«Primera vez que ocurre algo así en la historia de la moda»: así es ‘Fendace’, la colaboración entre Versace y Fendi
Donatella Versace y Kim Jones presentaron ayer en Milán una colección que une el reconocible ADN de ambas firmas. Un movimiento que llega tras el desfile conjunto de Gucci y Balenciaga, pero que en este caso resulta más llamativo teniendo en cuenta que no pertenecen al mismo grupo empresarial.
«Es la primera vez que ocurre algo así en la historia de la moda». Con grandilocuencia y orgullo, Donatella Versace definía así en el comunicado oficial la colección conjunta que presentó el pasado domingo con Fendi y que sirvió como broche a la semana de la moda de Milán. Razón no le faltaba. Puede que Gucci y Balenciaga unieran sus logos en una ‘no colaboración’ presen...
«Es la primera vez que ocurre algo así en la historia de la moda». Con grandilocuencia y orgullo, Donatella Versace definía así en el comunicado oficial la colección conjunta que presentó el pasado domingo con Fendi y que sirvió como broche a la semana de la moda de Milán. Razón no le faltaba. Puede que Gucci y Balenciaga unieran sus logos en una ‘no colaboración’ presentada el pasado mes de abril o que Jean Paul Gaultier haya cedido la dirección creativa de su marca a distintos talentos invitados, pero la competitiva industria de la moda no estaba acostumbrada a que dos etiquetas de lujo de distintos grupos empresariales –Fendi pertenece a LVMH y Versace a Capri Holdings– presenten una colección que mezcla sin pudor la estética, ADN y logos de ambos universos.
Aunque la noticia de esta unión creativa entre Donatella Versace, Kim Jones y Silvia Venturini Fendi (capitanes de Versace y de las divisiones femenina y masculina de Fendi, respectivamente) llevaba gestándose desde febrero y se filtró la semana pasada, el desfile se celebró de forma secreta –sin anuncio oficial previo– como colofón a la semana de la moda de Milán. Ambas firmas ya habían presentado previamente sus colecciones para la próxima primavera-verano, pero se guardaron bajo la manga el as de la colaboración. Si bien cuando Gucci y Balenciaga unieron sus logos, ambas marcas se empeñaron en recalcar que aquello no debía considerarse como tal y, de hecho, la esencia de las dos etiquetas coexistieron juntas, pero no revueltas, en este caso el intercambio creativo es total y mucho más evidente. Sobre todo, teniendo en cuenta que muchos de los cinturones y bolsos que se subieron a la pasarela llevaban escritos la palabra ‘Fendace’, una mezcla de los nombres de ambas casas que bien podría haber surgido como meme tuitero. El nombre oficial de la colección, sin embargo, es The Swap.
Las icónicas medusas y el estampado de pañuelo de Versace convían así con la doble F que Karl Lagerfeld diseñó en su momento para Fendi. A pesar de que en todos los looks podía notarse la presencia de ambas casas, la sensación que deja la colección es una preeminencia de Versace. Quizá porque, como afirma Vanessa Friedman en The New York Times, la etiqueta fundada por Gianni tiene elementos identitarios más numerosos y fáciles de identificar: no solo los estampados barrocos, sino también «los imperdibles, la malla, el negro y el dorado, el sexo y los zapatos stiletto. Mientras que la semiología de Fendi se reduce prácticamente a la letra F y dos declinaciones del color marrón, además de pieles, a las que Versace ha renunciado oficialmente». Para presentar la colección, las firmas eligieron a supermodelos como Kate Moss, Naomi Campbell, Shalom Harlow o Amber Valletta, y también se dejaron ver tops de nuevo cuño como Gigi Hadid, Precious Lee, Emily Ratajkowski o Lila Moss, hija de Kate Moss.
Tal y como explicó Kim Jones a la edición estadounidense de Vogue, la idea de crear esta colección conjunta surgió el pasado mes de febrero. «Después del desfile de prêt-à-porter fuimos a cenar con Donatella. Silvia y Donatella se llevan muy bien y pensamos que estaría bien divertirnos un poco. Así que, nosotros diseñamos Versace y ella diseñó Fendi. Hay que recordar que las dos firmas no están en el mismo grupo: lo hemos hecho como amigos y por respeto mutuo. Nunca se planeó como algo comercial», afirmó el diseñador. Sin embargo, y a pesar de lo estimulante que puede resultar a Donatella o Silvia diseñando para otras marcas –algo que nunca antes habían hecho–, el resultado fue más un corta pega de logos, referencias y símbolos que una auténtica interpretación y comunión de legados opuestos.