Gesaffelstein, el triunfo del anti David Guetta

Crítica y público se confabulan para que 2014 suene a ritmo del ‘dj’ francés que ha derribado el arquetipo estético y musical de su género.

BFA/SIPAUSA/SIPA (BFA/SIPAUSA/SIPA / Cordon Press)

Podría pasar por cualquiera de los abstraídos efebos que ilustran el universo visual de Hedi Slimane, pero hace tiempo que Gesaffelstein dejó de recrearse en sus sueños de juventud y así poder materializarlos. A sus 28 años, el dj galo ha cruzado la frontera que separa la eterna promesa de la apuesta sólida. Con numerosos singles y otros tantos remixes en su haber, en octubre publicó su primer álbum. La cálida acogida por parte de la crítica confirmaba lo que el público y los festivales más importantes llevaban algunos años advirtiendo. Una imagen...

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Podría pasar por cualquiera de los abstraídos efebos que ilustran el universo visual de Hedi Slimane, pero hace tiempo que Gesaffelstein dejó de recrearse en sus sueños de juventud y así poder materializarlos. A sus 28 años, el dj galo ha cruzado la frontera que separa la eterna promesa de la apuesta sólida. Con numerosos singles y otros tantos remixes en su haber, en octubre publicó su primer álbum. La cálida acogida por parte de la crítica confirmaba lo que el público y los festivales más importantes llevaban algunos años advirtiendo. Una imagen que sigue los códigos sartoriales clásicos y la ausencia del afán de notoriedad que domina su género son quizás los otros elementos que, por inusuales, han motivado el interés que despierta esta rara avis de la electrónica.

Gesaffelstein es una palabra inventada que nace de la unión de Einstein y el vocablo alemán gesamtkunstwerk (la obra de arte total), toda una declaración de intenciones sobre la ambiciosa naturaleza de un proyecto que ha recibido la bendición de las publicaciones especializadas Dj Mag, Modzik, Tsugi o Les Inrockuptibles. Su universo trémula ha sido calificado de muchas maneras. Para Mixmag, el estilo del artista galo es un "techno oscuro y amenazante, pero encantador". The Washington Post destaca su uso del silencio para crear una "tensión" previa a la "explosión estridente de bajo y percusión", y The Rolling Stone califica su trabajo como "algo más agresivo y punk-rock de lo normal". Nadie sabe qué canción escucharon para sugerir una intención "punk-rock" en Gesaffelstein ni qué consideran ellos "normal", pero lo cierto es que no resulta fácil clasificar a un músico tan heterodoxo.

Mike Lévy (Lyon, 1985) es el nombre que se esconde tras el intrincado alias del artista, cuyo debut se sustanció con éxito en 2008. Publicó varios maxis bajo el sello The Hacker e hizo algunos remixes para Depeche Mode y Justice. Desde entonces, el silencioso ascenso se ha gestado a la sombra de colaboraciones con músicos de renombre (Daft Punk, Brodinski, Justice), trabajos de producción (suyos son los temas Send it up y Black skinhead del ínclito Kanye West) y algún jingle publicitario. Su primer álbum, Aleph (EMI), publicado hace tres meses, fue calificado por los atinados opinadores de Pitchfork como "la evidencia del talento y la fortaleza de la identidad musical de Lévy".

Gesaffelstein en una imagen promocional.

Facebook (Gesaffelstein)

El gusto por los trajes slim fit de Saint Laurent, las gafas de Warby Parker y los bolsos de mano que le acompañan le han valido la atención de publicaciones masculinas del más alto nivel. La última, Vogue Hommes International. Su indumentaria, bastante alejada del payasismo de otros próceres de la industria, y la estudiada estética en blanco y negro encaja con la atmósfera atribulada de las producciones. "Me siento cómodo vistiendo trajes, me gusta llevarlos y punto", confesaba recientemente en una entrevista a Vicious Magazine. Siempre con camisa blanca, su uniforme de trabajo se compone de americana, pantalón, zapatos y cigarrillo en mano. En marzo del año pasado Givenchy contó con los servicios del dj para sonorizar la campaña Le Rouge.

En los próximos meses este heredero de Kraftwerk y Green Velvet recorrerá Europa y Estados Unidos ofreciendo un tenebroso show que cuenta con un equipo de ingenieros para apuntalar un mise en scène rendido a la sinestesia. En primavera visitará Kuala Lumpur y cinco ciudades australianas en el marco del Future Music Festival, y en junio repetirá en el Sónar de Barcelona. Por el momento, sus esfuerzos se concentran en la actuación del día 30 de enero en el Olympia de París, el templo sagrado de la música popular francesa, que decidirá si este artista de nombre impronunciable es también profeta en su tierra.

Gesaffelstein escoltado por los integrantes de Justice en un festival australiano.

Facebook (Gesaffelstein)

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