalie Imbruglia y  tenido una aventura con una locutora de radio casada. Entonces se abrió la veda y las mujeres dejaron de verle como un querubín. Ahora se le comparaba con un joven Mick Jagger.

Con 19 años Styles ha dejado un rastro de mujeres despechadas, entre ellas Taylor Swift.  No se sabe muy bien qué pasó en ese breve noviazgo pero la cantante aún se la tiene guardada y en la entrega de premios MTV le dedicó con sorna su canción “I know you were trouble”. Se le ha relacionado con Cara Delevingne y con Daisy Lowe, pero el rebote de Swift y la ferocidad con la que sus fans atacan a cualquiera de sus ligues le han disuadido de publicitar sus romances.

Paralelamente a su ascenso como donjuán, Styles se ha esforzado por alejarse de su imagen pop esterilizada. Se hizo tatuajes, se remangó la camiseta, el flequillo lateral mutó en un tupé, frecuentó tiendas vintage y empezó a salir por garitos hipsters de Londres. Celebró su 19 cumpleaños en el Alibi de Dalston, una fecha que Vice señaló como la sentencia de muerte del espíritu underground del barrio. El cantante no se olvida de cultivar otros intereses. Después de una conversación con el filósofo Alain de Botton, Styles publicó un tuit sobre Sócrates con reminiscencias wikipedianas.

Siguiendo los patrones de la historia de las boy bands, el siguiente paso lógico hubiera sido hacer un Robbie Williams. Eso sería dejar la banda, empezar una carrera en solitario con vocación pseudo indie y salir de fiesta como si no hubiese un mañana. Pero Styles parece haber elegido un camino menos radical: reinventarse como prescriptor de estilo. Se ha hecho un habitual de la front row, va a fiestas con Pixie Geldof y se atrevió con una parodia de Zoolander a instancias de su amiga Cindy Crawford. Poco más. Pero la moda es agradecida con el chico de los 18 millones de seguidores en Twitter.  

Su consagración vino hace unos días cuando fue nombrado por el público como el poseedor del mejor estilo británico, batiendo a David Beckham. Su aparición en la gala de los British Fashion Awards vestido de Saint Laurent abre una nueva etapa para este cantante. Para empezar se le baraja como imagen de Burberry y no resultaría extraño que capitalizase su reencarnación como estiloso oficial para lanzar su propia línea de ropa.  Styles no marca tendencia, las condensa bien. Pero en el pop de masas no hace falta más. Millones de fans no pueden estar equivocados.

Getty Images

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