¿Han vestido siempre tan bien las más estilosas?

Hoy en día son verdaderos iconos de estilo pero no todas han sido siempre un referente en la moda.

Erik T. Kaiser/PMc (Erik T. Kaiser/PMc)

A la pregunta de si la estilosa nace, o se hace, lo más acertado es afirmar que, como todo vicio o virtud adquiridos en la vida, se va puliendo con el tiempo aunque existen diamantes en bruto a los que no se les atraviesa ni la más absurda de las modas. De hecho hay quien baraja, sin base científica ninguna, que lo del estilo es cuestión de ADN y viene transmitido por gen. Estos días se ha discutido el asunto en varios medios internacionales tras la publicación de una artículo ...

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A la pregunta de si la estilosa nace, o se hace, lo más acertado es afirmar que, como todo vicio o virtud adquiridos en la vida, se va puliendo con el tiempo aunque existen diamantes en bruto a los que no se les atraviesa ni la más absurda de las modas. De hecho hay quien baraja, sin base científica ninguna, que lo del estilo es cuestión de ADN y viene transmitido por gen. Estos días se ha discutido el asunto en varios medios internacionales tras la publicación de una artículo en el New York Times sobre niños con una sensibilidad especial a la hora de elegir ropa –youngsters que sin balbucear apostarían por lo nuevo de Burberry o gatearían instintivamente hacia los estantes de la línea infantil de Dolce & Gabbana– desde muy temprana y no adulterada edad -su sentido de la estética no habría sido todavía viciado por las costumbres de su entorno o modelado en función de su capacidad para interiorizar las influencias externas-; dicho incluso por una estudiosa de los hábitos de consumo, son muchos los pipiolos que nacen con el gen del estilo -¿serán como los que pueblan blogs de streetstyle como Children With Swag?- e incluso influencian, en este sentido, el comportamiento de sus familiares más cercanos. Tom Cruise ha manifestado en varias ocasiones que su hija Suri es precisamente de esas y además de crear sus propios conjuntos les dice a él y a Katie Holmes lo que deben ponerse a diario. De todos modos,  y sirva como muestra este botón, lo más normal que puede pasar en casa de los Cruise, cuyo sistema de creencias se asienta en una doctrina que considera que Xenu, un extraterrestre genocida, es el responsable de los males de la humanidad, es que la que mande sea una cría de seis años.

La "cátedra" estilística de Suri está por ver cómo evoluciona pero niñas prodigio con el perfil de Kirsten Dunst, Drew Barrymore o Chloë Sevigny, especialmente esta última, han seguido una raya de estilo continua en su camino hacia la vida adulta. Todas ellas han sabido adaptar como pocas códigos estéticos de la adolescencia a la madurez a pesar del cambio generacional. Nada que ver con jovencitas cuyo inquietud por la moda ha nacido trazada de antemano por expertos como puede ser el caso de las hermanas Fanning, Hailee Steinfeld, Abigail Bresling o Chloë Moretz.

Y es que ya no vale tirar por tierra la reputación de nadie por la particular coyuntura estilística de los ochenta ni especialmente los noventa. Porque el factor clave a la hora de determinar si alguien tiene estilo es, justamente, haber sabido lidiar con la moda imperante en cada momento independientemente de lo horrorista o imposible que fuera.

Aunque mucho tiene que ver en el pelechar de la mayoría de celebrities el trabajo de los estilistas, muchas han sido cocineras antes que frailes y llevan el chip incorporado por mucho que el servicio de estos profesionales se necesite por defecto y como parte de estrategias publicitarias. 

Sarah Jessica Parker tuvo en Patricia Field una tutora en la sombra y prueba de ello es que se llevó puesto el traje de Carrie en Sexo en Nueva York y todavía no se lo ha quitado. Lo de Diane Kruger no es todo natural, es orquestado, pero al menos no es de las que pierde el rumbo cuando su estilista mira hacia otro lado, vamos, que no es de las que puntúa sobre la alfombra roja para luego hacer que se caiga un mito en cuanto pone un pie en la calle para hacer los recados (ese síndrome lo padecen, por ejemplo, Penélope Cruz o Eva Mendes). A Gwyneth Paltrow le suelen llover críticas cada vez que abre la boca pero si hay algo en ella que no irrita es justamente el vestir (y todo empezó con un esmoquin de terciopelo rojo diseñado por Tom Ford para Gucci y un Ralph Lauren rosa que ha ido convenciendo con el paso de los años). 

La teoría de la evolución en este sentido vienen a confirmarla, de todas maneras, las blogueras de moda más seguidas y veteranas, abanderadas del estilo supuestamente espontáneo: Gala Gonzalez, Rumi Neely, la francesa Betty, Hanneli Mustaparta, Andy Torres o Chiara Ferragni han ido depurando el suyo hasta poder rentabilizarlo.

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